Capítulo V

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Pasaron alrededor de 15 minutos preparando sus cosas para seguir su camino a casa de la hechicera. Kirishima llevaba comida, Midoriya traía los vendajes y medicinas, mientras Bakugo cargaba con las armas. A pesar de tener un brazo aún vendado, se movía con facilidad y agilidad digna de un felino en plena caza; solo había algo que lo atormentaba.

- Que tal la cabeza?- preguntó el pelirrojo al notar la incomodidad del más alto, era de esperarse que fuera de lo más afectado, el golpe no fue precisamente delicado.

- Estoy jodidamente bien lagartija - a pesar de que pareciera humano, el rubio sabía que seguía siendo la misma bestia.

- Si te cansas o te mareas puedo cargarte.

- Ah?!! De que mierda hablas animal?!! No soy ninguna prince-!!- y como era de esperarse, el tanto gritar y agitarse logró que al chico le diera vueltas la cabeza.

Estaba esperando el momento en que sus rodillas chocaran con el suelo, cosa que nunca ocurrió, en cambio sintió un par de brazos tomarlo por la cintura, evitando su caída y un golpe más fuerte. Quería evitar ver al dragón, sabía que era él, el idiota de Deku no podría soportarlo con peso muerto; pero al escucharlo hablar no pudo evitar lo inevitable.

- Se que no lo eres, pero estas herido y un golpe de ese tamaño puede marear a cualquiera - los ojos de ese chico se veían completamente diferentes a los que había visto en la bestia de hace unas horas. No eran agresivos o sanguinarios, eran más bien fuertes e irónicamente suaves al verlo; aún siendo unos centímetros mas alto, Bakugo no pudo evitar sentirse pequeño al verlos.

Lo que para Katsuki fue una eternidad mientras se perdía en aquellos rubíes tan cálidos en realidad solo fueron unos segundos, tal vez un minuto.

- Kacchan!! Estas bien?!- el chico peli verde se preocupó al ver cuando su amigo casi cae de rodillas al piso. Afortunadamente Kirishima estaba cerca para atraparlo - Gracias por la ayuda Kirishima.

- No es nada - y por primera vez lo vieron sonreír - Deberíamos seguir.

En todo el camino Bakugo se mantuvo extrañamente callado, preguntándose que era la extraña sensación el su cuerpo cuando sintió los brazos del pelirrojo sobre el, la calma que le dieron sus enormes ojos carmesí o lo mal que se sintió al separarse del dragón,  el cual por cierto y por suerte estaba bastante entretenido con las preguntas de Midoriya como para recordar su presencia o notar su distancia.

- Ey Bakugo, no te quedes atrás!

Bueno, tal vez no tan entretenido.

- No me grites maldito pelo de mierda!!- dijo el rubio irónicamente gritando.

A diferencia de lo que pensó, el viaje no fue tan tedioso, el par de tarados se la pasaban hablando, dejando a Bakugo en su propio mundo, más bien en sus recuerdos. Intentaba recordar donde había sentido la misma sensación de hace unas horas, pensaba en su pasado, aunque fuera poco probable, ahí solo había caos, muerte y guerra. Estuvo horas divagando en sus pensamientos que ni se inmutó en los continuos llamados de sus compañeros de viaje para que se detuviera. Fue hasta que sintió un ligero tirón en la muñeca que lo regresó a la realidad, estaba muy cerca de un río, prácticamente en la orilla y si no fuera por... ah, claro, tenía que ser él otra vez.

- Oye, estás bien?- el pelirrojo parecía realmente preocupado, algo que confundió al rubio, no era que odiaba a los humanos? En que le afectaría que uno se terminara ahogando por ir distraído?

-"Ah, por supuesto, me necesita vivo"
"Me necesita...?"

- Bakugo?

- Que mierda quieres?

- Sigues en la orilla del río

Ah, es verdad, no se había movido. Porque de repente dejaba de ver el mundo y su cabeza se centraba en el jodido chic- en el maldito dragón enfrente de él?!

Se detuvieron junto al río a descansar y comer, no faltaba mucho para llegar a la casa de la hechicera, según las palabras del peli verde esa chica era fanática de los dragones además de una muy buena curandera, la herida en su ala sería fácilmente sanada y podría ir a buscar a su hermano. Mientras los cazadores comían, el dragón decidió tomar una siesta bajo la sombra de un árbol, sin saber que dos pares de ojos lo miraban, ambos de distinta forma claro.

- No crees que es genial, Kacchan?- el chico estaba realmente emocionado - Es increíble lo bien que controla su cuerpo aún después de no usarlo por tanto tiempo y...

- Cuanto tiempo llevaba sin transformarse?- interrumpió el rubio realmente calmado.

Al peli verde le tomó por sorpresa el tono de su amigo, pero evitó cualquier comentario para no enojarlo, en vez de eso respondió a la pregunta.

- Al menos 10 años, no quise preguntar a que se debía, el tema parecía incomodarle.

El rubio quedó con la curiosidad, aunque no sabía porque, que mierda le importaba a él la vida de ese animal?! Tampoco es como si él no tuviera un pasado que le incomodaba o que le gustaría olvidar. Pasaron unos minutos y luego decidieron despertar al dragón.

"Era hora de seguir su camino"

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora