Para conservar la ilación de los sucesos en esta historia, necesitamos retroceder en busca de los personajes que hemos dejado rezagados.
Los elevados sentimientos de cristiana reforma, la confesión que hizo ante el lecho mortuorio de Marcela y el estado grave en que condujeron a su desierta casa al cura Pascual, obraron, naturalmente, en el corazón generoso de Lucía, despertando vivo interés por la suerte de aquel ser desamparado.
El barchilón de Kíllac, eximio combatiente contra el tifus, enfermedad endémica del lugar, atendió y salvó al enfermo que, una vez declarado en convalecencia, pensó en viajar a la ciudad, quedando en su lugar el inter.
En las naturalezas carcomidas por el vicio, es casi imposible la duración de lo que pide la santidad moral.
Quien ha enlodado su juventud en el fango de los desórdenes, que tanto distan del placer encerrado en los moderados goces del amor casto; quien ha gastado su fuerza nerviosa en esas emociones materiales que van aflojando los resortes del organismo hasta dejarlo sin fuerza ni armonía para desempeñar las funciones que le señaló la Naturaleza con cálculo perfecto; quien no conserva el vigor de su organismo, sujetándolo a la práctica de esa ley moral que rige la naturaleza del hombre, y abusando sólo del instinto brutal, consume su existencia en el libertinaje, es un enfermo grave, que no puede encontrar la salud codiciada en el momento que se proponga.
Con todo, la rehabilitación de un hombre proscrito de la faena de los buenos está en el terreno de lo posible cuando en su corazón no se han paralizado aquellas fibras delicadas que, en dulce sensación, responden a los nombres de Dios, patria, familia.
El cura Pascual dejó por algunos días el uso del licor y la amistad de las mujeres; y esta abstención brusca excitó grandemente su sistema nervioso, dando más elemento motor a la fantasía, que durante su viaje por las laderas y los pajonales le presentaba con mayor vivacidad cuadros que pasaban ante sus ojos con la rapidez de mágicas representaciones.
¡Fantasmas voluptuosos con fisonomías risibles unos, aterradores otros, llevando el sello de la orgía; ángeles de alas blancas ostentando la verde palma del triunfo y batiéndola sobre la inmaculada frente de una madre o una esposa, ya junto al hijo de la santa unión, ya al pie de los altares que tenían inscrito en el ara el nombre de Dios...! ¡Oh...! Cuánto pasaba por aquel cerebro próximo a desquiciarse en semejante lucha fantasmagórica.
Si el cura Pascual hubiese estado bajo la acción de un clima enervante y débil, su planta habríase dirigido al manicomio; pero el aire helado de las cordilleras andinas, prestando tonicidad a sus órganos encefálicos, los aseguró contra los trastornos violentos y decisivos de una locura.
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Aves sin nido
RandomAves sin nido, considerada la primera novela indigenista, publicada en 1889 y escrita por Clorinda Matto de Turner, una verdadera pionera del género en Latinoamérica. En la historia se despliega una gran protesta social frente a la injusta realidad...