Capítulo Treinta y tres.

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— ¡Shhhh! — Trate de hacer que Finn detuviera su risa.

La película terminó, ambos nos encontrábamos recostados en mi cama, envueltos entre las cobijas. La única luz en mi habitación era la del celular de Finn dónde nos encontrábamos viendo y riendo ante los memes.

— ¡Este es bueno! ¡Este es bueno!

— ¡Aguarda! Puedo escuchar los pasos de mi mamá — Hice que las cobijas nos cubrieran totalmente, el encendió la luz de su linterna.

— Que linda eres.

— Finn, estoy muy nerviosa, por favor no hables más.

La puerta fue abierta.

— _______, son las 4 am ¿Que haces despierta? Nos iremos y ¿No planeas dormir?

— No — Respondí.

— ¡Duerme ya! Tu prima y ahora nuevo sobrino estarán contentos de verte. Descansa — Salió del cuarto y descubrí nuestros rostros.

— Díos Finn, tenía miedo de que me descubriera.

— Lo sé, yo también — Aún alumbraba con su linterna — No creo que sea muy lindo encontrar a tu hija con un chico en su habitación, aunque la noticia de que es alguien que conoce talvez podría hacerlo no tan malo.

— Si, hasta que recuerde que es mayor de edad y su hija no. Ella me mataría, aún más con lo ocurrido con mi prima.

Apago su linterna.

— Lo siento, pero ¿De que hablas?

— Ella tiene mi edad y ya es madre, pienso que mi mamá no tendrá confianza en dejarme sola con algún chico, aún tratándose de ti.

— Me gustaría que nosotros también fuéramos padres.

— ¡No! — Casi grite.

— ¡Dentro de 6 años ________! Déjame terminar mis oraciones.

Comenzamos a reír.

— Debo irme.

— Finn es muy tard...muy temprano.

— Y tu debes dormir ya — Se levantó — No quiero meterte en más problemas, te veré cuando llegues.

(...)

Me levanté a prisa, eran las 12 pm y unos cuantos minutos, mi madre desayunaba tranquila.

— ¡Parece que tienes suerte! — Dijo sin mirarme. Me senté esperando que continuará — Tu hermano llega pronto, no podíamos irnos.

— ¿Las vacaciones terminan ya? — Asintió.

— Si, no asistir a clases te hace perder la noción — Negué aunque era cierto—. Como sea, el llega en estos días no podíamos irnos.

Sería la ocasión perfecta para estar con Finn, talvez unos cuantos últimos días sin temor a ser vistos por Jack.

La opción de dejar nuestra relación justo como ahora se encontraba, es decir, amigos que mutuamente se pretenden era lo más viable, sin embargo no quería que fuera así.

— Debo ir a supermercado — Dejo sus trastes en el fregadero—. ¿Quieres ir?

Negué.

— Bueno, regreso pronto — Asentí—. ¿No hablarás conmigo?

Me era inevitable decir que no, pero no podía hacer enfurecer más a mi madre.

— No, solo tengo sueño.

— Es obvio ¿Acaso yo te dije que durmieras a las 4 am?

Detestaba ese tipo de comentarios de su parte, aunque no fuese algo malo de algún modo obtenía sensaciones terribles en mí.

(...)

— Mi hermano se dio cuenta, al parecer hago mucho ruido.

— Serías un pésimo ladrón — Asintió riendo.

— Nick llegó al estilo Rapunzel, llevaba un sartén entre sus manos — Ambos reímos.

—Talvez es bastante útil un sartén como defensa.

— ¿Talvez? Por supuesto que lo es, ¿Haz visto como lo hacen en Rapunzel? Es admirable.

— Lamento arruinar el momento, Jack llegará en un par de días.

— Lo sé y no quiero que lo haga. Extraño a mi mejor amigo pero no quiero extrañar a mi novia.

— No somos novios — Aclaré arqueando una ceja.

— ¡No iba a decir que no quiero extrañar a mi ex novia! — Comenzó a reír —. Talvez deberíamos fingir conocernos poco a poco, podría no caerle extraño a Jack.

— Por supuesto, ¿Cómo lograremos eso?

— Se me ocurrirá algo.

Asentí. Ninguno dijo nada más.

— ¡Tu también me quieres! — Se sobresalto tomando mis manos, apretando las.

— Si, te quiero, ¿No es obvio?

— ¡Te preocupaste por Jack!

— ¿Eso fue extraño? Seguro tu te preocupas por Nick.

— Tu dijiste "No somos novios" — Mire a otro lado evitando el tema —. Sin embargo, sigues aceptando salir conmigo, me pediste que me quedara contigo y hoy te preocupaste porque tú hermano pueda vernos juntos en un futuro.

— Bueno — Pensaba en que podía decir, el modo en que me defendería.

— No tienes argumentos para no aceptar que es verdad lo que digo.

Me rodeo con sus brazos haciendo que nuestros rostros quedarán desesperadamente cerca.

— Talvez tengas razón, pero aún tengo, en un rincón muy escondido dentro de mi ser la imagen de ti besando a otra chica y lo tonto que te portaste recordando millones de veces lo que hice.

— Y también se que tienes, en un rincón muy escondido dentro de tu ser la sensación de la primera vez que nos besamos y la imagen de ambos montando una skate juntos.

Y era cierto, pero el no debía saberlo.

— Eso es mentira, las olvide.

— ¿Quieres que te las recuerde?

Antes de que pudiese contestar y mi cuerpo reaccionar, el junto nuestros labios.


¿Y si fuera al revés? (Finn Wolfhard Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora