Capítulo Dieciocho.

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—¡Pronto serás tía!

Mi madre estaba realmente emocionada, mi tía la llamo y estuvieron un buen rato hablando.

—¿Qué?

—Tu prima pronto tendrá a su precioso bebé, ¿lo recuerdas? Ya son casi nueve meses.

Por fin lo recordaba. Mi prima tenía mi edad, 16 años, declaró querer tener el bebé, desconocía su situación.

—Creí que era riesgoso.

—Lo és, pero al parecer todo va bastante bien.

—Eso es bueno, me alegro por ella.

—Me pidió acompañarla al hospital el día del parto. Hoy iremos a visitarla.

Vivía algo lejos y normalmente teníamos que compartir habitación porque el tiempo para volver no era suficiente. Siempre le hice saber a mi madre que ir con ellas no era mi cosa favorita en el mundo.

—No puedo faltar a la escuela, es importante cumplir con las asistencias.

Era un chantaje bastante tonto pero que sin duda funcionaría.

—Una falta no hara mal. No pienso que te quedes sola aquí, vas a ir conmigo.

—Mamá, sabes que me encantaría, pero lo dije ya, la asistencia es muy importante—. Desvíe la mirada.— No quiero perder el progreso que llevo ya.

Pensarlo desde el punto de no apoyar a mi prima con su embarazo me parecía egoísta, pero tenía una prioridad y no se trataba exactamente de la escuela.

—Bien, pero contestaras el celular, llegare para en la noche para que no estes tanto tiempo sola.

Mi madre había olvidado que saldría con Finn, así que no tenía problema con eso.

(...)

Estaba angustiada constantemente pensaba en que mi madre llegaría a casa y no me encontraría.

—¿Estás bien?— La voz de Finn me saco de mis pensamientos.

—Por supuesto, lo siento.

Me abrazo.— Estoy feliz de verte y se exactamente a donde vamos a ir.

Llegamos hasta un centro comercial lo supe por la cantidad de ruido en el lugar, el olor a comida y la música. Mantenía mis ojos cerrados, Finn me había llevado así durante todo el tiempo.

—Creo que esta es perfecta.

Abrí un poco mis ojos, solo pude ver un espejo frente a mi y la espalda de Finn. Sentí que coloco algún gorro en mi cabeza.

—Sí, si lo es. Es perfecta—.Coloco sus manos en mis mejillas.

—¿Puedo ver?

Dejo un muy corto beso en mis labios.—No.

Quito lo que sea que haya puesto en mi cabeza para después caminar un poco.

—Puedes abrirlos.

Había muchos utensilios de comida aquí, platos, vasos entre muchas otras cosas más.

—Vuelvo en un momento, puedes ver los platos—. Reí ante su sugerencia era muy ridícula.

El se fue y después de un rato regreso con dos bolsas, tomo mi mano y salimos de la tienda, igualmente del centro comercial.

—¿Puedo saber que fue lo que compraste?

—Solo un par de cosas que serán necesarias.

—¿Necesarias exactamente para que?

—Tengo algo planeado.

(...)

Habíamos llegado a un parque y nos encontrábamos sentados en una banca.

—Bonito, tus planes comienzan a asustarme.

—Ni si quiera hemos hecho algo—. Río un poco para después poner las bolsas y su mochila sobre la banca

—Por favor, cierra los ojos una vez más—. El se levanto y así lo hice.

—Confío en ti pero no puedo evitar tener curiosidad.

—Tranquila, yo te cuidaré.

De nuevo coloco ese gorro, la sensación era igual a la de la tienda.

En mis brazos y rodillas coloco unas protecciones que normalmente usas cuando aprendes a estar en bicicleta o patinar talvez.

—Puedes abrir tus ojos.

Sí, llevaba puestas protecciones en los codos y rodillas. Finn llevaba puesto un Beani color amarillo, así que toque mi cabeza y por la textura supe que era uno igual.

—¡Dios! ¡Que lindo!— En seguida lo abracé y pude escuchar una risa proviniente de él, aunque después me separe aun tenía una pregunta.— Hey pero ¿esto?— Señale las protecciones.

—Esa es la mejor parte.

De su mochila saco una skateboard.

—Oh no, no es lo que estoy pensando—. El asintió mientras sonreía.

—Dije que te ayudaría a encontrar un pasatiempo.

—No, puedo morir.— Negó riendo.

—No lo harás, yo te ayudaré, te cuidaré y por supuesto que te enseñaré.

La sonrisa de Finn me hacía saber que hablaba en serio, era adorable lo que hacía, pero no quería regresar a mi casa con diversos moretones y raspones.

¿Y si fuera al revés? (Finn Wolfhard Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora