Capítulo 14

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Seda Pov

- ¡Seda!

- ¡Dime!

- ¡Ven acá! – dejo lo que estoy haciendo y voy hacia el living donde se encuentra Adom.

- Dime ¿Qué pasa?

- Dejaron esto para ti.

Me entrega un sobre y se mete en su habitación. Raro.

Me encojo de hombros y abro el sobre ¡OMG! Marco el número de Sergio enseguida.

- ¡Sergio eres el mejor, te amo!

- Lo sé. Espero que esto te dé un pase al paraíso.

- Eres el mejor ex de todos los tiempos.

- También lo sé. Ahora disfrútalo y diviértete.

- Gracias otra vez ¿Nos vemos mañana en la boutique?

- Vale.

- Adiós - cuelgo - ¡Adom mira lo que ... - entro a su nueva habitación - ¿Qué estás haciendo? - cuestiono al ver que se está vistiendo.

- Me llamaron del trabajo. Voy a llegar tarde. Adiós.

Le cierro la puerta y me pongo en medio cruzando los brazos.

- ¿Qué haces?

- ¿Qué estás haciendo tú? ¿Se puede saber qué te pasa? Hace unos minutos estábamos bromeando, riendo, nos dijimos que nos queríamos.

- Fue un error. Estaba feliz, cuando somos felices no somos nosotros mismos, es todo.

- ¿Un error? Ok ¿Sabes que es también un error? Que pienses que me voy a creer eso de fue un error, pasó algo en el minuto que estaba en mi habitación, dime ¿Que pasó Adom?

- No pasó nada ¿Por qué tendría que pasar algo?

- Pensé que te había quedado claro que odio que me subestimen ¡Dime lo que te pasa! ¡No puedo leer mentes!

- ¡Te dije que no me pasa nada! ¡¿Tan difícil te es creer que no te quiero, que me equivoqué?!

- Si, me es difícil creer lo que me dices cuando tus ojos me gritan otra cosa ¿Quieres que te diga lo que me gritan tus ojos? Tengo miedo, no creas nada de lo que digo, sólo intento protegerte, tienes que irte, pero quiero, necesito que te quedes, no me abandones, abrázame, te ... - me jala y me abraza fuerte, tan fuerte que siento que mi niño inocente se está derrumbando y duele, duele mucho verlo así.

- No voy a ir a ninguna parte Adom, no me voy a ir de tu lado, ni de tu vida mientras tus ojos me pidan que me quede - digo con certeza y le juro mientras le correspondo el abrazo y le acaricio el pelo.

Dejo que me abrace un poco más y cuando nos separamos lo tomo de la mano y nos acostamos en el sofá, yo recostada y él entre mis piernas mientras le acaricio el pelo.

- La recordé a ella al ver el gym.

- No tienes que contarme sino ...

- Quiero hacerlo – me interrumpe - necesito hacerlo. Creo que vas a ser la única que me entienda de verdad.

- Vale.

- La conocí en los entrenamientos. Era la mejor boxeadora que había visto, después de mi claro. Ayudaba al entrenador con los niños y un día el entrenador me dijo que le echara una mano, ella no quería, era muy independiente y terca, pero aceptó a regañadientes. Nos pasamos días así hasta que nos retamos a una pelea.

A través de la máscara (DISPONIBLE EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora