Capítulo XVIII

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Recorrió todo el camino hacia el lago, con la esperanza de que el dragón se encontrara ahí, jugando o haciendo cualquier otra cosa. Fue un alivio el que el dragón sí se encontrase en el lago, lo malo; se veía bastante deprimido, estaba en su forma draconiana en medio del lago, sus alas estaban extendidas hacia abajo, su hocico al estar dentro del agua creaba pequeñas y grandes burbujas.

El cazador se acercó de manera lenta, no quería alterarlo como la última vez. Aunque el dragón había notado su presencia, no le había dado mucha importancia, presentía que el cazador sería el que lo encontrara.

- Se puede saber que haces aquí? El par de idiotas no te han dejado de buscar.

-...

- Escuchaste lo de la cueva, no?

-... Realmente crees que esté muerto?- la voz del dragón, aun estando en su cabeza, se oía sollozante.

- Que no escuchaste? Yo soy el único que cree lo contario - el rubio intentaba hablar lo más calmado posible, sabía que gritando no resolvería nada - por qué viniste aquí?

- Creíste que iría a Kain?- el rubio solo asintió - bueno no te culpo, realmente lo pensé.

- Que te hizo cambiar de opinión?- el cazador empezaba a acercarse.

- Nada lo hizo, antes de que llegaras estaba por irme.

Un silencio sepulcral se instaló en el ambiente, el rubio por más que intentaba estar tranquilo no podía estar así por mucho, estaba en su naturaleza y en su sangre el ser explosivo con sus emociones.

-Solo así?!! Ibas a irte y ver que pasaba?! Sabes que en cuanto te vieran entrar, en cualquier forma, iban a cazarte verdad?!! Pensaste en eso?!

- Claro que lo pensé!! Pero no voy a dejar que nadie más se arriesgue!

- Eso no es algo que tú decidas!

Durante un rato volvieron a quedarse callados, no era muy común que entre ellos se gritaran (al menos no mutuamente). El dragón volvió a su forma humana y pasó por un costado del rubio, diciéndole más tranquilo.

- No quiero que salgas herido.

El cenizo solo se quedó parado, quería detener al chico carmesí, pero sabía que nada de lo que dijera iba a lograr que el pelirrojo se quedara, así que soltó lo que creyó que debió haber dicho desde hace mucho.

- Y yo no quiero perderte - el dragón frenó - no puedo perderte a ti también.

La expresión del dragón al girarse hacia el rubio, pasó de decidido a preocupado. La manera en la que el cazador lo veía era de puro dolor, lo sabía, conocía esa mirada y no le gustaba para nada verla en el rubio.

- De que hablas?- el pelirrojo quería decir más pero no sabía como expresarlo - no me perderás, ni siquiera sabía que te importaba lo que me pasara - eso último lo dijo casi en un susurro.

- Es una jodida broma?!! Lo único que he hecho desde que te conocí es preocuparme por ti!! ... y ni siquiera entiendo porque.

El cazador bajó la cabeza y mientras el dragón se acercaba, se tumbó de rodillas. El pelirrojo se sentó a unos centímetros de él y esperó un poco antes de hablar. Creía que era tiempo de escuchar al rubio.

- Por qué dijiste eso?

- Que cosa?

- No querías perderme a mi también?- el chico sabía que no sería fácil que el cenizo se abriera - a quien más has perdido?

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora