Capítulo 2

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—¡Hija, despierta ya! ¿Sabes las horas que son?

—¡Agh Mamá! Déjame dormir un ratito más.

—Venga, que Andrea está abajo esperándote.

—¿Y eso? —pregunto aun tumbada en la cama.

—Son las una y cuarto de la tarde, ¿habías quedado?

—No me acuerdo.

—Vaya memoria tienes hija, de todas formas ya van siendo hora de levantarse.

—Agh vale.

Me levanté de la cama con mucha pereza y me di una ducha rápida, me puse un pantalón corto vaquero y un top negro, ya estábamos a mediados de agosto y tenía planificado que en la semana del 2 al 6 de septiembre viajaría a Barcelona para ir adaptándonos al lugar.

Después de cepillarme el pelo y echarme un poco de perfume baje a la cocina cogí una manzana y me fui con Andrea a buscar un vuelo para esa semana de septiembre.

Llegamos a "Todo vuelo" una agencia de viajes que hay en mi pueblo.

Cuando entramos había tres personas sentadas,  en una larga mesa en la que se encontraba tres ordenadores, todos menos un chico estaban atendiendo a alguien.

Nos sentamos en la sillas, Andrea en la izquierda y yo en la derecha.

—Buenas tardes chicas, ¿en que puedo ayudaros?—preguntó amablemente el chico, que supongo que se llamará Adrián por el nombre en la chapa de su camisa.

—Estamos buscado un vuelo con destino a Barcelona para la primera semana de septiembre. —contestó Andrea.

—Vale, ¿También queréis billete para la vuelta?

—No, es para irnos a la universidad.—conteste esta vez yo.

—Oh, estás bien, miraré haber si hay algo.

El encargado, Adrián, estuvo revisando algunos  vuelos de cual nos hizo varias ofertas.

—Mirad chicas, hay un vuelo el 3 de septiembre a las 4 y cuarto de la madrugada, llegaréis allí a las 6 menos cinco, ¿Os parece bien?

Andrea y yo nos miramos y con esa mirada supimos que era el nuestro.

—Aceptamos.—dijimos al unísono.

—Genial serían 150 por persona, que al precio ya le viene incorporado el equipaje y el iva.

—Gracias por todo, eh...

—Adrián—le sonreí al escuchar su nombre.

—Gracias Adrián.

Después de eso avise a mi madre de que iríamos a comer al McDonald's, eran las tres de la tarde. Llegamos y me pedí unos nugget de pollo, con una botella de agua pequeña y Andrea se pidió un Big Mac con otra botella de agua, ambas con patatas deluxe, son mis preferidas.

Al terminar decidimos ir a dar una vuelta por la ciudad, entramos a varias tiendas de la zona y compramos cosas: yo me cogí un pantalón vaquero ancho y un top blanco con mangas largas, Andrea por el contrario se cogió una falda azul cielo que combinaba con la parte superior del mismo tono azul.

Salimos de la tienda y fuimos a una que estaba a dos calle más abajo, la tienda llamada "Tus vacaciones ideales" había de todo desde tiendas de campaña, sacos de dormir, hasta piscinas de plástico. Entramos y nos atendió una joven chica.

—Hola chicas, ¿os puedo ayudar en algo?—dijo la dependienta rubia.

—Si, buscamos maletas para hacer una mudanza.

—¿Sabéis el tamaño que queréis?

—Que entre toda una ropa de invierno—digo asintiendo con la cabeza previamente girada hacía la izquierda.

—Bueno, chicas, creo que se lo que estáis buscando—dice mientras se ríe levemente.

Nos llevo hacia un escaparate y nos mostró un conjuro de maletas de diferentes tamaños, la maleta tiene dibujada algunos edificios de New York, con un atardecer decorándolo. Me encanto esas maleta y justo al lado estaba otro conjunto más veraniego era perfecto para Andrea, le encanta esas cosas con un estilo playero.

—Me encanta—dije muy ilusionada.

—A mi me gusta mucho la de las palmeras—continuo Andrea.

—Creo chicas que estas son las vuestras.

—Opinó lo mismo, ¿Pagamos? —mire a Andrea.

—Pagamos—afirmó ella.

Nos acercamos a la caja registradora y pagamos 150 € cada una.

Terminamos con dos bolsas de la compra de ropa y con un conjuro de maletas.

Sobre las nueve de la noche me despedí de Andrea y volví a casa.

—¿Papá, mamá ya estoy aquí!

—Bueno, bueno Daf, pero si vienes cargada. —dijo mi padre.

Reí ante lo que dijo—Si, ¿me podrías echar una mano?

—Por supuesto.

Me ayudo a subir las maletas a mi habitación, luego de eso me di otra ducha y me puse mi pijama de tirantes rosa claro metálico. Al bajar pregunte que había de cenar.

—Calamares a la plancha con ensalada.

—¿Que bueno! —sentí como casi se me sale la saliva.

Al terminar subí a mi cuarto, me lave los dientes y me fui a ver una película en mi cama.

Cuando termino era sobre las doce de la noche, revisé mis redes sociales y vi que El FC Barcelona subió un twit en el que anunciaba la salida de Leo Messi. Me entristecí muchísimo, aunque no lo parezca me encanta el fútbol y una pérdida como el de él  para el Barça es muy mala.

Con esa triste noticia me fui a dormir, no sin esa noche llorar un poco por Messi.

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𝗠𝗼𝗿𝗲 𝘁𝗵𝗮𝗻 𝘄𝗼𝗿𝗱𝘀• Pedri González.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora