Me quedo atonita, mis manos no quieren moverse, mi respiración cada vez se acelera mas y mi piernas comienzan a temblar. Como es que esas personas tenian esas fotografias, por sobre todo, en que momento me las tomaron sin que yo pueda darme cuenta.
Eran fotografias mias, fotografias que si llegaran a manos equivocadas comprometerian toda mi vida, me veria perjudicada totalmente, seria una burla tando en el instituto como en la calle.
Tenía que encontrar la manera de resolver esto, no tenía intenciones de llamar a Brando y mucho menos si mi intención era alejarme por completo.
Era hora que comience a resolver mis problemas por cuenta propia, ¿Pero como? ¿Cómo pretendo resolverlo sola?
Suspiro y llevo mis manos a mi cien, tomo mi cabezo sin tirarlo y cierro mis ojos.
-piensa Emma, piensa- susurro mientras cierro mis ojos.
¿Que mierda? ¿Por qué a mí? ¿Que quieren de mi?
Busco mi celular, no sabía que hacer pero lo necesitaba, necesitaba de él y por más enojada que esté no puedo apartarlo de mi, el es como mi alma gemela, pero no las de color se rosas, las que se aman pero nunca van a poder estar juntos.
Una idea vino a mi cabeza, era arriesgada y no sabía si quería hablar conmigo o mucho menos verme pero era necesario, por el bien de los dos. Agarro mi bolso y coloco las fotos dentro de este, tomo mi celular y decido salír de la casa, to mi bicicleta y comienzo a pedalear.
Una vez en mi destino suspiro antes de tocar la puerta pero me detengo cuando veo que está está entreabierta, decido pasar. Todo estaba desordenado, era típico de el pero había algo más, un escalofrío recorre toda mi espalda y decido subir las escaleras, se escuchaban voces pero no podía identificarlas me asomo un poco más y veo que la puerta a estaba entre abierta, me asomo pero no sé alcanzaba a ver nada, empujó la puerta y me quedo helada.
Tengo que dejar de ser tan curiosa por qué luego me desepciono, no tendría que haber venido, no tendría que estar enamorada de él, la tonta psicóloga me lo dijo, dijo que tenía que alejarme de él por qué no iba a saber cuidar de mi. Maldita, tenía razón.
-Emma- sus ojos se abren como un plato y se levanta inmediatamente.
-No, no hables- saco el sobre de mi bolso y se lo entrego- vine a buscarte por esto, pero veo que estás ocupado- mi cara era sería, era de esperarse que iba a estar con otra pero a mí suerte estaban los dos vestidos, ¿Quien rayos es esa mujer? No la conocía y supongo que el si pero no creo que hayan estado acostados.
Comienza a observar las fotografías y su mirada se oscurece, se levanta de la cama ya que estaba sentado y me mira.
-vete- se gira a observar a la desconocida y sin decir nada se va- Emma, ¿Que es esto?
-No lo sé, pero no debemos dejar que salgan a la luz, nos va a perjudicar a los dos- no sabía que hacer, me temblaba el cuerpo y su cercanía no ayudaba a la situación.
-Emma, estás en peligro, dime por favor- me mira mientras se acerca cada vez más- entiende que para lastimarme a mi van a ir por ti, saben que eres mi punto débil.
Mi corazón salta de alegría, esas palabras provocan que me enamore cada vez más pero siempre terminamos alejándonos y eso es lo que me destruye.
-Dos personas tocaron mi puerta hace un rato, no los conozco.
-Describelos- su voz es cada vez más ronca y sus facciones indican que está furioso.
-Estaban vestidos de negro, uno de ellos tenía perforaciones en su rostro, pelo negro y rizado y el otro era bajo y con pelo negro- suspira y se soba el rostro.
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Mi estupido niñero
Teen FictionNo podía creer lo rápido que puede llegar a cambiar tu vida; en un momento eres feliz y en el otro simplemente te das cuenta que todo es una farsa.