El Chico De Los Converse Negros [✔]

Capítulo 30

Salgo de la clase al lado de Madison mientras algunos estudiantes caminan por los pasillos con algunas decoraciones para la preparatoria.

Ya es octubre, todos están decorando la preparatoria, los profesores también. El profesor de literatura fue el mejor de todos, decidió que nuestra actividad de esta semana seria ver o leer algún libro o película con temática de este mes, después... para la fiesta que la preparatoria haría tendríamos que disfrazarnos y por supuesto el mejor disfraz exentaría el examen de la profesora de cálculo, muchos de los chicos de nuestra clase ya se habían inscrito al concurso. Algunas parejas ya tenían sus disfraces y Madison y yo seguíamos caminando por el pasillo.

Ahora tal vez estaría con Nash, dejando que me molestara con sus cosas, pero no es así, Nash no asistió y no estuvo en ninguna de las primeras tres clases del día, todos están como si nada, como si no importara nada, pero yo no. Yo necesito saber dónde está Nash.

Sí, dirán pues pregúntale a Kyle o a Casper o a Madison, pero no. Madison no sabe nada, Kyle tampoco vino por alguna gripe o algo así dijo la profesora, Casper tampoco asistió y aun no sé porque, Nash, Nash ese idiota tampoco está.

—¿Abbey puedes dejar de pensar en ellos? —me pide Madison cuando caminamos por el pasillo para llegar a la cafetería.

—¿Qué no te pone nerviosa que Kyle no haya venido?

—No, Kyle me importa demasiado, pero él me llamo diciendo que no vendría porque se había contagiado de la gripe que tenía su padre —responde Madison.

—Y el idiota de Nash no me dijo nada, es un idiota.

—Tranquila Abbey, no creo que Nash se deje a el mismo perder a una chica como tú —Madison me toma del brazo y nos dirigimos al interior de la cafetería.

—Pero... ¿no crees sospechoso que los tres no hayan venido? —pregunte porque yo si sospechaba que aquello solo había sido mentira y ellos no estaban enfermos o lo que sea que hayan usado como excusa, yo lo sabía.

—No, Abbey. La profesora lo dijo, ellos contrajeron alguna gripe.

—No, algo me dice que no tienen ninguna gripe —seguí apegada a mi instinto. Yo sabía que esos tres chicos habían hecho algo juntos, lo sabía, lo presentía.

—Bueno, ¿cómo lo piensas descubrir?

—Iré a buscar a cada uno a sus casas y tú me ayudaras. Si quieres, claro.

—Bien, iré contigo. Pero tenemos aún tres clases restantes.

—No, ya no. el profesor Richards no asistirá a si clase y nadie más vendrá a cubrir su clase, la profesora de literatura se lastimo jugando con sus hijos y el entrenador esta con el equipo de hockey, entonces no, no tenemos ninguna clase —respondo sorprendiendo a Madison.

—Bien, vamos antes de que pase algo.

Asiento con la cabeza dando la vuelta y saliendo por la puerta de la cafetería.