Oxford (Gastina)

TWENTY SEVEN

[Gastón]

Ya casi habrán pasado tres semanas de que viajé a Buenos Aires. Justo hoy falta semana y media para que vuelva a Inglaterra, y si soy sincero, no estoy listo. No me siento capaz de poder irme de nuevo. La primera vez fue difícil, pero hacerlo por segunda vez me parece casi imposible. 

Me parece gracioso que algo que disfrutas hacer lo puedes hacer más de una vez y sin problemas, y conforme lo vuelves a hacer, lo disfrutas más que la primera vez, en cambio, cuando tienes que hacer algo que te lastima, es tan complicado y el dolor es mucho más fuerte la segunda vez que la primera y se te hace más difícil. No es algo sorprendente porque las personas por naturaleza buscamos repetir acciones que nos traigan placer y sensaciones buenas que generen buenas emociones en nosotros, a diferencia de aquello que no disfrutamos hacer.

Pero llega un momento en que te debes acostumbrar a hacer algo que no te gusta, ¿no? Es como ir al dentista, la mayoría de las personas odia hacerlo, y posiblemente cada vez que van sufren un poco más que la vez anterior, pero al final, es algo necesario, es algo que todos necesitamos hacer porque se trata de nuestra salud y aunque no nos guste verlo de esta manera, en ocasiones debemos hacer sacrificios para lograr estar bien aunque no lo veamos de esa manera, aunque no lo sintamos de esa forma en ese momento, porque puede que el beneficio sea a largo plazo.

Eso justo es lo que me ocurre cada vez que pienso en el día en que tendré que volver a Inglaterra. Me duele pensar en eso y como dije, me duele mucho más que la primera vez. La primera vez fue muy difícil para mí, me costó mucho trabajo poder ver a la cara a todas las personas de las que me estaba despidiendo, me dolía tener que dejar mi hogar, fue muy doloroso ver una última vez mi casa, a mi familia, a todos los lugares en los que disfrutaba estar como el Roller, con mis amigos, incluso fue difícil despedirme del Blake. Fue casi imposible decirle adiós a mi mejor amigo pero lo que más me mató fue tener que decirle adiós a Nina sin siquiera poder acercarme a ella como quería, sin siquiera poder abrazarla de tal forma que su abrazo me acompañara durante todo mi viaje, fue casi asfixiante no poder besarla por última vez porque no sabía hasta cuando la volvería a ver y pensar que hace mucho la había besado por última vez me oprimía el pecho y era incluso más doloroso saber que no podía ni siquiera robarle un beso porque tenía novio. Sentí que me suicidaba al decirle adiós como si fuera una persona sin importancia para mí cuando me moría de ganas de decirle que la amaba y que así sería siempre. Fue tan doloroso irme, alejarme de ella y verla por última vez pese a que estábamos separados; pese a que hace meses no nos hablábamos; pese a que ella ya salía con alguien más; pese a que ella no me pidió quedarme y pese a que creía que habíamos terminado para siempre.

¿Cómo seré capaz de irme otra vez de su lado cuando ahora si estamos juntos; cuando por fin volvimos; cuando nos hemos dicho te amo a cada segundo, como si fuera más importante que respirar?

¿Cómo podré sobrevivir esta vez sin ella si la primera vez casi fallé?, ¿Cómo podré alejarme de ella ahora que sé que nunca dejo de amarme?, ¿Cómo podré volver a estar a miles de kilómetros lejos de ella cuando ahora sé que ella quiere estar conmigo para siempre?

Me parece imposible y cruel, bastante cruel.

La vida es tan cruel porque todo el tiempo te fuerza a hacer sacrificios, igual que en el ejemplo del dentista. Si quieres una boca sana, una salud bucal buena, necesitas hacer el sacrificio de ir a ese lugar que odias, soportar que pongan en tus dientes esos aparatos ruidosos y te hagan sentir un dolor casi agonizante. 

Lo mismo me ocurre a mí. Si quiero terminar la Universidad, si me quiero graduar para lograr ser el empresario exitoso que siempre he deseado ser, necesito volver en semana y media a continuar mis estudios en Oxford; pese a que esté a miles de kilómetros de distancia de Buenos aires; pese a que esté lejos de toda la gente que amo, de mi hogar; y pese a que esté al otro lado del océano en donde está Nina, mi Nina, el amor de mi vida, la persona que más amo en la vida y la única que necesito para ser feliz.