Pov Omnisciente
Llevaban nueve años conociéndose. Llevaban ocho años como pareja y un año como esposos.
En definitiva y en verdad aquellos habían sido unos de los mejores años de sus vidas hasta ahora.
Ambos concordaban en aquello sin la necesidad de hablarlo.
Ambos lo sentían y lo sabían.
Ambos se seguían amando, quizás, igual que al inicio de cuando eran novios.
Aunque, como ya dije, solo era un quizás. Porque después de que el "efecto del amor" pasara, ellos incluso se amaron más.
El pasar de los años solo les había comprobado que se seguían amando, incluso más, que cuando eran tan solo unos adolescentes.
Que si, que aún tenía toda una maldita vida por delante, pero el hecho de tener al otro a su lado, el hecho de contar con el amor y apoyo del otro solo los hacia más felices y más... capaces de soportar lo que el destino les trajera.
Porque, aunque casi aquella década que habían pasado juntos había sido maravillosa; como toda otra pareja, o incluso, como todas las demás personas, tuvieron sus deslices, sus conflictos y peleas; sin embargo, gracias a su amor, pudieron salir adelante juntos.
Y, ahora, gracias a ello, estaban allí.
Juntos y felices.
Uno no se podía imaginar sin el otro en un futuro lejano.
Querían que el otro estuviese allí, junto a él, en las buenas y en las no tan buenas.
Por eso, aquel día de su aniversario, ambos tenían sorpresas para el otro en cuanto ambos estuviesen en casa.
Por un lado, estaba el pelirrojo, quien, después de llegar del trabajo, rápidamente se puso a alistar todo para tenerle una cena sorpresa al mayor.
El cual, en cuanto salió del trabajo, paso a comprar un ramo de flores y a recoger unos chocolates que había pedido desde hace días para el menor.
Vaya, que ambos debían agradecer que a ninguno de los dos se les había olvidado aquel día, puesto que, si, llego a pasar unas dos o tres veces.
Que uno o ambos se olvidaban de su aniversario por x o y motivo.
Ya fuese que no tenían cabeza para nada o simplemente que no sabían ni en qué año vivían.
Claro, cuando a ambos se les olvidaba salía medio bien el asunto, ya que a ambos se les había olvidado y no podían reclamar por ello.
Pero cuando a uno es al que se le había olvidado, la cosa si salía mal.
Aunque después de una gran cena, un oso de peluche gigante y una gran noche, todo salía casi perdonado.
Era una buena relación la suya.
Pese a tener sus contras, sabían y encontraban la manera de superarlos.
Disfrutaban de sus pros y simplemente se dejaban llevar por su amor.
Por ejemplo, aquel día, en cuanto llego el rubio se encontró con la cena que le había hecho el menor, y este, por su lado, se encontró con las hermosas rosas blancas que le había conseguido el mayor.
Claro, aparte de los chocolates. Los cuales, después de la cena, se los cometieron juntos mientras veían una película, acurrucados y abrazados en el sofá.
Agradecidos con la vida por haberles puesto al otro en el camino.
Agradecidos con la vida por dejarlos seguir juntos un segundo más.
- Gracias- había susurrado de la nada el mayor, quien tenía su cabeza recargada en la del menor.
- ¿Porque? - cuestiono este.
- Por seguir a mi lado- respondió, para después darle un casto beso en los labios agradecido por todo lo que tenía.
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Kiribaku Month 2021
FanfictionDicen que posibilidades hay muchas. Que vidas hay muchas. Y que personas hay muchas. ¿Posibilidades? Claro que sí. ¿Vidas? Quizás. Puede que sí o puede que solo tengamos esta vida y después nada. ¿Personas? Depende. Pero si es para hacerte compañía...