[XXXI]

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— ¿Quiénes son ustedes? —pregunto Rhodes levantando su arma inconscientemente

— ¡Por favor! ¡No dispare! —grito el hombre— ¡Mi hermana! ¡Ayúdela! —sujetando la reja— le inyectaron algo y... no reacciona —su voz se quebró— por favor, sáquela de aquí... —su mirada suplicaba piedad— solo a ella, se lo ruego —se arrodilla sujetándose de la reja

Rhodes dudo unos segundos, no tenía tiempo para esto, estaba todo en contra y su misión era claramente otra, pero el hombre se veía desesperado, además de demacrado y débil, la mujer por su lado estaba desmayada en el suelo o esa idea daba, era peligroso siquiera estar cerca de ellos, pero las suplicas del hombre y las condiciones de la celda, hacían pensar lo contrario. Se acerco con cierto resquemor al panel y abrió la celda, no hubo respuesta de la mujer, por lo que se aventuró a entrar y se arrodillo frente a ella, para moverla con delicadeza.

— Oye ¿Estas bien? —pregunto el Cabo. Sus ojos comenzaron lentamente a abrirse— ¿Puedes escucharme?

— Pietro... —dijo en un hilo de voz

— ¡Aquí estoy, Wanda! —respondió el hombre— estoy bien... ¿Te sientes bien? —Rhodes permaneció en silencio— por favor —volvió a suplicar— sé que no tengo derecho a pedirle esto, y que quizás no está aquí por esto, pero por favor, le ruego... —se escuchan unas lágrimas— saque a mi hermana de este infierno...

— No... —dijo la mujer— no me iré... sin ti —tratando de ponerse de pie

Rhodes sostiene a la chica y no puede parar de preguntarse qué cosas horribles pasaban en este lugar para que estos dos jóvenes estuvieran así ¿Acaso Tony Stark terminaría igual que ellos? Y pensando justamente en eso y sin desvincularse de su misión principal, decidió actuar, además, necesitaba ayuda.

— Descuida —sujetando a la joven de los brazos— voy a sacarte de aquí —la mujer abrió los ojos sorprendida— a los dos —pasa uno de los brazos de la chica detrás de su cuello y la saca de la celda— no te muevas —dejándola apoyada en la pared y encaminándose hacia el otro panel— ven, amigo... eres libre

Pietro demoro unos segundos en reaccionar, era imposible que esto estuviera pasando, por algunos momentos habia pensando que jamás dejaría este lugar de horror y mucho menos, junto a su hermana, pero ahí estaban, los dos fuera de su celda y sin celadores y soldados a su alrededor. Su primera acción, casi instantánea, fue correr hacia su hermana y abrazarla, quería cerciorarse de que estaba bien, de que estaba a salvo, quería sentirla cerca de él y como buen hermano mayor, quería asegurarle que todo estaría bien a partir de ahora. Cabe mencionar, que si no fuera por la urgencia del momento y los aun adormilados reflejos de Rhodes, hubiera jurado que el joven se movió en cuestión de centésimas, pero prefirió obviarlo.

— Estas bien, estas a salvo... —dejándola llorar en su pecho— estamos juntos ahora y nadie nos separara —la toma del rostro— es una promesa

— Debemos irnos —interrumpió Rhodes— este lugar no es seguro y además necesito que... —se escuchan ruidos en el pasillo— ¡Detrás mío! —colocando a los hermanos tras su espalda

Tres hombres aparecen por el pasillo, soldados que seguían órdenes a ciegas, y aun cuando seguía adolorido por las heridas infringidas en la tortura, Rhodes respondió con fuego cruzado, cubriendo en todo momento a los hermanos, sabia de sobra que esta no era su misión, pero no podía dejarlos desamparados y menos en esas condiciones. Un hombre cayo al instante abatido, el segundo se refugió herido detrás de unas cajas y el tercero, prácticamente desapareció del radar del Cabo, el cual, se separó unos metros de los hermanos y logro dispararle al segundo hombre, justo mientras escuchaba al tercer hombre abalanzarse sobre Pietro y golpearlo duramente contra el suelo, para ir directamente hacia Wanda.

Era claro que quería matarlos, pero el Cabo fue más rápido, y aun sin balas, logro posicionarse frente a la hermana y levantar al hombre, para luego azotarlo sin control contra la celda, cayendo inmediatamente muerto al suelo, mientras que él claramente agotado se arrodillaba en el piso. Wanda fue la primera en reaccionar y ayudarlo a levantarse, estaba tan agradecida, prácticamente habia salvado su vida por segunda vez.

— Muchas gracias —dijo abrazándolo— muchísimas gracias

— Descuida —respondió entre jadeos— ¿Estas bien? ¿No te hizo nada? —revisándola

— No —comento entre lagrimas

— ¿Qué hay de tu hermano? —volteándose hacia él

— Pietro... —acercándose hacía él

— Estoy bien, tranquila —sentándose— no fue nada... —mira a Rhodes— gracias —el soldado lo ayuda ponerse de pie— jamás podremos pagarte por todo lo que ha hecho

— No fue nada —contesto—, lo importante ahora es sacarlos de aquí —mira a Wanda— a los dos, pero... —carraspea— sé que no tengo moral para pedirles nada y que solo quieren dejar este lugar de horror, pero... —sube la mirada— estoy aquí con una misión, debo salvar a un persona, un joven que tienen prisionero —inhala— si quieren irse, pueden hacerlo... solo sigan los escombros y encontraran la salida, pueden esperarnos en el avión si así lo desean, pero yo debo seguir con mi misión —con firmeza— y me separaron de mi compañero, no puedo dejarlo solo... —ambos hermanos se miran con determinación

— Lo ayudaremos —respondió Pietro— cuente con eso

James se sorprendió de su respuesta, estaban heridos, torturados, de seguro serían perseguidos y claramente solo quería salir de este lugar, pero ahora estaban dispuestos a ayudarlo, sin importar los riesgos. Eran unas personas sumamente admirables.

— Muchas gracias —con una enorme sonrisa, para luego exhalar buscando calmar el dolor— ustedes deben conocer este lugar mucho mejor que yo —con cierta timidez— estoy buscando un lugar oculto, cerrado con una gran puerta de metal sólido, a un costado de un largo pasillo, con pocas luces —los hermanos se miran— sé que no es mucho, pero es lo que más recuerdo, antes que me capturaran —mostrando las heridas en su pecho— o quizás han visto a quien busco, un joven de cabello castaño, ojos pardos y piel algo tostada —buscando en la mirada de los hermanos— o sino, a mi compañero, el Capitan Steve Rogers, es un...

— ¿El Capitan América? —interrumpió Pietro. Rhodes se arrepintió al instante de mencionarlo, se supone que nadie debía saber que Steve está vivo

— Si... él —algo dubitativo

— Nos hicieron ver todas sus películas —prosiguió Pietro— querían que lo odiáramos, que entendiéramos que era el enemigo, pero... lo único que generó en nosotros fue admiración —mira a Wanda— bueno, hasta que el aparecía... —con cierto temor en la voz

— ¿Él... quién?

— El verdadero Steve Rogers o... así se llama a si mismo —comento Wanda— aquí lo conocen con otro nombre, Capitan HYDRA —traga en seco— ha sido una de las personas que más nos ha lastimado estando aquí dentro

— Pues yo busco al verdadero, al original, al único Capitan América —responde Rhodes— vine con él y le prometí que lo ayudaría, que no lo dejaría solo y que salvaríamos al joven Stark, no puedo fallarle...

Pietro dibujo una amplia sonrisa— con más razón te ayudaremos —indico seguro— yo encantado de ayudar y salvar a mi héroe de la infancia, la única imagen buena que alguna vez vi en este lugar —permitiéndose tener esperanza por primera vez en su vida.

— Y creo que se dónde pueden estar —agrego Wanda— es el lugar favorito de ese psicópata, pasa horas al día encerrado ahí y siempre habla de su gran amor —comenzando a caminar— es por aquí... —corriendo por el pasillo

— Muchas gracias —responde Rhodes siguiéndolos

Pasillos más abajo, un soldado recorría las instalaciones que alguna vez fueron su prisión, porque jamás podría llamarlas su hogar, eran los recuerdos más dolorosos de su vida, algunos que de hecho no podía siquiera controlar y que seguían atormentando su aun atribulada memoria. Pero en este momento, eran sus piernas las que se movían solas, cargadas por la desesperación, tanto así, que ni siquiera se percató que mientras corría, dejaba una estela de lágrimas a su paso, no solo por su pasado atroz, sino por su necesidad urgente de salvar a su ahijado y encontrar a su hermano. Solo rogaba por una señal, una ínfima. 

A través del tiempo [STONY - ENDGAME]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora