TWENTY FIVE

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A V I S O

Este capítulo contendrá un poco de contenido se**al, ya tú sabe a lo que me refiero je je. Pero será narrado de una forma romántica apenas rozando lo e**tico. Así que realmente el contenido adulto no será muy fuerte ni intenso jaja. Pero aviso por si hay gente sensible a este tipo de temas, están invitados a saltarse esa parte [les dejaré una marca para aquellas personas que no quieren leer ese tipo de contenido, puedan saltárselo]
Oh, y está un poco largo el capítulo, bueno, no un poco, bastante jaja.
Siento si hay faltas de ortografía o errores de redacción, como el capítulo es muy largo no me dio mucho tiempo de revisarlo.):

Ahora sí, es todo jeje.

[Nina]

Apenas pongo un pie dentro del lugar, me es imposible no disimular el asombro que me causa ver todo esto. Abro los ojos de par en par mientras mi boca forma una muy marcada "o". Avanzo a paso lento por el piso hasta que llego al centro del lugar y alzo mi vista para dejar que mis ojos se embelesen con todo lo que tienen frente a ellos. Todo pareciera haber salido de una película romántica. Una de esas películas que tanto odia Gastón y que tanto me hacen suspirar y llorar a mí.

Sin darme cuenta, dejo mi chamarra sobre una caja de cartón mientras mis ojos no despegan la vista de todo lo que se encuentra a mi alrededor. Decido examinar todo a detalle, a tal grado de lograr grabarlo en mi cabeza para toda la vida, o al menos hasta que dure este sueño. Porque todo esto sin duda alguna no puede ser real, no veo la posibilidad de que lo sea. Debe ser un sueño, uno de esos que tengo con mucha frecuencia. Sin embargo, se siente tan real que temo que cuando abra los ojos, la realidad me caerá como un balde de agua fría.

—¿Te gusta?— escucho la voz de Gastón detrás de mí. Siento un escalofrío correr por todo mi cuerpo al sentir como su aliento choca ligeramente con mi oreja y como sus palabras llegan hasta lo más profundo de mí.

¿Qué si me gusta?, ¿de verdad está preguntando eso?

Debe de estar loco si creyó que no me gustaría todo esto.

Me giro despacio para verlo a los ojos y siento una bomba de sensaciones al lograr descifrar la duda en su mirada, la ansiedad en su respiración y el nerviosismo en sus movimientos. Gastón está nervioso. Sí, él mismo Gastón Perida que todo mundo conoce. El más canchero del mundo; un chico fresa— como lo llamaría Luna— que trae locas a todas las chicas a las que se les acerca; uno de los chicos más populares del Blake. 

Sí, ese mismo chico; ese chico que siempre se siente seguro de sí mismo; ese chico que sabe sobre la belleza que posee y como puede usarla a su favor; ese mismo chico a quien nadie le dice que no; ese mismo chico del que estoy enamorada desde que lo conocí, desde el primer momento que vi. Ese Gastón está muerto de los nervios, y todo por mí. Yo soy la causante, y eso de alguna manera extraña e irreal, me hace sentir poderosa. Demasiado poderosa.

Y por primera vez quiero disfrutar de algo sin que los nervios, el miedo o las inseguridades me ataquen y ganen la batalla. Por primera vez quiero sentirme poderosa y quiero demostrarlo a la vez; por lo que me vuelvo a girar para observar todo a mi alrededor y de esa forma darme un aire misterioso que le haga perder los nervios a Gastón. Quiero ser yo la que tenga el control aunque sea una vez. Con cinco minutos me conformo. Sólo quiero sentir que él está tan loco por mí como yo lo estoy por él. Sólo quiero sentir que él me necesita tanto como yo a él. Sólo quiero sentir que él me ama tanto como yo a él.

¿Acaso eso está mal?

—Mmm...— me limito a decir y miro todo a mi alrededor, pero esta vez lo hago a detalle, así mato dos pájaros de un tiro; logro grabarme cada detalle por completo y a su vez continúo con ese aire misterioso que le está haciendo perder los nervios a Gastón.

Oxford (Gastina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora