Esmeralda y Rubí

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Este capítulo va dedicado a mi mano derecha, la que me ayuda con esta historia MilaMallean. Ella es la que ayuda a poner mis ideas en orden.


Inko llegaba a la casa de su hijo, estaba asustada, acababa de ver a Katsuki Bakugou. De todas las personas que vivian en Tokio, ¿Por qué tenía que encontrarse con aquel alfa?

La Omega fue rápido a la cocina, está vez tenía que hacer la cena con cualquier cosa que encuentre, ya que por salirse rápido del supermercado dejo todo lo que necesitaba para el Udon.

- Mamá - escucho la voz de su hijo atrás de ella, no se había percatado de su presencia - ¿Te encuentras bien? Estás pálida.

La mujer asintió rápidamente. Intento tranquilizarse un poco.

- Si estoy bien, solo que no había lo que necesitaba por eso estoy así, ¿Ahora que voy a cocinar? - la peliverde esperaba que su hijo le crea.

El Omega sabía que algo no estaba bien, pero si su madre no quería decir nada mejor  no iba a seguir preguntando. Yamikumo se acercó un poco más donde su madre, ya que donde estaba parada la mujer, al lado de ella estaba una jarra de agua.

El pelinegro cuando estuvo al costado  de su progenitora sintió un olor "raro" y sin disimulo comenzó a olfatear a Inko.

Roble, es él. Escucho a la voz que siempre le hablaba en cualquier momento.

El Omega sentía  raro su cuerpo, le temblaba, dolía su pecho con más fuerza que otras veces y algo en su interior se removía. Su cabeza comenzó a doler fuertemente, cerro sus ojos y su mente le dió una imagen. La entrada que al parecer era una escuela que tenía las letras U.A .

Inko al ver a su hijo en ese estado se alarmó, ¿Que le estaba pasando?

- Yamikumo ¿Que tienes? - pregunto la mujer que se acercó más a su hijo.

El pecoso no respondía a la pregunta de su madre, haciendo que la mujer le de nervios.

- Yamikumo - le llamaba la mujer - Hijo di algo.

El Omega abrió los ojos, jadeaba un poco.

- ¿Que es U.A? - no sabía porque pregunto eso, pero sentía la necesidad de saber.

La mujer a escuchar aquello se aterrorizó, no podía permitir que su hijo siga recordando.

- No se de qué me hablas hijo - respondió la Omega - seguro es un juego de tu imaginación.

Otra vez la misma respuesta.

El chico de ojos verdes, dejo de sentir esa pesadez y a volver a recobrar sus sentidos. Era más que obvio que no iba a obtener respuestas.

- Mamá, ¿me das tu casaca? - pregunto tímido Yamikumo, lo cual la mujer le vio raro - es que parece estar sucia, la voy a lavar.

Eso era una escusa, el necesitaba quedarse con aquella casaca. Inko comenzó a examinar su ropa a ver si en verdad estaba sucia pero no, de ahí la olió y pudo sentir un pequeño toque a roble, ya entendió las intenciones de su hijo y ella no iba a dejar que eso pase.

- No, mi ropa está totalmente limpia la lave hoy - contesto firme la mujer.

El Omega miro al piso y se fue a otra vez a su oficina. Ahí dentro le mando un mensaje a sus amigos para saber quién lo podía acompañar mañana, de los tres solo Ochako y Denki dijieron que si podían, a cambio Tamaki iba a estar ocupado mañana.

Deku, ¿Dónde Estás? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora