¿Qué mierda hice?
¿Por qué dije eso? dejé llevarme por lo que Abbey había dicho. Yo también estaba molesto de estar mintiendo, de estar frente al padre de ella y querer ser yo mismo, pero mintiendo con mi nombre.
Fue un error.
Fue un impulso.
Ahora tal vez... tal vez había hecho que el padre de Abbey la castigase por mi culpa, que hubiera discutido solo por mi culpa y mi estúpido impulso de querer demostrar que no soy lo que los demás piensan.
Fue repulsivo y un golpe de emociones al ver el rostro y la forma en la que el señor Brooks reaccionó cuando le dije mi verdadero nombre.
—Olvida a mi hija, olvida que saliste con ella, olvida que dije que eras un chico bueno. Olvídate de mi hija y no vuelvas a acercarte a ella. No creo que quieras que salga lastimada por tu culpa.
—Si intentas acercarte de nuevo a mi hija, llamare a la policía. Estas advertido, Nash Grey.
—Usaste a mi hija como cómplice. La hiciste creer que eras inocente y ella te creyó. Hiciste que me mintiera y no viera las consecuencias que por tu culpa ella iba a traer consigo.
Lo dijo con tanta rabia con tanta molestia que no supe que decir. No pude ser capaz de decir algo, de demostrar que yo no había hecho nada malo, que no había convertido a Abbey en mi cómplice porque ni yo o era. Yo no era cómplice de nadie, no había ayudado a nadie a hacer nada malo.
Pero, aunque fue crudo, y me dejara sin poder decir nada, supe, de nuevo, lo que realmente sentían los demás por mi padre, lo que ellos pensaban y decían a nuestras espaldas y en ocasiones en nuestras propias caras.
Aprieto el volante con fuerza.
No necesito llorar y no lo quiero hacer.
Mi abuela y mi madre abren las puertas traseras del auto.
—Todo está muy silencioso, ¿están bien? —mi abuela nos pregunta cuando se sube al auto.
—Sí, pero necesitamos comer algo —dijo Nicholas cambiando el ambiente dentro del auto.
—¿Pero porque no comieron algo? —quiso saber mi madre viéndonos por le medio de los asientos delanteros.
—Porque..., sabes, cuando tengo hambre no pienso muy bien —le responde Nicholas a mi madre haciéndola reír.
—¿Nash, te sientes bien?
—¿Eh? Sí, sí. Me siento bien —dije asintiendo también con la cabeza, girándola un poco para ver a mi madre.
Me aclare la garganta encendiendo el motor del auto y saliendo del estacionamiento donde había parqueado el auto.
Al llegar a casa, todo seguía en un extraño silencio. Nadie ni nada decía algo o hacia algún ruido.
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El Chico De Los Converse Negros [✔]
Storie d'amoreDos corazones rotos necesitaban ser sanados y un par de tenis fue la razón de que sus vidas tuvieran sentido. ... Nash es un chico reservado y peculiar. Antes era el favorito de todos, el rey del mundo. Pero por un error cometido por sus padres ahor...