Capítulo 27

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—Papá, espera —pido tomando el termo de mi padre y salgo de la cocina para alcanzarlo

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—Papá, espera —pido tomando el termo de mi padre y salgo de la cocina para alcanzarlo.

—¿Si Abbey? —se detuvo para ponerse su bufanda.

—Tu termo —le extendí mi mano mostrando el termo gris que usaba para llevar café a su trabajo y no dormirse mientras estuviera haciendo algo importante.

—Gracias, Abbey —agradeció acercándome y besando mi frente, poniendo la palma de su mano detrás de mi nuca.

Tenía que volver a decirle, por más que me dijera que no. Tenía que intentarlo una última vez, sabía que no lo tomaba tan bien, pero necesitaba ver a Nash como yo lo estaba haciendo.

Ayer, después de que me escapara con Nash al rio Támesis, después de me volviera a traer a la casa. Intente hablar con mi padre para que dejara de pensar aquellas cosas que pensaba de Nash, pero mi padre solo me ignoro y puso la excusa de que se sentía muy cansado para hablar sobre eso.

Al principio no dije nada, ni intenté alegar sobre nada porque mi padre había llegado de trabajar y era obvio que había llegado con ganas de dormir un poco o descansar. Pero me mintió, entre a la cocina con la intención de hacerle algún jugo o algo de lo que mi mente me permitía hacer en esa cocina, pero me encontré con la gran sorpresa de que Molly quería ir a cenar a un restaurante y mi padre, como siempre, la llevo.

Lo que me hizo sentir mal y lo que me hizo llorar en mi habitación, fue que mi padre me había dicho que si quería el jugo que le iba a hacer, lo pidió con alegría que me hizo sonreír y recordar cuando era pequeña y le llevaba una galleta cada vez que salía de trabajar para que se sintiera feliz.

Me dolió que hubiera dejado a un lado lo mío para atender a Molly.

No era egoísta.

Molly veía a mi padre todo el día, trabajaban en la misma empresa, se veían todos los días. Se iban, en ocasiones, a la empresa juntos. Iban a cenar juntos, salían a cualquier lado, juntos.

¡¿Dónde mierda quedábamos nosotros?!

Nick y yo podíamos salir con amigos, salir a distraernos, pero aun así necesitábamos aquel sentimiento de saber que teníamos a nuestros padres. Nick a Molly, y yo a mi madre, pero no, no sentíamos eso, solo sentíamos un vacío de que no tenías a quien contarles nuestras cosas, que no teníamos a nuestros padres.

Yo no podía seguir con todo esto, no tenía a mi madre. Era crudo de saber, pero tenía que vivir con que ella no iba a estar junto a mí, ella no iba a regresar. Ella se había ido y sí, en las noches lloraba porque sentía que estaba sola.

Era la única forma que tenía para desahogarme y no era la única, sabía que Nick también sufría porque en las madrugadas cuando bajaba para ir a la cocina me encontraba a Nick sentado en el piso de la sala siempre con una fotografía en sus manos.

Quería abrazarlo porque yo sentía lo mismo, un vacío que nadie iba a completar. Y aunque se viera feliz junto a Sue y yo me veía cuando estaba con Madison, Kyle o Nash, había algo que no estaba viendo.

El Chico De Los Converse Negros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora