Capítulo XXVII

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El chico escarlata se encontraba inquieto, después de un rato hablando con los príncipes y saber sobre el posible paradero del rubio cenizo estaba seguro de que no podría pegar ojo en toda la noche, pero había una cosa que lo aliviaba, o al menos un poco, y era el hecho de saber que su chico seguía vivo. Y esa noche fue cuando se decidió, no importaba lo que costara pero sacaría a Katsuki de ahí.

El sol del amanecer solía ser el más hermoso de todos al reflejarse en los arroyos que rodeaban el pueblo de Kain, pero ese día en particular parecía haberse ensombrecido por la presencia de grandes nubes oscuras que anunciaban una posible tormenta.

Bajo el castillo se realizaban actos que nunca saldrían a la luz para las personas del pueblo; asesinatos y torturas a criaturas que no volverían a ver la luz del sol y entre ellas se encontraba un chico rubio que pasaba por la misma agonía desde hace ya varios días. Dos? tres?... Ya ni siquiera recordaba cuanto tiempo llevaba en ese maldito agujero.

Cosa que realmente no le importaba más, sabía que no saldría y lo único que le alegraba era saber que una dichosa lagartija escarlata no estuviera pasando por lo mismo. Eso y ver la cara de exasperación del rey al percatarse que de su boca no saldría nada de la información que buscaba.

Endeavor levantó una mano, ordenando a sus lacayos parar lo que hacían. Se acercó al cazador y paró a unos metros atrás, sabía quien era y de lo que era capaz así que no se daría el lujo de subestimarlo.

- Hemos estado haciendo lo mismo por días y realmente no pareces estar muy agotado, es bastante impresionante la verdad, pero me gustaría saber algo antes de ordenar que acaben contigo.

El chico alzó un poco la cabeza para lograr ver al rey, alzando una ceja de forma socarrona hacía él dando a entender que estaba interesado.

- A que se debe?

Aunque estaba algo aturdido por los golpeas que había estado recibiendo, no creía haber escuchado mal, pero no lograba entender muy bien la pregunta del rey. Lo cual este debió haberlo notado, así que se aclaró.

- A que se debe tanta insistencia en ocultar la localización de ese dragón?

El rubio estaba a punto de responderle al hombre frente a él, de manera sarcástica claro, si no fuera por un golpe seco proveniente del techo; que vendría siendo el suelo de la superficie. Sin duda había sido algo grande para lograr hacer que el subsuelo se sacudiera. Varios caballeros llegaron a Ground en donde se encontraban el rey y los demás, se veían agitados y algo asombrados.

- Mi señor!! Están atacando el castillo! - eso si que sorprendió a todos.

- Qué!? Quién?! - antes de que el caballero hablara, un rugido atronador respondió a la pregunta del gobernante - Dragones?! Que hacen esas bestias en mi reino?!!

- Por ahora solo hemos divisado a un dragón señor y hay otro asunto...

- Y ahora qué?

- El príncipe Shoto no se encuentra en su recámara.

Detrás del rey se escuchó una risa ahogada proveniente del rubio que, aún de rodillas, se inclinaba hacia adelante agachando la cabeza.

- Bastardo bicolor, de verdad lo hizo.

En la superficie, fuera del castillo, se encontraba un dragón acorazado con escamas carmesíes en posición defensiva; las alas se extendían hacia los lados y sus grandes patas se anclaban al suelo con sus garras que en vez de eso parecían gruesas espadas, tan afiladas que con un solo zarpazo le arrancarían la cabeza a quien fuera.

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora