Día 18- Ultima vez | Kiribaku

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Pov Bakugou

Si antes de conoceros me hubieran dicho lo que pasaría, quizás no me importaría. Pero ahora, vaya que me importa.

¿Aun recuerdas ese lugar donde nos conocimos? Bueno, no, mejor dicho, ¿aun recuerdas ese lugar donde tú te me acercaste para tener una pequeña conversación?

Pues ese lugar aún es importante para mí.

Aun, después de todo, tengo sentimientos y recuerdos en ese lugar.

Me pregunto si tu igual o si para ti ya es un lugar más. Un lugar como cualquier otro.

Mientras estuvimos juntos, ese lugar fue importante para ambos.

Durante un tiempo lo ame porque ahí, más que nada, es como si nos hubiésemos conocidos.

Sin embargo, ahora, solo me causa nostalgia y algo de dolor.

Aun mantengo muchos de nuestros recuerdos juntos.

¿Tu aun lo haces también?

Recuerdo nuestra primera vez juntos.

Dios mío, fue un rotundo fracaso por no decir que fuimos un completo asco.

Sin embargo... después de eso te pusiste muy comprensible y cariñoso. Así que me atrevería a decir que fue uno de los mejores días de mi vida.

Me atrevería a decir que por, sobre todo, había sido un fracaso de primera vez muy linda.

Teníamos mucho en común.

Nos entendíamos bien.

Nos complementábamos bien.

Así que, ni siquiera recuerdo como me convenciste, pero al final terminamos haciéndonosunos tatuajes iguales.

Habían sido pequeños, no queríamos que nuestros padres nos mataran.

Pese a eso, había sido algo más que compartíamos.

Algo más a lo que incluso agregábamos a nuestras platicas.

Esas en las que, al igual que en la mayoría de cosas, teníamos muchas cosas en común.

Recuerdo que, así como podíamos pasar horas y horas sin cerrar la boca hablando de una y mil cosas, podíamos pasar horas y horas en silencio.

Solo así, uno al lado del otro.

Quizás en la cama de uno, abrazados y acurrucados entretenidos en nuestros celulares. O quizás en algún sillón, sentados pero entretenidos en algo.

Extraño esas veces en las que, de la nada, uno de los dos comenzaba a hablar sobre planes a futuro.

Esos planes en los que queríamos algún día vivir juntos. Esos en lo que, como ilusión, teníamos adoptar un cachorro.

Dios mío. Si tan solo hubiésemos sabido que se quedarían solo como eso, como ilusiones. Sueños.

Si hubiera sabido el dolor que vendría después de todo eso, no sé si hubiese querido pasar por lo mismo.

Fue hermoso, no lo niego.

Sin embargo, ahora es tan... doloroso que solo deseo ya no sentir el vacío en mi pecho. Ese dolor y vacío que siento cada que por casualidad te topo en la calle.

Cada que regresas a mi mente en forma de viejo y vago recuerdo.

Un recuerdo que aún me causa mucho dolor.

Y... siéndote sincero, jamás creí perderte.

Por mi mente jamás paso esa posibilidad.

Pensé que siempre estaríamos juntos.

Que siempre seriamos tu y yo contra el mundo.

Pensé que cumpliríamos nuestras promesas.

Como esa, en la que dijimos que algún día veríamos el atardece cuando ya estuvieses viejos.

En la que dijimos que siempre estaríamos juntos.

Y me hubiera encantado cumplir todo eso y más, sin embargo, no pude evitar que te fueras de mi lado.

La verdad, es que no supe como hacerlo.

Éramos un gran dúo, un gran equipo, una gran pareja, ¿Qué fue lo que paso?

Cuando te extraño, en medio de la soledad de mi habitación y mi corazón, comienzo a escuchar y a cantar las canciones que solíamos bailar juntos.

Esas que, de la nada, en cuanto las escuchábamos, tú me extendías tu mano, yo la tomaba, y comenzábamos a bailarlas.

Dando vueltas por aquí y por allá.

Cantándolas a la par totalmente desafinados.

Pero, maldición, esos momentos eran perfectos.

Y... el otro día que te vi en la calle, vi que tú ya volvías a sonreír como antes.

En ese momento me di cuenta de que yo ya no era en el motivo de tu sonría.

Y me di cuenta que, el tatuaje que compartíamos, había desaparecido. Te lo habías quitado.

Y me encantaría poder viajar en el tiempo.

Poder ir al pasado y decirte todo lo que nunca te dije y que posiblemente hubiese evitado todo esto.

Para así evitar sufrirte.

Aunque, quizás, el destino se apiade de mí, de mi dolida alma, y de mi roto corazón; para así darme otra oportunidad de, en otra vida, poder cumplir las promesas que en esta vida no pudimos.

Cumplir todo aquello que en esta se nos negó.

Ojalá se apiade de mí, para poder decirte, al menos una última vez un último"Te amo". 

Kiribaku Month 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora