veintiocho

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Bajó su mirada cuando la escuchó decir lo ultimo. Sabe que ahora le entiende, pero no quiere que vuelva a pasar algo así, que se alejen para intentar proteger al otro cuando eso será muchísimo peor. 

Se quita los zapatos colocándose sus pantuflas de casa. 

— Llegue. -intenta sonar animado- 

— JungKook. -su hermano se acerca a él para ayudarle con las bolsas- Volviste rápido. 

— Solo compré pocas cosas. ¿Qué comes? -mira de reojo a Hyemin- Comen. -corrigió-

— Galletas. -deja las compras sobre la mesa- Fui a la tienda porque estaba muriendo de hambre, le traje a Hyemin. 

Solo asintió, la miró estar centrada en el televisor mientras termina las galletas brindadas por su Hyung, sonrió. 

Él también prestó totalmente atención a la cocina. Comenzó a cortar la carne en tiras mientras prepara la arrocera, a su vez lava los vegetales para cortarlos al terminar con la carne. 

— ¿Necesitas ayuda? -se sobresalta un poco- Ups, perdón.

— Esta bien. -sonríe un poco- Descuida, no hace falta, no es la gran cosa... Cortar vegetales y eso. 

— ¿Seguro? -se recargó contra la mesa de mármol- No es ningún problema ayudarte. 

—alejó sus manos del cuchillo y se limpio en el delantal, puso sus manos sobre los hombros de ella y le miró- Seguro. Tú relájate, descansa y espera la comida. 

— Vale. -sonríe- 

Vuelve al sofá, Jungwon esta tomando una ducha, entonces solo están ambos en el ambiente, el ruido de la tv y el cuchillo golpeando la madera. 

Inquita sin saber que hacer, decide ir de nuevo a JungKook, lo mira desde la mesa. 

Esta centrado en cortar finamente la zanahoria y la cebolla. Verlo así para ella es totalmente atractivo. Un hombre cocinando, por Dios, la tendrá anonada por él. 

Aunque ya lo esta, lo esta desde la vez que la beso bajo la lluvia, después de la fiesta. 

Se quedo observándolo. No es que no lo vio por un año o meses, fue poco tiempo aunque se sintió eterno para ambos. De ratos ve que hace una mueca de dolor y se toca el vientre, eso debido a que aún le duele por los golpes que recibió. 

Viste una camiseta el doble de su talla, es gris y tiene lo que parece ser una banda de rock en el centro. Tiene puestos unos pantalones sueltos negros y sus pantuflas de casa. Su cabello a crecido demasiado, le queda tan bien. 

Muerde su labio inferior y frunce su ceño mientras termina de preparar la comida. Se ve cuanto se esta esforzando por que salga bien. 

— JungKook. 

— ¿Qué sucede? ¿Te duele algo? 

— ¿Me ayudas con el collarín? -se gira a verla- El doctor dijo que cuando me diera el alta podría dejar de usarlo, si sentía dolor podía usarlo por unas tres horas. 

— ¿Ya no te duele? -dejo la cocina y fue a ella- 

— Si, pero no. Es muy poco, pero ya es incomodo, en la mañana si me dolía, pero siempre me duele al despertar por lo incomodo que es tenerlo. Tampoco es bueno que lo use las veinticuatro horas. 

Departamento 905 | Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora