cαpítulσ 23

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Narra Brando.

Estar así con ella me hace sentir como si quisiera protegerla siempre como si en algún momento me la quisieran arrebatar yo no dejaría que eso pasara por que desde el momento que me abrió la puerta de esta casa, abrió un sentimiento único que jamás antes había tenido, siempre pensé que cuando estaba junto a ella y las ganas que tenia de besar esos carnosos labios eran solo por atracción y querés tenerla una sola noche en mi cama como todas las demás pero con el paso del tiempo ese sentimiento me demostró que no es miedo lo que siento si no otra cosa que sigo sin poder descifrar.

-Te quiero- susurre, lentamente Emma abrió sus ojos dejándome ver esos hermosos colores azules que llevan sus lindo ojos.

-Yo también, Brando- dijo y mi corazón amenazó con querer salir y ponerse junto al de ella.

-Ven que te limpio- Lleve a Emma a la cama para poder curarla, tomo el botiquín del baño y la siento a orcajadas de mi, tomo un algodón y lo remojo en un poquito de alcohol para luego pasarlo por toda la zona afectada, dejándola como estaba antes de que su primo de diera ese golpe, tengo que admitir que cuando le pego sentí una inmensas ganas de golpear su estúpida cara de nene mimado pero me contuve para no poner mas tensa la situación, después arreglare las cosas con el tal Ryan.

-Ya estas lista- dije arrojando los residuos al tacho junto a su cama.

-Gracias, doctor personal- dijo besando la comisura de mis labios.

La acerco más a mi y junto nuestros labios colocando mis manos debajo de su blusa, Haciendo que largue un pequeño gémido haciendo que mi erección duela un poco más de lo comun, le quite la camisa mientras ella jugueteaba con mi cabello, a esta chica le gusta mucho mi cabello.

Baja sus manos a mi torso la cual estaba totalmente desnudo y sin evitar acaricia mi torso, bajo mi cabeza a su cuello dejando leves besos en este, ella gime en respuesta y yo gruñó en su cuello, recuesto a Emma en la cama sin despegar mis labios de los suyos.

-¿Estas segura de esto, Emma?- niega y besa mis labios.

-Lo siento, no estoy lista- dijo, aguarden un momento, ¿Emma es virgen?

-Emma, ¿tu...eres virgen?- pregunte apostandome a su lado y abrazandola.

-No es de tu importancia- dijo, esta chica es virgen y la hace aun más tierna que lo sea.

-Emma, eres virgen- dije y se dio vuelta quedando justo enfrente de mi- Eres un maldito tesoro, ninguna mujer hoy en día sigue siendo virgen- sus mejillas se tornaron un tono carmesí que la hacia verse aun más tierna de lo que ya es, esta chica me va a matar de la ternura.

-No le digas nada a nadie, por favor- dijo recostadose en mi pecho.

-Tu secreto esta guardado conmigo, princesa, niña vas a hacer algo de comer por que muero de hambre- dije besando su cien.

***

Salí de la ducha listo para ir a conquistar chicas a la fiesta cuando tocan mi puerta, me encaminó a esta con una toalla envuelta en mi cintura, la abro u me encuentro a una Emma muy desesperada con todas sus cosas.

-Brando, préstame tu baños las chicas utilizaron toda el agua caliente de mi habitacion- dijo y salió corriendo al baño.

-Okey....?- dije, cerro la puerta, se da la vuelta y se sigue preparando.

***

Termino de prepararme, solo me faltaba colocarme el perfume que precisamente estaba en el baño, en estos momento maldigo en mis interiores por dejar que una mujer se preparara en mi baño, ya que ellas son de tardar demasiado, toco la puerta del baño y espero que Emma contestara.

Mi estupido niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora