CAPÍTULO TRES 🌼

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Ya está aquí el feo otoño. Las hojas secas se esparcen por todo el jardín y la brisa fresca nos informa que es hora de estar más abrigados. Adiós lindos shorts, adiós trajes de baño. Adiós querida piscina. Voy a llorar.

En fin, volviendo al tema. Ya estamos en otoño, Halloween se acerca y eso no puede motivarme más debido a que esta temporada del año es mi festividad. Las bromas que tengo en mente me hacen sonreír con malicia mientras las pulo uno a una y a su vez termino con mi tarea.

—¿Por qué te ríes así?

—Por nada—sonrío—¿Querías algo?

—¿Ahora no puedo visitar a mi preciosa hermana gemela?

—No.

—Bien. Me largo, aquí no soy bienvenida—finge el llanto mientras se aleja pero al ver que no cuela decide dejar su penosa actuación—Vine a decirte que mis amigos vienen.

—Ajá, ¿y?

—Que también viene un compañero de clase porque tenemos que empezar a hacer un trabajo—muevo las manos paulatinamente mientras miro a mi alrededor.

—Y me lo informas porque...

—Para que lo sepas. Sin más. Así no te sorprendes de ver tanta gente y puedes controlar tu boca floja y te obligas a ser un poco más carismática y amable. Recuerda que casi nadie sabe que tengo una gemela, incluso algunos piensan que con los gemelos somos trillizos.

—Está bien. Pero eso de controlar mi boca es discutible. Yo soy muy precavida, me guardo muchas cosas.

—Sí, pero no te guardas los comentarios.

—¿No me digas que Suzy aún no perdona el que la haya llamado CMP, siglas de Crazy-Mousy-Party? O Hugo por llamarlo triefe, apodo otorgado para acotar el Fig Freaky Face.

—No, siguen sin perdonarlo.

—Teníamos trece años, que lo superen de una vez.

—Bueno, eso es todo lo que iba a decirte. Ah, y mamá pregunta si te has tomado las medicinas.

—Sí—miento.

—Estás mintiendo.

—¿Cómo lo sabes?

—Soy tu gemela y te sale fatal. Tómatela antes de que se entere.

Aunque esté acostumbrada a ese control, suele molestarme mi condición porque hay muchas cosas que tengo que evitar, pero lo que más me molesta es que no puedo ser del todo normal como cualquier adolescente sano. Yo tengo más límites que los demás..

Cuando acabo las tareas paso por la habitación de Amelia encontrándola con sus amigos. Sonrío al llamar su atención y saludo.

—Hola, CMP y triefe. Hacía tanto que no los veía—ellos bufan.

—Hola GRP—Gemela Rara y Pesada.

Reí por el hecho de que ninguno de sus apodos ha conseguido enfadarme o hacerme sentir mal, y eso que han sido muchos intentos, tanto de ellos como de parte de compañeros de clase.

Aburrida salgo de su habitación para ir a la de los gemelos, pero no descubro que no se encuentran allí y tampoco abajo. Ninguno de ellos, ni mamá ni Morgan ni los gemelos. Desistiendo de mi acto, cuando estoy por subir a mi habitación nuevamente, el timbre de casa sonar me abstiene de mi intención.

—¡Voy yo!

Me encamino a la puerta y cuando abro veo a un chico alto con la mano apoyada sobre el borde de la puerta imitando las poses sexys de las series, lo cual he de admitir a duras penas que lo ha conseguido. Pelo castaño sin llegar a ser del todo liso ni del todo ondulado, ojos marrones y piel un poco bronceada. Sí, es guapo.

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