Capítulo XII

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  Siguieron caminando durante unas horas, en las cuales Kirishima había estado cargando a Bakugo sobre su espalda, tal como lo había dicho, para que pudiera descansar al menos un poco más. En el momento en que pasaron sobre un árbol caído, el pelirrojo sintió como se removía el otro chico sobre su espalda, el cual no dijo nada, algo extraño, ya que el dragón se estaba preparando para quedarse sordo por los gritos que, estaba seguro, el rubio daría al darse cuenta que estaba siendo cargado mientras dormía.

Pasaron unos minutos así hasta que el dragón decidió asegurarse de que el rubio si estuviera despierto.

- Estamos a punto de llegar, quieres que te baje? - lo dijo casi en un susurro, estaba seguro de que si el chico se encontraba consciente, no le agradaría mucho que fuera tan obvio en que lo estaba llevando; aunque los dos de adelante ya lo supieran.

Al no recibir respuesta, después de unos segundos, asumió que seguía dormido, se sorprendió al sentir un asentimiento sobre su hombro. Paró un poco su andar para bajar al rubio y que este estuviera lo suficientemente consciente de su entorno para seguir solo.

- Que tan cerca estamos? - el chico ojirubí parecía más espabilado y un tanto irritado, aunque el dragón no sabía porque.

- A unos 3 o 4 kilómetros de Heist, llegaremos en una hora a lo mucho.

El cazador solo asintió y empezó a caminar, el pelirrojo lo siguió y al alcanzar a Ochako y Midoriya estos saludaron al rubio, el cual solo les soltó un bufido y se adelantó.

- Es increíble.

- Ah? De que hablas? - el pelirrojo estaba algo confundido por lo que había soltado el pequeño peli verde.

- Ah?! Oh, lo siento - el cual parecía haberlo hecho sin querer - solo estoy asombrado por lo rápido que lograste acercarte a Kacchan, no es alguien muy sociable.

- Y te extraña? Bakugo siempre ha sido muy reservado... no, de hecho no, empezó a serlo desde...

- Uraraka!!

Al ser reprendida, la hechicera pareció darse cuenta de algo y al instante se calló. El dragón se quedó un poco perdido, pero al ver que los demás avanzaban les siguió el paso.

Después de la hora estipulada, los viajeros llegaron al pueblo de Heist, como había dicho el peli verde era un pequeño pueblo, formado por casas, posadas, tabernas y lugares de cambio en el que se ofrecían las recompensas, era muy probable que encontraran buena información sobre el paradero de su hermano.

Los cazadores se colocaron las capas que la castaña había llevado para ocultar sus identidades, no necesitaban crear conflicto en otro pueblo.

- A todo esto, para que son las capas? - El dragón no podía evitar la curiosidad, había escuchado hablar a Bakugo con Midoriya sobre el propósito de las capas pero en cuanto el rubio se dio cuenta de su presencia lo sacó casi a patadas de la habitación.

- Es por protección, no queremos crear disturbios en el pueblo y que terminen en rojo, tu sabes - el chico no podía estar más perdido y la chica al darse cuenta se lo aclaró - sangre Kirishima.

En el rostro del dragón se notaba claramente la sorpresa.

"Porque habría un problema que terminara con sangre? De quien sería la sangre? Bakugo querría lastimar a alguien?... Querrían lastimar a Bakugo?!!..."

El dragón empezaba a asustarse un poco y la chica no sabía si se debía a lo que había dicho o a algo más. Pero un grito sacó de sus pensamientos a ambos.

- Oye pelo de mierda!!

El dragón casi por instinto se giró a buscar al rubio y al divisarlo frente a un edificio fue tras él.

- Que pasa?! - sin darse cuenta había alzado la voz más de lo esperado.

- Nada, relájate, el idiota encontró algo.

Los tres fueron al encuentro con el pequeño cazador que estaba sentado en una mesa en una taberna, al verlos alzó la mano para que lo vieran, realmente pasaba desapercibido con la capa. Y ahora que lo recuerda, también le costó reconocer al rubio, la hechicera si que sabía hacer capas.

- Que pasó Midoriya, que encontraste? - la castaña habló al percatarse del enmudecimiento momentáneo de los otros dos.

- Shh, los tipos de la mesa de atrás estaban hablando de algo que me sonó familiar - dijo el chico en un susurró, lo suficientemente alto para que sus compañeros lo escucharan pero no tanto para ser oído por alguien más, mientras apuntaba hacía atrás - la vez que te encontramos, nos contaste lo que te había ocurrido a ti y a tu hermano, bueno, se lo contaste a Kacchan pero después el me lo tradujo, recuerdan?

Los dos mencionados asintieron para que el chico siguiera.

- Bueno, pues los de atrás son cazadores y hace un momento hablaban sobre una gran cacería que habían hecho hace aproximadamente dos semanas.

- Ve al punto idiota.

- A eso voy, a lo que me refiero es que hablaban sobre regresar al bosque y traer al dragón que habían dejado atrás para llevárselo al rey, dicen que podría pagarles bastante bien por el tamaño y color que tenía.

Todos se quedaron callados por unos minutos, procesando lo que el peli verde acababa de decir. Estaba claro que esos cazadores eran los que se habían llevado a su hermano y lo habían herido a él, pero no estaba muy claro donde estaba su hermano, al menos no para él.

- Pero no entiendo, eso que tiene que ver con mi hermano, yo estoy aquí, no van a encontrarme en el bosque.

El comentario del dragón había sido tan absurdo que los otros tres solo pudieron verlo incrédulos.

- Eres estúpido o qué? Tu jodido hermano está con el rey.

El dragón solo ladeó la cabeza, cual cachorro. Seguía sin entender.

- Mira Kirishima, si los cazadores sabían que el rey les pagaría bien por ti, lo más seguro es que ya le hayan vendido a tu hermano, el rey Endevour no suele comprarle a cazadores, a menos que sea algo realmente valioso o extraño.

Al escuchar el nombre del rey- no, el nombre de ese sujeto su cuerpo se estremeció por completo, el solo recordarlo le provocaba arcadas, no, no solo eso, realmente iba a vomitar. Se levantó de la mesa y fue corriendo hacia la salida, buscaba como loco el bosque.

Los otros tres se quedaron algo sorprendidos, la reacción del dragón había sido algo extraña, no sabían a que se debía, pero sabían que no podían dejarlo solo, menos en ese pueblo. Así que se separaron para buscarlo.

Ochako preguntaba por el chico a los aldeanos en todo el pueblo. Midoriya lo buscaba en las tabernas y posadas. Mientras que Bakugo, por algún instinto  o lo que sea, se adentró en el bosque, algo le decía que el dragón había corrido para allá.

Después de unos minutos encontró un rastro de ramas y troncos rotos, lo cual lo inquietó bastante, así que empezó a correr, si el imbécil se había transformado, cualquier persona lo vería y querría cazarlo, el idiota era gigante.

Pasó otro rato y el cazador empezaba a preocuparse, no tenía ni idea de donde estaba esa maldita lagartija escupefuego y el rastro solo lo alteró más al ver gotas, o más bien charcos, de sangre y estaba fresca.

"Que no lo hayan encontrado"

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora