Día 21- Adversidad | Bakushima

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Pov Omnisciente

En medio de la noche, mientras la gran muralla era cuidada por sus soldados, uno de ellos, mientras la patrullaba, fue golpeado en la cabeza por un halcón quien, por el golpe, hizo que el casco se le cállese.

En ese momento el soldado levanto la vista y se percató que, después de que el halcón posara y gruñera, un gancho de cuerda ninja se colaba en la muralla.

Y, en cuanto le dio un vistazo, una horda más de ellos comenzaron a llegar.

A invadirles.

Alarmado, el soldado grito por ayuda. Por apoyo.

Estaban siendo atacados.

Sin embargo, en cuanto fue por ayuda, más de los atacantes salían desde dentro, por lo que, rápidamente, fue él mismo quien subió para avisar a toda China que estaban siendo atacados.

Mas, sin embargo, al subir, el líder de los Unos, Tomura Shigaraki, ya estaba allí.

Aun así, temiendo, tomo valentía y prendió fuego a la señal.

Por ende, el resto de señales fueron prendidas.

Acto seguida, dijo "Ahora toda China sabe que estas aquí".

Lo había dicho sin basilar.

Sin dudar un solo segundo.

Su trabajo estaba hecho.

En ese momento, Shigaraki había tomado la bandera, moviéndola hacia el fuego, y durante un segundo vio cómo se incineraba.

"Perfecto" respondió él con una sonrisa en el rostro.

° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° °

Más tarde, en el palacio del emperador, los soldados se arrodillaban frente a su líder.

"Señor Toshinori, los Unos, han cruzado la frontera" decía uno de los hombres.

Aquella tarde, el emperador ordeno que, por cada familia que hubiese, un alfa se tendría que postular para ir a la guerra.

Y no sería opcional. Aquello era de manera obligaría.

Esto mientras que, en una pequeña prefectura, un joven omega de cabello negro se alistaba para ir con la casamentera de aquel pequeño lugar.

Se suponía que aquel día tomara sus clases para ser un buen omega, después de todo, la única manera en la que podía traer honor a su familia era aquella.

Cansándose y teniendo hijos.

Siendo un buen omega.

Aquella tarde su abuela le había dado un pequeño grillo, era de color rosado, según la misma anciana era para que tuviese buena suerte.

Desgraciadamente salió todo lo contrario.

Quizás le habían hecho falta unos cuantos grillos más, o aquel grillo de color extraño era uno de la mala suerte y su vieja abuela se había equivocado.

En su cita con la casamentera todo había salido mal.

Incluso esta le había dicho que era un pésimo omega y que, quizás, jamás se casaría.

Vaya suerte la suya.

Aunque, en sí, él no buscaba, o no le llamaba la atención aquello de contraer matrimonio.

Lo único que él quería era llevarle honor a su padre, quien estaba enfermo.

Incluso cojeaba al caminar.

Kiribaku Month 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora