Capítulo14

594 41 0
                                    

El comienzo de otro día

A la mañana siguiente Harry se despertó aturdido preguntándose dónde estaba, sus ojos verdes se abrieron de golpe al recordar lo sucedido la noche pasada. Se estiró perezosamente y una pequeña sonrisa apareció en su rostro, le dolía cierto lugar que hace mucho no lo hacía. Todavía estaba completamente satisfecho y la verdad no tenía ganas de levantarse de la cama.

Severus nunca antes había sido tan... apasionado con él, de solo pensar en lo sucedido hacía que en su estómago revolotearan miles de mariposas. La noche anterior había sido tan enloquecedora y más cuando no podía correrse, nunca antes lo habían privado así... pero cuando finalmente pudo llegar a su clímax pudo ver todo el universo entero. ¡Ciertamente no iba a estar en contra de que una noche así volviera a suceder, a pesar de estar un poco inquieto!

No creía que pudiera ser capaz de salir del agarre de Sev esta vez, se había quedado dormido sobre su pecho y los brazos de este lo estaban abrazando fuertemente. Volteo a ver su rostro y pudo ver que estaba profundamente dormido y no tenía ninguna línea de preocupación. No pudo evitar pensar que cuando estaban en la casa de Londres lo veía muchas veces preocupado y nunca había sabido el porqué. Le había preguntado varias veces, en cambio Sev nunca le contestaba y se comportaba de una manera reservada, ahora asumía que su comportamiento tenía algo que ver ya sea con el mundo mágico o con Voldemort.

Anteriormente se había encargado de que Severus nunca descubriera que él sabía que era un mago. En la casa de Londres había una puerta a la que tenía prohibido entrar y siempre estaba cerrada con llave, esta habitación debía de ser una especie de laboratorio improvisado de pociones. Las pociones cada vez sonaban más fascinantes y no podía esperar para compartir ese lado de su Dom.

Quería saber todo sobre él, en el pasado nunca le había importado mucho como tampoco le habían importado sus anteriores Doms. No obstante, Sev siempre había resaltado sobre los demás, él siempre se preocupaba por mí y me cuidaba siempre, mientras tanto a los otros solo les importaba los castigos o el sexo.

Eso había sido lo que lo había atraído desde un inicio, a Severus realmente le importaba su bienestar. Él siempre había negado este hecho, pero aun así se quedó a su lado hasta un punto que lo consumió por completo. Pero no todo puede ser como tú quieres, al final tuvo que reconocerlo y cuando lo hizo fue cuando huyó de él, fue cuando se dio cuenta de que los sentimientos de traición y miedo cuando vio al viejo tonto llegar a su casa de Londres fueron demasiado fuertes para ignorarlos. Ahora solo deseaba haber confiado lo suficiente en Sev y no habría estado en todo este embrollo.

Cansado de estar acostado levantó con cuidado el brazo de Sev y conteniendo la respiración lentamente se empezó a mover a la orilla de la cama. Severus era una persona de sueño ligero, cualquier movimiento o sonido lo podía despertar, pero hoy fue diferente ya que siguió dormido mientras Harry hacía un poco de movimiento en la cama al tratar de salir de ella.

Salió del dormitorio envuelto en la bata que Sev le había dado y se dirigió al baño decidido a tomar una ducha relajante. Lleno de agua la tina y copiando las acciones pasadas de su Dom vacío una de las pociones que le había dejado en un estante en para él, no podía esperar hasta que no tuviera que hacerlo más y poner sales de baño. Las amaba, sin embargo, no podía usarlas hasta que dejara de usar la poción.

Después de hacer todo esto, se desnudó y se metió a la tina relajándose de inmediato al sentir el agua tibia. Podía sentir como hormigueaban las cicatrices; la primera vez no lo había notado, ignorando esta extraña sensación agarro la esponja y con un poco de fuerza empezó a tallarse todo el cuerpo. Se lavo muy bien su largo cabello negro y se lo enjuago, tras haberse cerciorado de que estaba completamente limpio se permitió volverse a relajar en el agua tibia.

DispuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora