Pov Omnisciente
Amaba cada parte de su pareja.
Amaba cada parte del pelirrojo.
Amaba sus rojizos ojos que, cada que los veía, sentía que eran un mar en medio del atardecer en el cual, si no fuese porque ya los conocía, se podría perder entre ellos por todo el día, o quizás, por el resto de su vida.
Por dios, aunque ya los conocía seguía sintiendo que podría perderse en ellos.
Era como el conductor que, pese a que lleve un mapa o algo por el estilo, terminaba perdiéndose.
Y vaya que lo hizo las primeras veces que los veía.
Simplemente, de una misteriosa manera, se perdía en ellos.
Un segundo estaba simplemente viendo aquellos hermosos rubís, y al segundo siguiente ya estaba rogando jamás salir del hermoso trance en que lo metían la hermosura de aquellos divinos ojos.
Amaba su cabello, el cual, muchas mañanas amanecía hecho un desastre.
Amaba acariciarlo, olerlo y, algunas veces, peinarlo.
Amaba sus brazos.
En los cuales podía pasar horas y horas entre ellos simplemente siendo abrazado.
Amaba el calor que le daban en las noches frías, o la protección que le daban en las noches tenebrosas.
También amaba, y adoraba, su personalidad.
Cada parte de ella.
Desde esa parte molesta que no le dejaba solo cuando quería estar solo porque estaba triste, hasta esa que algunas veces le hacía cuestionarse si el pelirrojo estaba en todas sus facultades mentales.
Y, no mentiría, unas veces incluso creyó que el pelirrojo no era de aquel mundo.
Que aquel mundo repleto de mierda, tanto en personas como en cosas, no era digno de su pelirrojo.
Por dios, algunas veces incluso creyó que ni él era digno de siquiera verlo.
Que el pelirrojo era mucho para él y para todos.
Que era increíble como una persona como él existiera.
No conocía persona tan pura y buena.
Era valiente e incluso se arriesgaba por los demás y eso solo lo hacia una mejor persona de lo que ya era.
Algunas veces se preguntaba si el pelirrojo podría ser aun mejor persona.
Pero, como siempre, hasta ese punto, siempre le sorprendía y le hacía darse cuenta de que sí.
Y, como siempre, le hacía darse cuenta de que, aunque nadie era digno del menor, él, por su parte, lo gozaría de todas las maneras posibles hasta que pudiese.
De que le haría saber, día y noche, que le amaba más que a sí mismo.
Que le amaba tanto porque sabía que como él, no había nadie más en aquel planeta o en aquel universo.
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Kiribaku Month 2021
FanfictionDicen que posibilidades hay muchas. Que vidas hay muchas. Y que personas hay muchas. ¿Posibilidades? Claro que sí. ¿Vidas? Quizás. Puede que sí o puede que solo tengamos esta vida y después nada. ¿Personas? Depende. Pero si es para hacerte compañía...