CAPÍTULO DOS 🌼

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—¿Qué pasa, cariño? ¿Qué tienes?—todos se quedan atentos.

—Tengo mucha sed y estoy muy cansada.

—Cariño, ya has tomado agua, sabes que no puedes excederte—siento que mi respiración empezar a fallar indicando que me tocaba tomar la medicación.

—Mamá, tenemos que irnos. Le está costando respirar de nuevo—habla Dan—Es por la falta de la medicina, su hora pasó hace minutos.

—Y está en casa—mis ojos buscan cerrarse, por ello Dan golpea con suavidad mi mejilla.

—Amy, no te duermas, venga. Tienes que tomarte la medicina antes—me levanta pero mis ojos no quieren ceder a permanecer abiertos, y aunque mi respiración es fallida, es algo habitual del día a día—Chicos, mantenerla despierta. Vamos.

—Amery, ¿sabes qué estoy recordando?—niego.

—Somos mellizos, Hako, pero no leo tu mente. Cosa que agradezco.

—Pues estaba pensando en la vez que estuviste en el hospital porque te dolía el oído.

—Sí, te caíste sobre el carrito de cosas de la enfermera y tiraste todos los medicamentos que estaban allí. Mamá te castigó porque tuvieron que pagarlo—Hakan se ríe conmigo mientras que Dan me sienta en el auto y me abrocha el cinturón.

—Sí, fue peor que cuando me amenazó con que si no me quedaba quieto me pincharían.

—Pues yo recuerdo que siempre que estabas en un hospital, cuando era la hora de la comida y te la traían, me la comía yo porque a ti no te gustaba.

—Eso lo sigues haciendo, Kim. No es como si no siguiera visitando el hospital.

—¿Recuerdas cuando Trisha vino por primera vez a casa y Channel estaba suelto? No lo encontrábamos, le habías quitado el sonajero y luego escuchamos...

—El grito de Trisha—termino el relato de Lia antes de imitar la voz de Trisha—Una rata gigante, ayuda, no quiero morir tan joven, ¡Hakim!—la imito con voz irritanteSe lo merecía por imbécil.

—¡Eh! Que es mi novia, preciosa.

—Gracias por el cumplido, pero sabes que no me agrada "tu novia". Es más falsa que sus pestañas.

—No se pone siempre las pestañas, solo cuando es un evento importante.

—¿Visitar nuestra casa lo es?

—Buen punto—me encojo de hombros.

—Ya estamos llegando.

—Tengo mucha sed—lloriqueo cual niña pequeña.

—Tomarás agua con la pastilla—Hakan me abraza, atrayéndome hacia él antes de besar mi cabeza.

Yo me recuesto en su hombro, pero no me permite cerrar los ojos. Enseguida llegamos a casa y Papá me carga bajándome del auto mientras mamá corre a abrir la puerta de casa y buscar mi medicación.

Y una vez que me la tomo y tomo un poco de agua, caigo dormida.

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La alarma suena por quinta vez y si no fuera porque se trata de la alarma de mi teléfono la hubiera estrellado en la pared. Qué sonido más irritante.

Mamá toca las puertas ruidosamente para despertarnos. Primer día de clases. Genial, nueve meses para volver a las vacaciones de verano. Ahora que lo pienso, el tiempo de clases es como un embarazo...¿que por qué pienso esto a las 7 de la mañana? No me pregunten.

Condición. ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora