Capítulo Veinticinco.

601 66 28
                                    

— ¡Regreso en un par de días chica!

Sophia estaba dándome la mejor noticia que había tenido en ya bastantes días.

— ¡Eso es genial! —Sonreía ampliamente— Aguarda, ¿Eso quiere decir que nos queda poco tiempo de vacaciones?

— En ningún momento haz tenido vacaciones —Me miro mal.

— Bueno, no, pero después tendré un poco más. El punto aquí es que, no podré pasar más tiempo con Finn.

— ¿Por qué no? ¿Qué te lo impide?

— ¡Mi apellido! Con Jack aquí será inevitable que ambos hablen sobre mi en algún momento, en alguna conversación.

— ¿No se lo haz dicho?

— ¡No puedo! Hemos estado bien los últimos días después de la discusión y el muy extraño encuentro con su hermano.

— ¡________! —Regañó—. Cuando vuelva, te acompañaré y se lo dirás,  solo es cuestion de días o no sé ¿Horas?

— Sophia...

— No puedes engañarlo más. Y si no podrán estar juntos, es mejor que lo sueltes ahora.

— De acuerdo, esperaré tu llegada —

Aunque fuerá difícil Sophia tenía razón, de cualquier modo, tarde o temprano Finn preguntaría sobre mi familia o incluso podríamos comenzar una nueva discusión por el hecho no dejar que conozca mi casa o mi apellido.

(...)

Corría a la biblioteca, aún mantenía mi castigo así que faltaba a la última clase para poder ver a Finn un rato muy pequeño.

— ¡Llegaste! — Extendió sus brazos para que lo abrazara y así lo hice.

Trataba de regular mi respiración, había estado corriendo.

— Tranquila —Acaricio mi cabello— Casi sale un pulmón de ti.

Comenzó a reír pero yo solo me queje.

— Lo siento, ¿Estás bien? — Asenti mientras nos sentábamos en las escaleras.

— Traje una gelatina para ti — La saque de mi mochila y se la entregué.

— Gracias —La tomo—. ¿Puedes explicarme por qué últimamente nos vemos solo un pequeño rato justo a esta hora?

Suspire—. Estoy castigada y no puedo volver a casa después de lo que se supone es mi horario de escuela.

— ¿Por qué nunca lo mencionas? Siempre lo ocultas.

— Bueno, hablar sobre esto terminará con los pocos momentos que tenemos para vernos.

— Igual sigue siendo una mentira.

— Te explico cada vez los motivos — No era una buena justificación.

— Lo haces cuando te das cuenta que te descubrí. ¿Por qué?

— Lo siento. Te lo dije ya, nunca he estado en una relación, absolutamente cualquier cosa que suceda me vuelve loca y me tiene constantemente pensando en el tema, no sé como actuar y que es lo que debo hacer.

— Talvez hablemos después — Se levantó.

— ¿Qué? No puedes irte solo así.

— Si, si puedo — Se dió media vuelta para comenzar a caminar.

La sensación era terrible, estár desesperada y enojada, talvez triste. Odiaba sentir esto, podía contener las lágrimas, pero justo ahora parecía imposible.

No hacía lo correcto y no tenía idea de cómo hacerlo.

(...)

Mi relación con Adriel había mejorado, ya no lo odiaba como antes, el porcentaje había disminuido al menos en un 2%. Continuamente hacía terribles comentarios sobre Jack y aunque opinara lo mismo, siempre lo defendía, finalmente es mi hermano.

— Comienzó a creer que vives aquí — Lo mire de reojo en cuento entro a mi habitación.

— Podría hacerlo.

Quitó su chamarra negra y la coloco sobre la cama para después ir a mi lado, en el escritorio.

— ¿Que se supone que haces?

— Tarea — Realmente era el trabajo de la clase a la cual no asistí, pero era casi lo mismo.

— Esto está mal. ¿Acaso no viste el tema?

— ¿Que? ¿Tu si? — Sabía que retarlo ayudaría a terminar el trabajo.

— Por supuesto.

Hizo que recorriera mi asiento para sentarse y comenzar a corregir los errores.

— ¿Seguro que sabes?

— Si sé, si sé. Yo pasé con 10 ¡Matemáticas!

Negué riendo.

— Muchas gracias.

Comenzó a explicar el tema, realmente no entendía mucho, pero eso era un problema que después resolvería y aunque lo veía no prestaba del todo atención.

— ¿Por qué me ayudas?

— Tu madre no es la única que pide que sea empático contigo.

— ¿Así? ¿Quien más?

— La mía y un poco yo.

Todo podía ser tan extraño de pronto. Las situaciones eran tan raras y me sentía en un constante conflicto conmigo misma, tenía la sensación de no está siendo lo suficientemente amable.

¿Y si fuera al revés? (Finn Wolfhard Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora