Capítulo 29

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- Amor malas noticias, no voy a poder acompañarte a la cena con tus padres. Mamá insiste en que vayamos a cenar los cuatro porque según Raúl tiene algo que comunicarnos.

- Joder ¿Tenía que ser precisamente hoy?

- Ya vez. Raúl es una persona muy oportuna.

- Bueno ¿irás al aeropuerto al menos?

- Amor, odio las despedidas y verte ir me da cosita, pero cuando vuelvas te haré la mejor bienvenida jamás vista, lo prometo.

- Vale entonces.

- Te amo.

- Te amo.

Cuelgo.

- Asique aún no sabe que te le aparecerás en el hotel en París sorpresivamente.

- Será una sorpresa.

- ¿Y la cena de tus padres?

- Mentira piadosa. No en un millón de años Raúl me quiere cerca.

- En fin, yo también te tengo una sorpresa.

- ¿A mí? ¿Qué es? - me enseña un billete de avión.

- ¡¿Vendrás conmigo?!

- Si, pero no para acompañarte sino porque ruido de tambores - golpeó la mesa con ritmo - ¡Daremos un desfile en las pasarelas de París!

- ¡No!

- ¡Si!

- ¡Si! ¡¿Pero cómo, cuándo?!

- Messie me llamó y quiere que hagamos lazos con él, con Messie freses, quiere poner nuestros sueños en sus cristaleras de exhibición ¿Te lo imaginas? Franceses, turistas, parisinos caminando por las calles y las tiendas viendo nuestros vestidos en exhibición.

- Es perfecto.

- Es perfecto. Somos perfectos.

- ¿Y a que estamos esperando? Vámonos al aeropuerto ¡ya!

( ◇ )

- Pasajeros bienvenidos a París.

- Ula la.

- Amo París.

- Tengo las habitaciones del hotel reservadas.

- ¿Hotel? Pero que hotel, vámonos a mi casa.

- ¿Tienes una casa aquí?

- Pues claro ¿qué pensaste? ¿Qué iba a pagar alquiler todo el año? Tengo mi propio apartamento y lo mejor de todo es que ...

- ¡Tienes vista a la torre Eiffel!

- Exacto. Ahora cambiémonos y vayamos a ese restaurante al que fuimos cuando nos comprometimos.

-Oh, amo como piensas.

Pedimos un taxi y vamos rumbo al restaurante.

- He ido a muchos restaurantes, hemos ido, pero la mejor mousse de chocolate blanco que he comido en mi vida es aquí.

- Recuerdo esa vez que se había acabado y te metiste en la cocina y junto al chef hiciste una - reímos.

- Es que fue inaceptable, yo vengo a primera hora a comer algo y no hay. Y la vez que nos unimos a aquel mímico y la gente nos aplaudía como si fuésemos parte de su equipo.

- Ese día por poco me da un infarto de tanto reírme.

- Fueron buenos tiempos. Amore tengo que hablarte de algo.

A través de la máscara (DISPONIBLE EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora