El Chico De Los Converse Negros [✔]

Capítulo 26

Madison grita mi nombre desde el piso de arriba.

Me levanto del piso y corro subiendo las escaleras.

—¡Voy! ¿Qué pasa? Las hojas estaban en la mesita de noche... —mi voz pierde toda la intensidad cuando entro a la habitación.

Bien, Madison y Kyle están en mi habitación nerviosos. Cuando volteo hacia donde ellos están viendo mis ojos se abren con sorpresa. En la ventana, al lado de la ventana esta Nash recargado en la pared con los brazos cruzados.

—Nash... ¿qué... qué haces aquí? —inquirí tragando saliva.

—Intentar hablar contigo —respondió.

—Nosotros... nosotros iremos a la sala —se excusa Madison tomando de la mano a Kyle.

Un incómodo silencio se forma a nuestro alrededor.

—¿No te castigo tu padre? —pregunto hundiendo ambas cejas.

—Sí, pero me iba a dejar sola en esta casa, así que me dejo llamarle a Madison para que me acompañara y no me quedara sola —necesitaba no sonar nerviosa o actuar como lo estaba.

Realmente Madison y Kyle habían venido para ayudarme a descubrir lo de Molly con el señor Matthew. Y temía porque Nash bajara las escaleras y viera lo que estábamos haciendo.

Porque, ahora que Casper había confesado algo, tenía el pequeño presentimiento de que el señor Matthew tenía algo que ver con lo que paso con el señor Grey. y Nash, en estos momentos, no necesitaba saber eso.

—Bien, ¿podemos hablar?

Volteé hacia atrás viendo hacia la puerta.

Nash no podía bajar.

Tenía que distraerlo con lo que fuera.

—Abbey... tenemos —Madison se aclaró la garganta y señalo lo que traía en sus manos —. Un pequeño problema.

—¿Pueden dejar de actuar así y decirme que mierda está pasando? —exclamó Nash dejando de estar recargando en la pared.

—No está pasando nada.

—¿Enserio?

—Si.

—Entonces si no están ocultando nada, me voy —Nash responde con una sonrisa.

Madison y yo nos volteamos a ver cuándo Nash se mueve hasta la puerta de mi habitación.

—Espera —lo detengo —, ¿no te iras por la ventana?

—No puede ser muy peligroso —respondió saliendo de la habitación.

Mierda, mierda, mierda, mil millones de veces mierda.

Corro detrás de Nash para detenerlo.

—Espera... Nick esta allá abajo y puede decirle a mi padre que te metiste por mi ventana sin el permiso de nadie —vacilé tomando su brazo y viendo levemente hacia el piso de abajo.