Capítulo XXI

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El par de ojirubí se sorprendieron, no creyeron que debajo de esa construcción tan prominente hubiera algo más. Quién necesitaba tanto espacio? Y para qué?

Sea para lo que fuera, su prioridad era encontrar al dragón albino y ver la forma de salir de ahí sin que los vieran, cosa que no era algo precisamente sencillo pero para iniciar su plan debían ir por partes porque si fallaban en algo podría costarles la vida.

- Si Ryuutaro está aquí que estamos esperando? Vamos hacia allá.

- No es tan sencillo Kirishima - el pelirrojo hizo un puchero al escuchar la negativa del príncipe - hay guardias por todo el perímetro del palacio y varios más en el subsuelo. Entrar podría ser relativamente fácil, el problema sería salir sin levantar sospechas de quienes son.

- Porque no somos precisamente jodidos invitados.

- Exacto, lo mejor será esperar, estudiar los movimientos y horarios de los guardias y buscar una brecha para salir junto con tu hermano.

El chico escarlata estaba algo impaciente, tenía a su hermano demasiado cerca, pero su plan era demasiado desastroso para el bien los demás y podría poner más en riesgo sus vidas. Así que aceptó el plan del príncipe, el cual los condujo hasta los calabozos, su padre iría a hacer una revisión y si no los veía ahí estarían en problemas.

Entraron ambos en la misma celda y al cerrarse el chico pelirrojo cambió su forma, justo a tiempo a decir verdad, ya que el monarca del reino iba entrando junto con sus guardias y los escoltas personales de su hijo.

Estos solo se posicionaron a ambos lados del príncipe, esperando las órdenes de su rey. Este se quedó observando al gran animal frente a él, no decía nada, ni se movía, pero el aura que emanaba empezaba a ponerle las escamas de punta al dragón. El cual solo se removía ansioso por toda la jaula, no le gustaban los espacios cerrados y tampoco le agradaba la manera en que ese hombre lo miraba, parecía querer ver dentro de su alma y conocer a fondo cualquier detalle que pudiera usar en su contra.

El gobernante parecía haber tomado alguna decisión y en un lapso de cinco segundos se giró hacia sus guardias y habló.

- Llévenlo al Ground, quiero ver lo que puede hacer.

Los caballeros asintieron y abrieron la reja para sacar al enorme animal, el cual al estar tan ansioso dentro de la jaula lo primero que hizo, por instinto, fue ponerse frente al rubio, creyendo que iban a lastimarlo. Los guardias intentaban de todo para poder encadenar al dragón y poder sacarlo, pero cada vez que se acercaban este amenazaba con sus garras, su cola o sus colmillos.

Entre todo el desorden que había provocado el dragón, el rey fue capaz de acercarse un poco hacía el cazador y ordenarle que tranquilizara al dragón antes de que ocurriera algo peor, el rubio, que no era muy fan de que le ordenaran, se lo pensó un poco. Realmente no sabía que quería ese tipo con Kirishima y el estrés del dragón no le hacía más fácil pensar, así que se acercó a este y alzó un poco la mano, como invitando al rojo dragón a acercarse.

Eso pareció calmar un poco al animal, ya que había dejado de removerse por toda la jaula y había acercado su hocico directamente a la mano del cazador.

- Tienes que calmarte un poco o el plan se va a arruinar lagartija - el rubio susurró para evitar ser escuchado por alguien que no fuera el dragón - tienes que cooperar un poco si quieres sacar a tu estúpido hermano de aquí con vida.

- Lo sé, pero si me voy podrían lastimarte - aunque estuviera en su forma draconiana, el rubio podría jurar que vio al escamoso hacer un puchero.

El cenizo ya suponía que se trataba de algo parecido y realmente no descartaba la posibilidad, aunque fuera poco conveniente para el viejo al otro lado de la reja. El cual por cierto parecía impacientarse por la demora en sacar a la bestia de su jaula, así que se acercó uno poco a ella, lo suficiente para no estar al alcance del dragón.

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora