Narra Brando
- ¡¡Emma!!- un grito ahogado hace eco en toda mi habitación, estaba exasperado, mi respiración era descontrolada y mi cuerpo estaba empapado de sudor.
Hace ya un tiempo que vengo teniendo la misma serie de pesadillas, de tan solo imaginar lo que esas personas pueden llegar a hacerle por culpa mia, me vuelve loco pero el descuido fue mío y solo a mi se me ocurre relacionarme con ese tipo de personas.
Renté un departamente cerca de su casa, a fin de cuentas sigo siendo su niñero y por más que no quiera tengo la necesidad de protegerla, no puedo dejar que estas personas se le aproximen.
Me levanto estando ya un poco más calmado que hace un rato, me adentro al baño y tomo una ducha de agua caliente, salgo con una toalla envuelta en mi cintura y con otra seco mi pelo y mi cara, eligió la ropa de hoy y me dirijo hacia la cocina para hacerme el desayuno.
*Ropa en multimedia*
Tomo mis útiles, tendría que aparecerme en el institutos, después de todo este es mi último año y no me desaparecí durante más de cuatro meses y no tengo ganas de repetir este año de porquería otra vez.
Llegó a la clase, tarde, pero seguro y ya me estoy esperando el reto de la vieja pesada ya me agarró dolor de cabeza y eso que nisiquiera entre, tomo valor y me adentro a la clase y la veo, esos ojos, sus labios, su pelo estaba diferente pero había algo, ella no me miraba igual, mi mirada cambio, se torno desagradable, odiaba que me mire así, estoy consiente de que la culpa fue mía y el error fue mío pero no me llevo todo el crédito, la culpa también fue de esa perra barata.
Por culpa de ella todo está mal entre nosotros y me estresa que sea así, me frustra y por sobre todo me desespera, tenerla cerca, a pocos centímetros y sin siquiera poder tocarla es algo que no puedo controlar pero siento que si estoy cerca de ella mi autocontrol se iría a la mierda y no podría controlarme.
Luego de explicarle a la vieja tarada que me voy a poner al día y pasar casi toda la clase regañandome toca el timbre de receso y observo que Emma se dirige rápidamente hacia un lugar que no tengo ni idea pero por eso mismo decido seguirla.
Un buen lugar para estar solo, esta chica tiene buen gusto con los lugares nuevo y para ser honesto nunca se me hubiera venir a este lugar y mucho menos un lugar parecido. Espere un poco antes de adentrarme a ese lugar para que no sospechara que la estoy siguiendo y cuando ya pasó un tiempo decido por entrar y una vez que me encuentro encima de ella sin siquiera tocar nuestros cuerpos para no ponerla incomoda decido hablar.
-te encontré- susurro sobre sus labios y un dolor agudo se hace presente mi entrepierna, ganas de vomitar me invaden y comienzo a retorcerme en el suelo, maldita sanguijuela, me golpeó en los huevitos, si quería ser padre me temo que se arruinó el sueño.
-¿que quieres?- su voz suena ronca, el rencor y desagrado salen junto a sus palabras, se notaba que no quería verme y que mucho menos quería hablar conmigo pero no me puedo permitir perderla, no a ella y si de algo estaba seguro era de mis sentimientos hacia ella y no podía dejar que por un simple malentendido ella se alejara de mi, aún que sería lo mejor puesto a qué tengo a malas personas siguiéndola -no quiero verte y mucho menos hablar contigo- Auch, eso dolió, no lo niego pero me lo merezco.
-Emma, escucha- la miro, tratar de hacer que está niña me escuche es peor que hacer que un niño se calme cuando le quitan sus dulces-
- ¿Es que acaso te afectó el golpe? ¿No entiendes que no quiero escuchar tus porquerías? Vete y déjame sola, estuve mejor sin ti y puedo seguir así maldito inservible- fua, que carácter el que trae-
Se estaba poniendo nerviosa, yo la estaba poniendo nerviosa pero el punto es que yo tampoco puedo controlarme mucho, el autocontrol no es lo mío y mucho menos tenerla cerca y no poder siquiera besarla, pero algo le sucedía, podía notar que terme cerca le dolía, podía notar que esas enormes bolsas que traía debajo de sus ojos no eran precisamente por desvelarse leyendo un libro puesto a qué los libros los lee por la tarde, esas ojeras implicaban que tenía pesadillas, que esos sueños que la atormentaban habían vuelto y que yo no estaba con ella para apoyarla sino qué decidí alejarme, decidí deja de luchar y de bajar los brazos, deje que ella me odie y eso hace que yo me odie más a mi mismo.
-Escucha, se que no quieres escucharme y que estás cansada de escuchar las mismas escusas de siempre- rodea los ojos demostrándome que ya está cansada, que mi sermón se lo sabe de memoria y no la culpo, siempre digo la misma frase- pero no vine a hablar contigo precisamente de lo que pasó aquella noche- sus ojos se clavan en mi como pequeñas agujas- mira, la cague si, no te lo niego, pero me metí en un lío y a la persona que quieren no es precisamente a mi, es a ti, por eso debes escucharme.
-Estas loco si crees que voy a creerme todo este cuento de que tienes que protegerme, no pretendas cagarla y destruirme por completo y luego desaparecer durante cuatro malditos meses ¿para que? ¿Para luego venir y decirme que te metiste con gente que no debías y ahora me buscan a mi? Pues no, no voy a creerte y mucho menos voy a dejar que me vuelvas a endulzar el oído con tus mentiras baratas, tú me abandonaste y yo sola me levanté mientras que tú estabas vaya a saber dónde con vaya a saber quién- su voz se quiebra, no quiere entender, no quiere escucharme pero por sobre todo no quiere llorar, se volvió más fuerte, por culpa mía tubo que formar una barrera, ahora me tengo que aguantar.
Se levanta y toma sus cosas sale corriendo del lugar de donde nos encontrabamos, largo un fuerte suspiro y tiro mi cabeza hacia atrás.
No sé cómo arreglarlo y mucho menos se cómo hacer para que me crea, la quiero devuelta conmigo y de solo pensar que me odia me frustra, es un fastidio para mí pero es algo que yo provoque, ahora tengo que aguantarme.
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Mi estupido niñero
Teen FictionNo podía creer lo rápido que puede llegar a cambiar tu vida; en un momento eres feliz y en el otro simplemente te das cuenta que todo es una farsa.