La entrada de don Fernando a su casa fue un motivo de regocijo.
Volvía triunfante con Juan y Rosalía: iba a recibir todas las manifestaciones de gratitud de su esposa; iba a saborear la satisfacción del bien practicado, a aspirar el aroma edénico que perfuma las horas siguientes a esas en que se consuela una desgracia o se enjuga una lágrima.
Lucía lloraba de placer.
Su llanto era la lluvia bienhechora que da paz y dicha a los corazones nobles.
Juan se arrodilló ante la señora Marín, y mandó a Rosalía besar las manos de sus salvadores.
Don Fernando contempló por un segundo el cuadro que tenía delante, con el corazón enternecido, y dirigiéndose al sofá se echó de costado apoyando la espalda con firmeza, y diciendo a su esposa:
-Pocas veces me engaño, hija: creo que don Sebastián ha quedado profundamente herido en su amor propio por mi intervención a favor de éstos.
-No lo dudes, Fernando; yo lo creo a pie juntillas, pero también, ¿qué puede hacer en represalia? -contestó Lucía acercándose a su esposo, pasándole la mano y acariciándole la cabellera.
-Mucho, ángel mío, mucho; estoy verdaderamente pesaroso de haber invertido capitales en esta sociedad minera, en la inteligencia de que sería cuestión de un año a lo sumo.
-Sí, Fernando mío pero acuérdate de que estamos al lado de los buenos -respondió Lucía con sencillez.
-Ya encontraré forma de arreglar todo -decía el señor Marín, cuando se presentaron Marcela y Margarita llevando la alegría por divisa, y ambas se entregaron a vivos transportes de afecto ya con Juan, ya con Rosalía, a quien creían vendida y exportada.
-Señor, señora, Dios les pague -decía Margarita dirigiéndose al esposo y la esposa.
-¡Juanuco! ¡Rosaco! ¡Ay! ¡Ay!, dónde te hubiesen llevado, hija mía, sin la caridad de esta señora y este wiracocha -decía la madre con acento de ternura, tomando en brazos a su hija y cubriéndola de besos. Lucía, deseosa de saber el resultado de su comisión, preguntó a Marcela:
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Aves sin nido
RandomAves sin nido, considerada la primera novela indigenista, publicada en 1889 y escrita por Clorinda Matto de Turner, una verdadera pionera del género en Latinoamérica. En la historia se despliega una gran protesta social frente a la injusta realidad...