Capítulo veintitrés.

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El show había terminado, Finn y yo aún nos mirábamos, aunque dejo de hacerlo cuando ayudo a su banda.

Esperaba a que pudiéramos hablar, eran claras mis intenciones y Finn seguro lo sabía. Bastaron unos cuantos minutos para cuándo Finn se poso frente a mi.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Parecía susurrar, la chica de hace un momento no estaba muy lejos mirándonos fijamente.

— Quiero hablar contigo, no se que está sucediendo y no me gusta la sensación de...— Me interrumpió tomando mi mano y comenzando a caminar al piso de arriba, para ser concretos, llegamos al estudio de la casa.

— Lo siento, no podía escucharte bien.

— De acuerdo —Un largo suspiro salió de mi—. Decía que, odio la situación en la que estamos.

Se recargó en el escritorio poniendo ambas manos en este.

— Creía que no querías verme, tenía miedo de cualquier cosa que se cruzara por tu mente —Aun su semblante era serio—. Cualquier cosa como terminar conmigo.

Me recargue de igual modo junto con el.

— No, jamás —Coloque mi mano sobre la suya—. Nunca antes había estado en  una relación.

El río un poco mientras que mis mejillas ya se encontraban totalmente rojas.

— ¡Eso es mentira! No te creo —Ocultaba su risa aunque le resultaba difícil.

— No lo es —Me uní a su risa—. Pretendo decir que en muchas ocasiones no sé como actuar o que decir. Nunca me han roto el corazón y tampoco tengo idea de que hacer en este tipo de situaciones.

— Tampoco me han roto el corazón — Confesó.

El mensaje declaraba algo evidente, realmente nunca había estado enamorado.

— ¿Estamos bien? — Pregunté mirando nuestras manos.

Tomo mi barbilla para hacer que lo mirara y depositar un corto beso en mis labios—. Estamos bien.

(...)

— ¿Cómo sabías que estaría aquí?

— Bueno, te confieso que fue complicado. Tuve que buscar entre muchos chicos y chicas de Instagram.

— Tengo miedo de tus habilidades — Negué.

Estábamos aun en el estudio, rayando una libreta, sentados uno a lado de otro.

— Conocía a una chica que comúnmente esta en tus presentaciones.

— Oh, ¿En serio?

Asentí. Un silencio bastante abrumador se hizo presente. Giro mi silla hacia el y se acercó para después juntar nuestros labios, disfrutaba el movimiento continúo.

El sonido de la puerta abrirse hizo que nos separaramos.— Lo siento, lo siento — Era un señor, a juzgar por sus expresión (abriendo los ojos de golpe y levantando ambas cejas) parecía ser el padre de quién sea que organizó la fiesta.

Ambos comenzamos a reír. Revisé la hora en mi celular, ya era algo tarde.

— Debo volver a casa — Guarde mi celular en mi bolsillo.

— No dejaré que vayas sola, está vez no.

— Está vez si. Mi madre no sabe que salí —Reí nerviosa—. Digamos que...

— Nononono. ¿Por qué lo hiciste?

— Quería verte y hablar contigo.

Bufo.

— Bien, te acompañó.

— No puedo llegar a casa contigo —Se cruzó de brazos—. Es decir, estoy durmiendo ahora.

—Dejame acompañarte si quiera a la biblioteca.

(...)

— Muchas gracias, bonito —Deposite un corto beso en sus labios.

— Cuidado. Te quiero, Bonita —Me abrazó.

(...)

Esto no podía ser tan difícil, en las películas lo hacían. Constantemente veía la forma en que podía subir hasta mi ventana y entrar, aunque realmente no encontraba ninguna solución.

Entrar por mi ventana podía alertar a mis vecinos y podía hacer más ruido que la forma ordinaria de entrar a casa, por la puerta. Era una mejor alternativa la segunda opción, al menos lo fue hasta darme cuenta que olvide las llaves, no teníamos ningúna llave escondía debajo de un tapete o una planta.

No tuve más remedio que llamar a mi madre, quién bajo a atenderme.

— ¿Qué hacías fuera de casa ________ Grazer? — Casi gritaba.

— Mi suéter cayó por la ventana y la puerta se cerró.

— Era tu oportunidad de decirme que no estabas en casa y evitar un castigo mayor.

— ¡Lo siento! Pero era tarde, no me dejarías.

— ¡Por supuesto que no! —Se cruzó de brazos—. No podrás salir.

Comprendía el por qué, había sido mi culpa, pero consideraba que el motivo valió la pena.

— Bien —. Subí a mi habitación.

🎸

- ¿Llegaste ya?
Visto a las 11:53 pm.

Gracias, Bonito. Llegué ya.
Visto a las 11:53 pm.

- Saberlo me mantiene tranquilo.
Visto a las 11:53 pm.

- ¿Te puedo ver mañana?
Visto a las 11:53 pm.

Por supuesto...no tengo clases mañana, ¿Puede ser temprano? Mi familia vendrá por la tarde.
Visto a las 11:54 pm.

Estaba faltando a demasiadas responsabilidades y valores, pero no podía evitarlo.

- ¡Por supuesto! Vayamos a desayunar.
Visto a las 11:54 pm.

Nuevamente tenía miles de emociones mezcladas, estaba tan preocupada y tan feliz a la vez que está vez solo quería disfrutar el momento y pensar en lo demás después.

¿Y si fuera al revés? (Finn Wolfhard Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora