Un pequeño malentendido

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Narrador:

Después de que Bell solucionara todo con Ryuu, el volvio a la mesa donde estaban sus amigos, pero no vio a Artemisa por ningun lado, el albino ya se esperaba la peor, pero fue sorprendido por un beso de a quien el tanto buscaba.

Bell: Artemi-

El albino no podia hablar ya que Artemisa nuevamente lo beso, y cada vez que el queria hablar era silenciado por los labios de la peliazul estos mismos eran observados celosamente por Ryuu la cuál intento disimular sus celos fue a seguir repartiendo los pedidos de los clientes pero en todo momento vigilaba a la "pareja", pero en un descuido, los perdio de vista y cuando los quizo seguir fue detenida.

Mama Mia: ¿A donde mocosa? Hoy tenemos demasiadas mesas que atender! Y mucho Dinero!

Ryuu: Claro... "¿A donde habrán ido?"

Mientras Ryuu regresaba a trabajar, Bell estaba siendo jalado por Artemisa la cuál estaba Borracha, tal vez porque bebio demasiado, o tal vez por su nula resistencia al alcohol, el albino no tenia idea de a donde lo llevaba Artemisa pero decidio seguirla para evitar que algo malo le pasara. La respuesta a la incognita de Bell llegaria cuando vio como la peliazul lo jalaba hacia la sede de esta, las dos guardias ya no se sorprendian al verlo pero ver a Artemisa borracha las alerto, pero antes de que siquiera pudieran hablar, fueron calladas por una mirada que solo les transmitia miedo, asi que solo guardaron silencio y los dejaron pasar. Artemisa no solto en ningun momento la mano de Bell y lo guio hacia su habitación en donde este tendria una de las más grandes pruebas de toda su vida.

Artemisa: Bell...

Bell: S-si?

Artemisa: *Hip* Ven aquí...

Bell: ¿¡Q-Q-QUÉ ESTÁS HACIENDO?!

El albino instintivamente se dio la vuelta al ver como Artemisa dejaba caer su vestido dejandola unicamente en ropa interior, Bell no queria mirar por nada el mundo, el sabia perfectamente que ni el ni ella estaban listos para ese momento, y trato de tranquilizarse y hacer que Artemisa entrara en razón.

Bell: Por favor p-ponte algo...

Artemisa: Es que acaso *Hip* no quieres?

Bell: Ni tu ni yo estamos listos para eso, por favor viste-

Bell quedo totalmente callado al sentir como los pechos de Artemisa entraban en contacto con su espalda y era besado apasionadamente por esta misma, el albino cayo al piso de la sorpresa con Artemisa encima de el y este quedaria aún más sorprendido al ver como esta ya no llevaba su sosten y por ende sus pechos copa D quedaban al aire, el sonrojo en la cara de Bell no se hizo esperar y cuando estaba a punto de ceder ante sus instintos.

Bell: ¿A-Artemisa?

Artemisa cayo dormida acurrucada en el pecho de Bell, para fortuna de Bell (Pero mala para los lectores) el había logrado resistir el suficiente tiempo para que el alcohol surtiera efecto y lograra que una cansada Peliazul hiciera una locura.

Bell: ¿Y ahora que hago?

El albino no sabia que hacer, no sabia si tenia que irse, si quedarse, o si dormir, pero lo que Bell decidio hacer no era nada de eso, sino que decidio vestir a Artemisa, evitando lo más minimo tocar el cuerpo de ella, y acostarla en la cama para luego intentar irse, pero en su intento volvio a ser aprisionado en un abrazo de la peliazul la cuál dormia placidamente, al parecer lo que hizo fue por instinto y no por estar despierta, o por un capricho, fue unicamente por instinto y porque ya se había acostumbrado a la compañia de Bell.











(Causas perdonen si el capitulo es corto pero en estos momentos estoy ocupadisimo con las tareas del hogar y es posible que me ausente por algunos días, o tal vez vuelva mañana, pero no estoy seguro, asi que aquí se despide Un culiao aleatorio)

Un conejo enamorado de una DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora