Narra Brando
Hace tiempo que quería confesarle mis sentimientos a Emma, se que ahora no cree que mis palabras son reales y se que tuvimos muchos altibajos en nuestra relación pero es real, daría mi vida entera para protegerla, no tengo miedo a perder todo con tal de verla bien. Soy egoísta y lo sé, estoy conciente de que la lastime más que otra persona en este mundo pero estoy dispuesto a cambiar, a ser mejor, por ella, por los dos.
Estaba nervioso, no encuentro respuesta por su parte, si me rechaza lo entiendo por qué no soy una de las mejores personas en este momento y voy a darle su espacio si alejarse es lo que quiero, aún que no creo que sea muy conveniente en este momento y en estás circunstancias ya que estamos viviendo bajo el mismo techo.
-Brando- su voz me tranquiliza, parecía serena, me cuesta entender sus facciones, es muy misteriosa y por sobre todo muy cerrada respecto a sus sentimientos y quiero entenderla- yo...- carraspea y se acomoda en la cama mirando con esos ojos tan celestes como el cielo y tan profundos como el mar- me lastimaste, cuando te fuiste y me dejaste, no supe cómo salir adelante, te necesite y mucho pero no estuviste para mí- ya no quería escucharla, tenía razón, tendría que haber esperado, la lastimé, no me tendría que haber ido pero tenía que, era por su bien- comprueba que me amas pero no con palabras, las palabras ya no tienen el mismo efecto que antes, quiero acciones, demuestra que me amas con acciones.
No sabía que responder, sentía que iba a explotar, tenía toda la razón, debo aguantarme cuando se perfectamente que yo fui quien la lastimo y que si fuese al revés yo tampoco querría estar con una persona como yo.
-Entiendo- sonrió pero más que una sonrisa salió una mueca, me levanto y la miro- Es hora de dormir, mañana hay instituto- abro mi puerta y le indico que se vaya- mañana te llevaré al instituto- sonrió amablemente- y luego tengo una sorpresa para ti- quizás sea muy apresurado pero no quiero desperdiciar ni un segundo que podría utilizar para hacer que se enamore de mi.
Asiente y se levanta de mi cama, camina hacia mi y se detiene, me mira y una sonrisa se forma en su rostro y hace puntillas, besa mi mejilla y su perfume inunda mi nariz, amo todo de ella, su pelo, sus ojos, su figura, su perfume de vainilla, el olor de su pelo y hasta su manera de caminar, parece que se va a caer pero de igual forma me encanta. Amo todo de ella pero ella no se da una idea de lo loco que me tiene.
Se va de mi habitación, cierro la puerta de ella y corrí directamente a mi cama, salto sobre esta y comienzo a reír como su fuera un niño que recibe su juguete favorito.
Luego de varias horas me quedo dormido.
Al otro día
Despierto a causa del despertador y me levanto con pereza, odio ir al instituto, no veo la hora de terminar mis estudios para poder hacerme cargo de la empresa de mi padre, nunca estuve del todo seguro de querer seguir sus pasos pero luego comprendí que es lo único que me dejó cuando se fue y que debía hacerme responsable. No me ofendo, sería dueño de una gran empresa y no solamente eso, sino que cubriría mis deudas y por fin dejarían en paz a Emma.
Me levanto de la cama y me dirijo al baño, me cepillo los dientes, me adentro a la ducha, al terminar de ducharme envuelvo una toalla en mi cintura y vuelvo a la habitación para comenzar a cambiarme. (Ropa en multimedia)
Tomo mis útiles escolares y comienzo a bajar las escaleras, un aroma a tostadas comienza a hacerse presente y una sonrisa se forma en mi rostro.
Me adentro a la cocina imponiendo mi presencia de manera arrogante, dejo la mochila sobre la isla de la cocina y me dirijo al refrigerador a buscar jugo de naranja, me siento orgulloso de mi ya que mi perfume es excelente y cabe destacar que de una exelente marca, estoy seguro de que no se va a resistir.
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Mi estupido niñero
Teen FictionNo podía creer lo rápido que puede llegar a cambiar tu vida; en un momento eres feliz y en el otro simplemente te das cuenta que todo es una farsa.