CAPÍTULO VEINTICUATRO 🌼

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Maratón, especial San Solterín/Valentín (2/3)

—Mamá, por favor. Estará bien, no le pasará nada.

—Sí, mamá. Yo la cuido, no faltará a ninguna de sus medicinas. Deja que viva la experiencia. No es como si fuese sola.

—Déjala ir, Nisan. La cuidarán bien, nunca ha dormido fuera de casa sin nosotros—intenta convencerla papá, apoyándonos en esta locura.

—Bien, está bien. Pero a la mínima que algo no vaya bien, llámame rápido y arranca a cualquier hospital cercano. No le eches sal a la comida, cámbialo por otros condimentos que te daré. Ya sabes, no demasiada agua y que haga ejercicio. Y que no suba sola las escaleras. Siempre tenla vigilada. Dos almohadas para dormir y recuerda que se suele despertar...

—A la noche, mamá, estudio medicina y me he informado muy bien de su condición. Sé lo que tengo que hacer—Dan rueda los ojos y mamá me mira.

—No sé si sea buena idea.

—Es la mejor idea del mundo—digo—Me siento bien mamá, voy a cuidarme, lo prometo.

—Ya has dicho que te cuidarías otras veces y no lo has hecho.

—Sí, pero esta vez lo he prometido. Yo siempre cumplo mis promesas.

—Está bien—me abraza—Ve a hacer el equipaje.

—De hecho...ya están hechas—me mira con seriedad y luego niega—Es que si no nos demorábamos más.

—Esta bien, pero recuerden abrigarse y comer bien, no anden descalzos, hace mucho frío allí arriba aunque haya calefacción. No coman tanta comida basura y no se queden tanto tiempo en el teléfono, a poder ser, ni lo usen más que para sacar fotos y me las muestren luego, y para llamarme, llámenme seguido. No olviden llamarme o me enfadaré. Puede llamarme cada cinco minutos, considero que es un buen tramo de tiempo. ¿Ya he dicho que se abriguen y coman bien? Porque puedo prepararles comida. ¿Seguro que quieres ir?

—Sí, mamá—estornudo.

—Ha estornudado. ¿Lo vez? No es buena idea. Mejor quédate...

—Uy, qué tarde se nos hace. ¡Vamos, chicos! ¡Chao, Morgan!—la abrazo y luego a papá—¡Adiós, papi!—abrazo a mamá y salgo corriendo a la puerta—¡Adiós, mami! ¡Los amo! ¡Chao, Louis! ¡Morgan, no olvides alimentar a Channel!

—¡Sí, yo lo cuido!

—¡Más te vale o te arranco las orejas!

—¡No puedes!—me detengo y la miro

—¡Pues rompo tus juguetes!—ella abre la boca con sorpresa.

—¡Eso es cruel!

—¡Cruel es bueno!

Subo al auto de Dan y espero a que los chicos se dignen a subir, o en realidad a que Mamá los deje marchar. Luego de una eternidad o como suelen llamar las personas normales, quince minutos, ellos se dignan a subir al auto.

—Bien, no ha sido tan complicado como creí que sería—comenta Kim.

—Sí, tres horas intentando convencerla. Para nada complicado—habla Amelia con sarcasmo.

—Me lo esperaba peor—vuelve a comentar Kim con una sonrisa relajada y Amelia blanquea los ojos. Hasta ella puede hacer eso. Que injusto.

—Bueno, en marcha que ya llevan rato esperando—y pone en marcha el auto.

Una vez llegamos a la gasolinera, todos se encuentran ya allí, Dan llena el depósito ya que es el único que nos falta y mientras ello, nos bajamos y nos acercamos a los chicos.

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