Capítulo IV

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- Es tu única salida a este problema idiota - dijo el cenizo mientras se preparaba para salir a cazar la cena.

El dragón seguía debatiéndose mentalmente, algo que no pasó desapercibido para el chico peli verde, les dijo que podrían pensarlo mejor en la mañana, cosa que al dragón le pareció bien. Ninguno de los tres volvió a hablar, el rubio salió de la cueva, el dragón intentó dormir y reponer fuerzas mientras que el peli verde buscaba entre sus cosas alguna venda o algo que le ayudara a curar superficialmente las heridas aún abiertas del dragón.

Pasaron varios minutos hasta convertirse en una hora y el chico rubio no aparecía devuelta en la cueva, su compañero empezó a ponerse nervioso, su amigo nunca tardaba mas de 20 minutos en encontrar alguna presa y cazarla. El nerviosismo del chico puso en alerta al dragón, este le dio un gruñido interrogativo al chico, el cual no dejaba de murmurar cosas.

- Kacchan nunca tarda tanto...podría haber caído en una trampa o podría estar herido...debería ir a buscarlo...soy demasiado lento, cuando lo encuentre podría estar...

Un rugido más alto logró sacar al pequeño de su trance momentáneo y cuando vió el rostro del dragón intentando comunicarse con él, entendió la pregunta.

- Kacchan es muy buen cazador, es rápido y rara vez falla, me preocupa que le haya pasado algo, no suele tardar tanto - decía el chico mientras daba vueltas en la cueva.

Cuando el chico iba a decirle al dragón que no se preocupara y que era probable que Bakugo regresara en cualquier momento se dio cuenta de dos cosas; uno, el dragón no estaba y dos, su bolso en el que llevaba las medicinas y vendajes también había desaparecido.

En el fondo del bosque

Katsuki era un cazador innato, lo llevaba en la sangre, así que era de esperarse que se frustrara al no encontrar ningún animal cerca de la cueva, ni un ciervo, conejo o jabalí, así que decidió internarse más en el bosque. Lo que no esperaba era encontrarse con una manada, bastante numerosa, de lobos grises.

Pasó aproximadamente unos 30 minutos peleando y quitándose de encima a esos fastidiosos perros, los pateaba, golpeaba y alejaba con sus manos o algunos palos.

-Buen momento para no traer tu espada imbécil- pensaba el cenizo.

Ni siquiera tuvo oportunidad para reaccionar cuando un lobo se le lanzó encima por la espalda, arañando y mordiendo su espalda y hombros para después dejarlo inmovilizado en el suelo. No supo en que momento se golpeó la cabeza con una roca y empezó a perder la conciencia. Lo último que recuerda haber visto fue a un chico, aparentemente de su edad, de cabello rojo liso, golpeando y alejando a los lobos de él; después de eso todo se volvió negro.

Al día siguiente el sol entraba de lleno por la entrada de la cueva, despertando así a los cazadores.

- Mph, que mierda?- el chico cenizo estaba completamente desorientado. No sabía como había llegado a la cueva.

- Kacchan despertaste!!- el pequeño peli verde no pudo evitar abrazar a su amigo, se preocupo bastante por él.

- Pero que-?!!- el chico sintió una punzada de dolor el el brazo apresado por el chico - Maldición Deku!! Quítate ya!

- Oh, lo siento lo olvidé - el chico se quitó, dejándole ver al rubio la venda alrededor de su torso y brazo, los cuales tampoco sabía como habían llegado ahí.

- Que demonios es esto?!!

- Se llama vendaje Bakugo - una tercer voz se escuchó en la entrada de la cueva.

En ella se veía la silueta de un chico, cuando se acercó más a los dos cazadores, el rubio se puso en alerta.

- Quién mierda eres tú?!!

- De verdad tanto cambié?, no creí que se notara tanto, tu amigo lo notó desde que te traje a la cueva.

El rubio empezó a analizar las palabras y características del nuevo chico, era alto, podría decirse que unos centímetros menos que él, tenía el cabello color rojo, como un rubí muy brillante, hasta los hombros y en el momento que habló se dieron a relucir sus afilados dientes, eran como los dientes de un tiburón, o como los de un...

- Pero que-?!! Eres tú maldito!

- Creo que ya me recordó - dijo el pelirrojo hacia el chico bajito, el cual asintió un poco apenado por los gritos de su querido amigo.

El cenizo estaba atónito, más por el hecho de que el dragón había afirmado que no se convertiría en un humano que por lo guapo que era, su cara era bastante linda, pero cuando su visión empezó a bajar se percato de varias cosas; su musculatura era algo voluptuosa, la ropa que traía puesta parecía hecha de piel de dragón, sus piernas bastante fuertes, podría noquear a alguien de una patada, pero lo que más llamó su atención fue su cintura, era estrecha, no tanto para parecer una mujer, pero era más pequeña de lo que él había visto en cualquier hombre y sus caderas eran...

- Sucede algo Bakugo?- pregunto Kirishima al ver que el cazador había estado divagando por un rato con su mirada sobre él.

- Ah? Eh, no, nada - no sabía en que diablos pensaba.

"Debo haberme golpeado muy fuerte la cabeza..."

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora