CAPÍTULO 38 - HARPER 🌦️

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Tenían a mi hermano.

Cuando atraparon a Ivy y a Jordan, los seguí hasta el despacho de Oliver. Me quedé en el pasillo, al otro lado de la puerta. De repente, Jacob llegó con Caleb. Una mezcla de terror y confusión se inyectó en sus ojos cuando me vio. No lo soporté. Nunca me había mirado de esa forma. Él era mi hermano pequeño, no quería que le pasara nada. Al pasar por mi lado y entrar al despacho, evitó mi mirada.

Intenté escuchar la conversación, pero era complicado. Las paredes del laboratorio eran bastante gruesas, así que no recolecté ni una frase guía.

Me movilicé. Salí de ese pasillo y me encaminé por muchos otros hasta llegar a mi destino. Pasé la identificación por el sensor y entré en la sala, tropecé con uno de los cables del suelo. Tenían que recogerlos. Estaban desperdigados y no era la primera vez que me topaba con ellos. El ordenador viejo del escritorio estaba encendido, aunque la pantalla estaba teñida de un azul intenso. La silla negra que solía estar frente al escritorio estaba en una esquina, apartada.

Margot reposaba en la camilla y la enfermera escribía en un papel. También identifiqué a Amy, que estaba sentada en una silla lejana a la camilla.

—Buenos días, Paige —entré sin esperar su permiso.

—Harper. —Despegó la vista del papel y me sonrió. Tenía una sonrisa blanca preciosa, todos sus dientes estaban bien alineados—. ¿Qué te trae por la enfermería?

—Oliver me ha pedido que le lleve a Margot.

La miré de reojo. Tenía la cabeza gacha y un moretón se mostraba en su frente.

—Está bien. Dame un momento, estoy acabando.

Asentí.

No sospechó de mí. Era normal que Oliver quisiera ver a según qué pacientes. Las piernas de Amy no tocaban el suelo. Las movía con nerviosismo.

—Toda tuya.

—Gracias, Paige.

Margot me miró a los ojos por primera vez desde que entré a la habitación. Sus ojeras se habían vuelto más oscuras, estaban más pronunciadas. Estaba confundida. Yo en su lugar también lo estaría. Bajó la mirada.

Le tomé la mano y salimos de la enfermería.

—Te llevaré con tus amigos. —Sus ojos se tornaron acuosos y relucían por culpa de las lágrimas que se formaban en ellos—. No, Margot, no llores. Necesito que estés centrada.

Asintió, pero no abrió la boca.

—Se los llevará a la habitación que está al lado de su despacho. Ahí es donde suele meter a la gente que le estorba. —Caminábamos por un pasillo blanco bastante amplio. Lo curioso era que no había nadie. Miré el reloj que descansaba en mi muñeca izquierda: las doce y media. El personal estaba en su hora de descanso, comiendo—. Posiblemente, luego se los lleve al bosque... —Paré en seco. Era solo una niña, debía omitir información.

Suspiré.

Margot posó sus ojos en los míos, me sonrió y deduje que era una sonrisa de agradecimiento.

—Solo hago esto porque no quiero que le pase nada a mi hermano. ¿Entendido?

La sonrisa de Margot desapareció. Miré al frente y continuamos caminando cuando un tirón en el brazo provocó que me parara en seco.

—¿Estás loca? ¿Dónde vas? —Margot había intentado escapar. Por suerte le agarraba de la mano. De lo contrario, habría huido—. Estás segura conmigo. Hazme caso. —Se mantuvo en silencio. ¿Se había vuelto muda?—. ¿Por qué te has intentado escapar?

—Amy me ha contado que Ivy y Jordan están aquí. —De nuevo, los ojos se le llenaron de lágrimas—. Pensé que estaba muerto... que lo habían matado.

—Hay que darse prisa, Margot. No es momento de llantos.

—¿Por qué lo haces? —La miré, confundida—. Trabajas con ellos. ¿Por qué?

—Estamos intentando averiguar cómo funciona una toxina que...

—¡Mírame! —No conocía mucho a Margot, solo la había visto un par de veces; sin embargo, se notaba que ese no era su comportamiento habitual—. ¡Estáis tratando a las personas como si no valieran nada! No paráis de extraerme sangre aunque esté débil. Os da igual mientras tengáis para analizar. ¡No entiendo por qué necesitáis tanta!

—¿No quieres saber por qué eres así?

—Sí, claro que quiero, pero no así, no si me mantenéis encerrada.

—Margot, es necesario que te tranquilices. Te sacaré de aquí, pero antes tienes que calmar tu rabia.

—¿Por qué trabajas con ellos? —repitió.

—Margot... —Un guardia pasó por nuestro lado y disimulamos lo mejor que pudimos: cerramos la boca y miramos al frente. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, hablé de nuevo—: A veces uno no tiene elección. A menudo, la situación requiere ir en contra de lo que uno considera correcto porque es lo que se debe hacer. Que la moral y el deber suelan ir de la mano no impide que en algunos casos se contradigan.

—No lo entiendo.

—No hace falta que lo entiendas. Las cosas son así, nos guste o no. A ti te ha tocado un mal bando y lo siento mucho por ti. Me gustaría ayudarte, pero esto es lo máximo que puedo hacer.

Si antes Margot me daba pena, en aquel entonces me la daba el doble. Tenía que mantenerme fuerte. No sabía cuánto tiempo le quedaba a mi hermano.

Llegamos a la habitación contigua al despacho de Oliver. La puerta estaba custodiada por tres guardias: Jacob, Ben y Rebeca. Oliver salió de un pasillo alejado que hacía esquina con el pasillo donde nos encontrábamos. Antes de acercarme a él, le pasé a Margot una placa a escondidas. Le serviría como identificación. La tomó y le susurré que la guardara bien en el bolsillo del pantalón. Me acerqué a Oliver cuando estuvo a unos pocos metros del despacho.

—Oliver, necesito que vengas conmigo a la enfermería. Han acabado de analizar unos resultados.

—Pueden esperar, antes tengo algo que hacer. —Le echó un vistazo a Margot y añadió—: ¿Qué hace aquí?

—Acaba de salir de la enfermería.

—¿Y por qué no está en su habitación?

—Quería informarte de los análisis. —La mano que sujetaba la de Margot me sudaba—. Ahora mismo la llevo.

La puerta de la habitación se abrió y Jacob entró junto con Oliver.

—Hasta aquí hemos llegado —sentenció Oliver. Me asomé a la puerta, con Margot aferrada a mi brazo—. Él primero —ordenó con aspereza, apuntando a Caleb con el dedo índice.

—¡No, no le hagáis daño! —gritó Ivy.

—Por favor, Oliver. No lo hagas —le rogué a la vez que entraba en la habitación—. Es mi hermano.

Pero entonces ya era tarde.


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Nota de la autora:

¡Hola!

¿Cómo estáis?

En este capítulo se muestra la perspectiva de Harper, esta vez sin entradas en el diario. ¿Qué os ha parecido el punto de vista? Me molesta que solo piense en su hermano y que los demás le den igual. Comprensible, pero no me gusta. (Sí, sé que lo he escrito yo xD). 

Como siempre, no os olvidéis de votar y de comentar. <3

Sin nada más que decir, ¡al siguiente capítulo!


Los Tiempo CambiantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora