CAPÍTULO VEINTISÉIS 🌼

1.1K 70 8
                                    

DAN

Me despierto exaltado cuando la oigo ahogarse entre toses. Me levanto rápidamente hacia ella dándome cuenta que le falta el aire puesto que intenta llevar el oxígeno a sus pulmones, pero la tos le dificulta la tarea. Rich y Moon se despiertan igual de exaltados y cuando lo que ocurre no tardan en levantarse y acercarse a mí. Moon sale en busca de miel mientras Rich trae un pañuelo consigo y lo pone en su boca para amortiguar sus toses y escupes.

—La anemia parece estar volviendo y en su condición no es bueno, Dan—me informa Rich. Ella empieza a tener arcadas por la tos.

—Sí, lo sé. Mañana cocinaré para ella comidas que contengan hierro, pero es difícil esa tarea teniendo en cuenta sus restricciones.

—Lo sé, pero mira su piel, si los glóbulos rojos siguen bajando el paso del oxígeno será nulo y sabes que puede ser mortal.

—Sí, pero puede ser mortal si no se trata a tiempo. Es tan compleja su condición, a veces tiene demasiado hierro y otras tan poco—Amery solloza y aparta la mano de Rich cuando otra arcada la ataca, pero esta vez sí vomita.

—Aquí está—avisa con apuro Moon y cuando ve lo que acaba de pasar su mirada se torna preocupada. Amery suelta a llorar mientras posa una mano en su pecho y vuelve a toser. Moon le da de la miel, pero esto no hace efecto hasta minutos después, pero las lágrimas siguen cayendo por sus ojos mientras hace ovillo la camiseta con su puño.

Ahora porque no está para quejarse, pero mañana me recriminará por contarles, aunque técnicamente ellos lo dedujeron, solo les bastó que diga unas cuantas palabras para intuir que tiene, y al ver en que me centraba en aprender sobre ello para que supieran que tiene.

—Lo siento—su voz sale rasposa.

—No te disculpes, cariño, no tienes la culpa—le dice Moon con ternura y tristeza.

—Dan—observo el pañuelo que me enseña y mi mirada se enseria antes de mirar a mi hermana pequeña — Es normal.

—No, no lo es. Lo es en su condición, pero no debería estar tosiendo sangre.

—A veces las medicinas causan este efecto—la veo llorar con muecas de dolor y pequeños gritos y mis ojos se cristalizan al verla.

Ella me mira y niega limpiándose las lágrimas, esforzándose por sonreír mientras se muerde el labio.

—Estoy bien, Dan. No...—hace un ruido ahogado—No estés mal. Se...pasará.

Sin contestar a su obvia mentira, me acerco a besar su frente. Le paso la medicina que le ayuda a calmar el dolor y luego de ello la hago tumbarse para luego arroparla. Busco para limpiar el vómito y mientras mi novia me ayuda en ello sin asquearse de la situación, Rich la vigila. Cuando acabamos, me acuesto junto a ella un rato hasta que se duerme nuevamente.

Por lo menos no tiene fiebre.

A la mañana, Rich, Moon y yo salimos de la habitación y cerramos la puerta para dejarla dormir. Preparamos el desayuno y yo preparo el suyo de una vez. Fresas, kiwi y avena.

Los chicos van apareciendo y cuando Hako tiene la intención de robarse una fresa, golpeo su mano.

—No toques. Son para tu hermana.

—Oye, que injusto. ¿Por qué no me preparas a mí también el desayuno?

—Porque no me apetece.

—Muy feo, hermano—se lleva una mano al pecho, fingiendo dolor—Trevor, ¿vamos a por leña? Hace jodido frío.

—¿Ahora? ¿Eres subnormal?

—Sí a todo.

—Me lo veía venir—comenta Trevor encogiéndose de hombros y salen de la cocina.

Condición. ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora