- No mames cabrón, estás pendejo y vas pa' loco ¡Aquí te quedas y fin del tema! – Seguí forcejeando contra él logrando evitar su suicidio <<Que por cierto aún no me quedaba muy claro que digamos>>.
- ¡Suéltame! ¡¡Aún podemos detener su despertar!!- Gritaba mientras se retorcía por todos los medios sin obtener ninguna ventaja.
- ¡Ni de pedo! Si llegaras a desaparecer o lo que sea que piensas hac.... ¡¡Aaaaahhhhhhhh!!- Grité al sentir su mordida en mi brazo- ... ¡Coño! ¡Si te atreves a hacer algo increíblemente estúpido, lo único que harás es que me afecte más de lo que me está haciendo ese psicópata!- Aún con sus dientes en mi antebrazo en su mirada pude vislumbrar su derrota.
- ¡Pero debo detenerlo antes de qu....! – Otro rugido reverberó por todos lados moviendo incluso el piso haciéndonos tambalear y caernos, al mismo tiempo que algo sólido se estrellaba desde adentro de las puertas alcanzando a moverlas apenas un ápice... desconocía completamente lo que había detrás de esa entrada, pero eso no evitó que un escalofrío recorriera mi columna vertebral llenando de frío mi interior a pesar de que en teoría aquí no debería sentir nada.
- Dime que hay un amigable cachorrito ahí... - Dije mientras el rostro de Minimí denotaba una completa palidez.
- Es demasiado tarde... - Aunque las puertas aún se encontraban cerradas, el anterior golpe lo movió lo suficiente para ver que un ojo nos contemplaba desde dentro completamente concentrado calibrando a sus presas << Si esa es parte de mi verdadera forma ¿Por qué ese ojo es completamente negro...? Incluso donde debería haber blanco no lo había... era como observar un abismo profundo y sin fondo... Incluso podía sentir el hambre que emanaba de su dirección>>.
- Suculencias... ¿Podrían abrir éstas puertas por mí?... - Dijo el ente con una voz completamente gruesa y profunda, tan llena de poder que no me di cuenta que me había levantado rápidamente dirigiéndome hacia él obedeciéndolo completamente hasta que Minimí me detuvo con todas sus fuerzas.
- ¡Vergas! – Traté de agarrarlo pero me fue imposible, mi cuerpo involuntariamente se movía y no podía detenerlo - ¡Puta cosa déjame ir! – Intenté tirarme al piso, pero fue peor porque ahora me arrastraba, el ente se rió muy tranquilo como quien disfrutara del espectáculo.
- Es hora de que vuelvas a casa niño- De la abertura se asomó uno de sus estilizados dedos que tenían unas garras increíblemente más largas que las de nadie que haya visto, se movían en una invitación a seguirme acercando seductoramente.
- ¿¿¿¿Ca... ca... ca... casa dices???? Estás bien pendejo, mejor regresa a ese lugar y mientras estás en ello cierras bien la puerta- Sonreí con nerviosismo, mientras el ente me miraba frunciendo el ceño.
- Ya veo... No me recuerdas... - Miró al piso perdiéndose por un momento en sus pensamientos – Bueno, no importa realmente si no recuerdas tus orígenes – De pronto algo se asomó también por la abertura, se movía lento y suave como una serpiente tanteando el terreno, pero al observarla mejor, me di cuenta que no era una sino más bien una cola de un felino grande, en su caso sería un jaguar igualmente obscuro que el ojo del dueño- ... Volveremos a ser uno y no volverás a padecer... - Cerró los ojos inhalando en mi dirección - ... Debilidad... - La furia comenzó a brillar en sus ojos – ¿Dónde está ese ser llamado España? – Dijo con una sed de sangre que sentí un alivio inmediato que no fuese yo la razón de ese enojo, al instante me di cuenta que su duda lo desconcentró tanto que yo me había detenido a unos cuantos centímetros de él.
- En.. en.. enfermo- Tartamudee.
- ¿Enfermo?- Repitió.
- Así es... o al menos eso creo... porque nadie lo ha visto por ningún lado tal cual lo hizo China-.
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Al Atardecer
Ficción GeneralCountryhumans RusMex México es secuestrado y en su intento de huir se encuentra con un sujeto... será éste su secuestrador o es alguien más?...