Capítulo XIX

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Después de unos minutos de silencio que necesitaban ambos, el pelirrojo para procesar lo que acababa de escuchar, mientras que el rubio intentaba impedir que las lágrimas que amenazaban con escapar salieran.

Ahora el chico rubí entendía porque los cazadores no podían ser vistos y entendía porque el odio del rubio hacia el monarca del reino al que tenían que ir.

El rubio seguía luchando contra sus malditas lágrimas, esa era otra razón por la que no le gustaba recordar ese momento, siempre sus sentimientos se desbordaban y lo hacían parecer un maldito crío. Segundos después sintió un toque cálido en su mejilla, al levantar la vista creyó haber visto la gema más hermosa del mundo, unos ojos granates tan grandes y tan brillantes lo veían de manera hermosa, casi amorosa, o podría ser solo su imaginación.

- Sabes que no tienes que retenerlo, verdad? Te sentirás mejor.

- Estoy bien lagartija.

- No, no lo estás, lo puedo sentir, aquí - el pelirrojo señaló su propio pecho con la mano del cenizo, en el lugar en el que estaba su corazón - solo déjalo salir, lo has estado guardando por mucho tiempo.

Después de eso Bakugo ya no pudo más, dejó salir todos los sentimientos que había guardado durante diez años, por fin le lloraría a sus padres y por fin dejaría ir su pasado. El dragón solo se quedó ahí, dándole el tiempo que necesitara pero siempre haciendo notar su presencia con pequeñas caricias en su cabello y espalda.

En algún punto de la noche, los dos chicos se encontraban dormidos, ambos agotados por el día tan agitado. Más algo despertó los instintos de supervivencia del dragón, alguien estaba en las cercanías y no parecía ser amistoso.

El pelirrojo empezó a despertar al cenizo, tenía un mal presentimiento. El rubio al abrir los ojos estuvo a punto de gritarle al dragón que dejara de sacudirlo así, si no fuera por una mano que lo calló.

- Tenemos que irnos, creo que hay alguien por aquí.

El rubio no pudo responder o reaccionar. Un grupo de hombres estaban rodeándolos, eran al menos 10, algunos con espadas, otros con arcos y flechas y unos más con algo que parecía ser varias cuerdas gigantes.

El pelirrojo se posicionó delante del rubio por mero instinto y ni bien aparecieron todos los que parecían ser cazadores o cazarrecompensas, se lanzaron contra ellos. No sabían a que se debía el ataque, podrían estar detrás del rubio, era poco probable que fueran a por el pelirrojo, no se había transformado desde hace un rato. 

Todos empezaron una pelea bastante desnivelada, mientras dos o tres hombres iban contra  Bakugo, los demás iban por Kirishima. El rubio y el dragón iban desarmados, así que solo podían valerse de sus puños para defenderse.

Dieron bastante pelea, pero no podían acabar con todos y en menos de lo que pensaron, ya los habían atrapado.

- Vaya, si que eres rudo, no?- dijo uno de los hombres, el cual parecía ser el líder - primero te robas al metamórfico que con mucho esfuerzo atrapamos y luego te niegas a regresarlo.

Después de ese comentario, el pelirrojo se quedó mudo. Así que ellos eran los que se habían llevado a su hermano. Claro que esto no pasó desapercibido para el hombre.

- Oh, así que nos recuerdas, eso lo hace mucho más fácil - el tipo empezaba a acercarse al dragón de manera amenazante - vamos, transfórmate y ahórranos el trabajo de obligarte, quieres?

El chico solo se quedó quieto, no tenía ni la más mínima intención de moverse, aunque mucho no podía hacer. Ambos chicos se encontraban atados, uno frente al otro, con unos tres metros de distancia.

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora