- Amor malas noticias, no voy a poder acompañarte a la cena con tus padres. Mamá insiste en que vayamos a cenar los cuatro porque según Raúl tiene algo que comunicarnos.
- Joder ¿Tenía que ser precisamente hoy?
- Ya vez. Raúl es una persona muy oportuna.
- Bueno ¿irás al aeropuerto al menos?
- Amor, odio las despedidas y verte ir me da cosita, pero cuando vuelvas te haré la mejor bienvenida jamás vista, lo prometo.
- Vale entonces.
- Te amo.
- Te amo.
Cuelgo.
- Asique aún no sabe que te le aparecerás en el hotel en París sorpresivamente.
- Será una sorpresa.
- ¿Y la cena de tus padres?
- Mentira piadosa. No en un millón de años Raúl me quiere cerca.
- En fin, yo también te tengo una sorpresa.
- ¿A mí? ¿Qué es? - me enseña un billete de avión.
- ¡¿Vendrás conmigo?!
- Si, pero no para acompañarte sino porque ruido de tambores - golpeó la mesa con ritmo - ¡Daremos un desfile en las pasarelas de París!
- ¡No!
- ¡Si!
- ¡Si! ¡¿Pero cómo, cuándo?!
- Messie me llamó y quiere que hagamos lazos con él, con Messie freses, quiere poner nuestros sueños en sus cristaleras de exhibición ¿Te lo imaginas? Franceses, turistas, parisinos caminando por las calles y las tiendas viendo nuestros vestidos en exhibición.
- Es perfecto.
- Es perfecto. Somos perfectos.
- ¿Y a que estamos esperando? Vámonos al aeropuerto ¡ya!
( ◇ )
- Pasajeros bienvenidos a París.
- Ula la.
- Amo París.
- Tengo las habitaciones del hotel reservadas.
- ¿Hotel? Pero que hotel, vámonos a mi casa.
- ¿Tienes una casa aquí?
- Pues claro ¿qué pensaste? ¿Qué iba a pagar alquiler todo el año? Tengo mi propio apartamento y lo mejor de todo es que ...
- ¡Tienes vista a la torre Eiffel!
- Exacto. Ahora cambiémonos y vayamos a ese restaurante al que fuimos cuando nos comprometimos.
-Oh, amo como piensas.
Pedimos un taxi y vamos rumbo al restaurante.
- He ido a muchos restaurantes, hemos ido, pero la mejor mousse de chocolate blanco que he comido en mi vida es aquí.
- Recuerdo esa vez que se había acabado y te metiste en la cocina y junto al chef hiciste una - reímos.
- Es que fue inaceptable, yo vengo a primera hora a comer algo y no hay. Y la vez que nos unimos a aquel mímico y la gente nos aplaudía como si fuésemos parte de su equipo.
- Ese día por poco me da un infarto de tanto reírme.
- Fueron buenos tiempos. Amore tengo que hablarte de algo.
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A través de la máscara (DISPONIBLE EN AMAZON)
RomantizmLo bueno de las máscaras es que sólo te reconoce quien siempre te miró a los ojos.