Oxford (Gastina)

THIRTY THREE

[Nina]

Después de que los chicos nos hablaran sobre el accidente que tuvieron antes de venir, todos en la mesa nos quedamos en silencio. Por un lado, Matteo se dedicaba a observar a Luna, esperando una respuesta de su parte mientras disimuladamente llevaba una de sus manos a su espalda baja, como si se estuviera sobando; mientras que por otro lado, Luna observaba atónita a su novio, sus ojos están de par en par mientras que sus labios forman una gran "O", ni siquiera pestañea, ni siquiera se da cuenta que él igual la está observando mientras espera que le diga algo, y ni siquiera se da cuenta de las muecas de dolor que hace Matteo cada vez que se soba.

Por otro lado estamos Gastón y yo, por lo que me tomo mi tiempo para observarlo detalladamente. Cuando lo vi entrar sólo logré verlo lleno de tierra y hojas, sin embargo, no preste atención, ni me di el tiempo de observar los pequeños rasguños en su rostro o en sus brazos. Cuando lo vi sólo noté como su ropa estaba llena de tierra, sin embargo, no reparé en darme cuenta que su pantalón tiene una rasgadura en la pierna derecha y una ligera mancha de sangre, así como su playera tiene una rasgadura mucho mayor en la parte del abdomen, la cual fácilmente deja ver la piel de su torso.

Él igual me observa a mí de la misma manera en que Matteo observa a Luna; me observa como si estuviera esperando a que le diga algo, y a su vez me mira con arrepentimiento, como si quisiera pedirme una disculpa aún sin el saber porqué o cómo hacerlo, por lo que intento borrar mi expresión de asombro y me estiro un poco sobre mi lugar hasta que logro tomar su mano entre mis manos, doy suaves caricias sobre ella y en ese momento igual logro darme cuenta de las cortaduras y los moretones que se hizo cuando cayó, por lo que lo miro y le regalo una pequeña sonrisa.

—Está bien, no tienes que disculparte por haber llegado tarde, Luna y yo ahora sabemos lo que pasó.— sigo acariciando su mano, él me regala una sonrisa más amplia y tira de mi mano un poco para que me siente en sus piernas, por lo que no pongo mucha resistencia, sin embargo, cuando estoy por sentarme en su muslo derecho, logro ver como esboza una mueca de dolor y en ese momento recuerdo que tiene una pequeña cortadura o raspadura en esa área.

—Estoy bien, no importa, puedes sentarte.— él vuelve a tirar de mi mano para que me siente encima de él, sin embargo, niego con la cabeza y me pongo de cuclillas frente a él. Pongo una de mis manos en su mejilla y le doy ligeras caricias, logrando sentir lo rasposa que está su piel justo ahora por el par de rasguños que tiene en sus mejillas.

—Iré a buscar un botiquín, estás herido, necesitas que se limpien esas heridas.— le regalo una pequeña sonrisa tranquilizadora para que me deje ir a buscar lo necesario para poder curarlo y así evitar que se infecten sus heridas.

—Ya me las limpié en el baño, las lavé con jabón así que no tienes que preocuparte, si me quejé fue porque estoy adolorido, pero eso no se aliviara con ningún antiséptico, así que no te preocupes por mí, estaré bien.— él igual me regala una dulce sonrisa mientras acaricia mis mejillas con una mano y sigue tirando de mi mano con su otra mano.

—¿Y la mancha de sangre de tu pantalón?— señalo la mancha de sangre que pese a que Gastón lleve puesto un pantalón negro, se logra ver.

—Es sangre seca.— él suelta una pequeña risita, la cual me es imposible no corresponder, por lo que me relajo un poco e igual suelto una pequeña risa, lo cual él aprovecha, pues tomándome desprevenida, vuelve a tirar de mi mano hasta que logra que caiga sentada sobre él.

Sonrío al estar sentada sobre él y paso uno de mis brazos detrás de su cuello, abrazándome a él para poder tenerlo más cera. Él me mira con un brillo hermoso en sus ojos; me mira como si yo fuera lo más hermoso que ha visto en su vida; me mira como si yo fuera todo lo que necesitara ver y tener cerca para sentirse bien; me mira como si durante todo el día hubiera estado esperando por este momento; me mira como si fuera lo más importante de su vida; y me mira como si no quisiera que me alejara de él nunca.