cαpítulσ 7

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Entro a la habitación y me encuentro lo peor....

EMMA NO ESTA.

busque en el baño pero no estaba.

-MALDITA RAMA CUANDO VUELVA TE PODARE Y TE DEJARE COMO A LAS OTRAS EN INVIERNO- gritó Emma desde la ventana.

Me acerco a la ventana y observó- ¿QUE HACES EMMA?- grité haciendo que se sobresalte y cayera al suelo.

-ME LAS PAGARAS CARO, RAMA- gritó retorciendose de dolor, baje las escaleras y me dirijo en grandes pasos donde está Emma.

-EMMA ¿ESTAS BIEN?- pregunté un tanto preocupado.

-¿SI PARA VOS TENER HUESOS ROTOS ES ESTAR BIEN? ¿QUE CLASE DE HUMANO ERES?- dijo sonando un poco mucho obvia.

-EMMA AL HOSPITAL, AHORA- grité haciendo que me mire con horror.

-A cualquier lugar pero al hospital no, te lo suplico simio- dijo Emma aún en el suelo.

-¿Le tienes miedo a los doctores?

-No pero si a las agujas y a los guardapolvos blancos- dijo tratando de ponerse de pié.

-Estoy bien mirame- dijo señalandose, caminamos a la casa y nos adentramos en esta.

Una ves dentro Emma va corriendo directo a la cocina, pero como ella siempre está corriendo decido sentarme en una de las sillas de la isla de la cocina y observar un poco mi móvil, en ese momento Emma toma una cuchilla y la observa detenidamente y con una sonrisa gigante decorando su rostro.

¡ESA CARA DA MIEDO!

Emma salió corriendo por las escaleras- Emma no corras con ese arma en manos- dije corriendo detrás de ella.

Entro a su habitación y se acercó a la ventana ¿acaso se tiraría de la ventana con el cuchillo?.

Se dio media vuelta hasta quedar frente a mi.

-Sal de mi camino si no quieres terminar como la rama.

Me aleje de ella observando como salía de la ventana, se acercó a la rama y comenzó a cortarla, una vez ya terminó la lanzó a la casa de la vieja Marta.

Narra Emma.

Terminé de cortar a mi archienemiga que había roto parte de mis juguetes de niña y la lancé, está callo en la casa de la vieja verugoza.

-Brando ayúdame rápido me comerá- dije tratando de subir nuevamente a mi habitación pero fue en vano.

-Lo lamento pequeña tu sola te metiste en esto tu sola sales de esto- dijo saliendo de mi habitación, este también las pagará caro, pero luego de que termine con esta vieja pesada.

-VEN AQUI PEQUEÑA MALEVORA- me gritó la vieja desde la casa de enfrente.

Salte de la ventana de mi cuarto y sentí un fuerte dolor en mis tobillos pero era soportable.

-VEN AQUI Y ESCRIBE DOS HOJAS DE CUADERNILLO " NO DEBO LANZAR PALOS A LA VECINA".

- OH LO SINTO VIEJA MARTA PERO SI NO SE A DADO CUENTA LOS FIN DE SEMANA NO SE ABRE LA MOCHILA, SUERTE PARA LA PRÓXIMA.- dije adentrandome a mi casa donde se encontraba Brando sentado en el sofá mirando su celular.

Me acerque lentamente a su oído y le grité- ¿¡QUE HACES!?- a lo que el se sobresaltó, tiro el celular y paro no se en donde.

-Mis oídos- dijo posicionándo sus manos Al costado de su cabeza.

No le tomé importancia y me dirijo a mi habitación y tomo uno de mis libros y comienzo a leerlo hasta quedar totalmente dormida.

Estaba yendo a hacer los mandados, cuando siento que tapan mi boca y un sabor extraño se va apoderando de mis labios, con todas mis fuerzas intente safarme pero fue en vano.

Una ves abro mis ojos observó como dos hombres se van acercando a mi lentamente uno de ellos se posiciona frente de mi y comienza a besarme el cuello mientras el otro sólo se digna en observar, con las mejillas empapadas en lágrimas y amarrada de pies a cabeza intente quitármelo de encima pero era como si mis movimientos fueran en vano por que era imposible moverme, el hombre comenzó a tratar de quitarme mi blusa hasta que lo logró siguió basándome y lo único que podía hacer era llorar y llenar la habitación de sollozos.

El hombre comenzó a querer sacarme mi sosten.

Desperté sobresaltada y con una fina capa de sudor decoraba mi rostro, leves lágrimas y sollozos inundaban mi habitación, que suerte que todo eso fue sólo un sueño, las manos y las piernas me temblaban mientras seguía llorando.

Me levanto de la cama y me dirijo al baño donde lavo mi cara con agua fría para tratar de calmarme, una vez Terminé baje para ver si Brando seguía en la cocina, pero esta era como un simple desierto.

Me siento en uno de los sillones individuales y coloco mis piernas a la altura de mi rostro y oculto este entre Mis rodillas y lágrimas comienzan a salir de mis ojos, en estos momentos me odiaba por ser tan débil y llorar por todo pero era mi única salida no podía dormir y pensar que nada a sucedido por que es un sueño más que me atormentaba.

Estaba llorando en el sofá y escucho la puerta abrirse.

Narra Brando.

Entro a la casa después de ir a hacer unos mandados para la cena y me encuentro con que Emma estaba acurrucada en el sofa llorando pero ¿por que?

-¿Que te sucede Emma?- pregunto y ella levanta la cabeza y cuando se da cuenta de que soy yo se lanza y me da un fuerte abrazo.

-Te pido que no me dejes, no dejes que me hagan daño por favor- dijo Emma entre sollozos.

-¿Pero que sucedió?- pregunté un tanto confundido.

Leves sollozos salían de su boca y lagrimas salían de sus ojos mojando mi camiseta, la apartó de mi haciendo que me mire a los ojos con un poco de preocupación en sus ojos.

-Si no me dice que fue lo que sucedió no podré ayudarte enana- dije acariciando su pelo.

-Es que......ya hace unos días he comenzado a tener pesadilla como secuestros, muertes y violaciones y yo soy a la que le sucede todo eso- dijo mientras lágrimas seguían saliendo de sus ojos- sabes, es como si Mis sueños estaría advirtiendome de algo como si tendría que tener miedo, pero yo no quiero que me pasé nada y mis padres no están ahora así que sólo me quedas tu y no eres lo suficientemente responsable como para cuidarme.

-Quizás no sea lo suficientemente maduro como para cuidarte y mucho menos cuidarme a mi mismo pero no dejaré que te pase nada te lo prometo sanguijuela.

Mi estupido niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora