Capítulo XIII

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No supo por cuanto tiempo estuvo corriendo o cuando fue que comenzó a llover, no era una lluvia cualquiera, era un maldito diluvio, no podía ver nada por el agua que le caía a la cara y la enorme y espesa niebla frente a él.

Corría y corría, su corazón se aceleraba más y más al no tener idea alguna de la ubicación o el estado del dragón, sintió como si hubieran sido horas las que estuvo corriendo. Hasta que todo se detuvo, el tiempo paró y sintió como su corazón igual, no sabía que sentía si alivio o más terror.

Un rugido.

Uno muy alto. De alerta? De dolor?

No lo sabía pero sabía perfectamente a quién pertenecía. Volvió a correr, pero esta vez sabiendo muy bien a donde iba, quería encontrarlo, desesperadamente.

Cuando escuchó de nuevo el rugido, tuvo que taparse los oídos, estaba cerca, demasiado. Pasó unos arbustos y al hacerlo pudo respirar el aroma a quemado. Carne quemada.

El dragón estaba parado en sus cuatro patas, con las alas extendidas hacia arriba, del hocico entreabierto le salía humo y parecía estar bastante alarmado. El rubio intentó acercarse sigilosamente, pero por error pisó una rama, cosa que alerto al dragón.

El cazador estaba helado. El dragón tenía sangre en las garras, con las pupilas hechas una aguja, estaba bastante agitado y realmente parecía aterrado.

Al darse cuanta de quién era, el dragón solo retrocedió, en la misma posición.

- "No te acerques"

Realmente estaba asustado. Y Bakugo creía saber porque.

- Oye, descuida soy yo, que podría hacerte - el rubio intentó calmar (a su manera) al dragón.

Al dar un paso hacia adelante el dragón dio otro hacia atrás. El pobre animal solo negaba con la cabeza y repetía lo mismo una y otra vez.

"Vete, vete, vete"

- Oye, que sucedió? Puedes transformarte?

Eso pareció dar resultado, ya que el dragón carmesí se envolvió en llamas rojizas y al momento de desaparecer, se dejó ver la forma humana del dragón, era el mismo chico de hace unas horas, solo que este estaba demasiado asustado, tenía las manos llenas de sangre y al momento de cruzar miradas con el cazador no pudo más y se dejó caer al piso sollozando.

El cazador apenas pudo reaccionar para atrapar al chico enredando en sus brazos al mismo, en un abrazo que era más que obvio que el chico necesitaba. Al inicio intentó alejarse, cosa que extrañó al rubio, pero que lo motivó a cerrar el abrazo con más fuerza, sabía que estaba sufriendo, por alguna razón podía sentirlo, era como lo que había sentido en el momento que la bruja había curado la herida de su ala; eso y las obvias lágrimas que salían de sus hermosos ojos escarlata.

Estuvieron un largo rato así, el chico pelirrojo solo lloraba y se lamentaba. El rubio no entendía muy bien sus sollozos, solo logró escuchar un "lo siento", no sabía a quien se lo decía pero no iba a preguntar, el chico no parecía listo para hablar.

Pasaron los minutos y a lo lejos escuchó las voces de los dos 'inútiles', en el momento en que llegaron a la escena, se callaron, más por una mirada asesina que ya conocían bien, miraron el panorama en silencio y se sorprendieron bastante. Kirishima estaba enterrado en el pecho de Bakugo, aparentemente llorando, había mucha sangre en todo el lugar y... un cuerpo, o lo que parecía haberlo sido, estaba completamente carbonizado.

El rubio se dio cuenta de que no planeaban moverse, así que con un movimiento de cabeza les señaló el cuerpo, era obvia su intención. El rubio se levantó lentamente junto con el chico y empezó a caminar hacía en bosque, en su carrera ahí, había visto un lugar bastante escondido, realmente quería hablar con el pelirrojo y saber que había ocurrido.

No necesitaba conocer demasiado al dragón para saber que nunca había matado a alguien, pudo ser en defensa propia, era casi imposible que lo haya hecho intencionalmente y por su reacción, el escenario y los rugidos que había escuchado, sabía que había sido bastante violento. O al menos más de lo que el dragón estuviera acostumbrado a ver.

Espero, con una paciencia que ni él sabía que tenía, a que le chico dejara de llorar, en ningún momento lo soltó, una vez lo intentó, para ir a buscarle agua al chico, pero este mismo lo mantuvo en su lugar.

Una vez que escuchó que el chico dejaba de llorar y solo quedaban los hipidos, intento una vez más.

- Estás mejor? - el chico asintió, sin mirarlo a la cara, solo veía el suelo - Oye, que sucedió?

El dragón se mordió el labio inferior con sus afilados dientes, parecía que iba a volver a soltarse a llorar. O que iba a partirse el labio.

- Oye, tranquilo, vas a dañarte el labio - el rubio puso su manos gentilmente sobre la mejilla de Kirishima, lo que hizo que este alzara la mirada.

Sus ojos estaban enrojecidos por completo, tenía rastros de lágrimas en las mejillas y su labio empezó a temblar una vez que sus dientes lo soltaron. No tenía ni idea de que decir o hacer, pero no tuvo que pensarlo mucho, ya que el dragón fue quién habló.

- Era un cazador - fue más un susurró, pero fue audible - e-el quería... me q-quería... - realmente no podía articular palabra.

- Lo sé, es por eso que no quería traerte aquí - dijo el rubio, creyendo que el tipo había intentado cazar al dragón, mientras abría los brazos para recibir de nuevo al pelirrojo.

- L-lo siento!! Yo no... no quería... p-pero él iba a... - de verdad se oía devastado.

- No hiciste nada malo, te defendiste. Si no lo hubieras hecho lo hubiera hecho yo - el rubio dijo eso tan seguro que el dragón se sorprendió y volteó a mirarlo.

- P-porque?

- Porque si no lo hubieras hecho, él te habría lastimado a ti, o peor.

Al escuchar eso el dragón sintió una tranquilidad enorme, no supo porqué y no quería saberlo, solo quería que ese sentimiento no se fuera, quería que Bakugo no se fuera.

Después de un rato de estar hablando, el dragón de explicó mejor al cazador lo que había ocurrido. El tipo lo había encontrado en el bosque y lo había estado siguiendo, eso asustó un poco al chico, así que intentó perderle. Estuvo un buen rato así hasta que el asqueroso tipo lo atrapó, el dragón le explicó inocentemente (es un dragón, no sabe de eso) lo que el tipo había intentado hacer, lo había acorralado en la pared de piedra y había empezado a tocarlo, en el momento en que intento besarle, el dragón supo que tenía que irse ya, antes de que algo peor pasara. Al intentar quitárselo de encima, y con lo asustado que estaba, se transformó sin querer y salió corriendo hacia el bosque. Logró deshacerse de él un tiempo, pero de la nada salió de un árbol hacia su lomo, al sentirlo, el dragón solo atinó a correr por donde había venido, con todo el movimiento la espada del cazador se enterró en un costado del dragón lo que provocó que soltara un gran rugido de dolor. Al llegar de nuevo al muro de roca lo que hizo fue estrellar a tipo contra esta y el dragón por mero instinto, activó su fuego y carbonizó al tipo.

Después de oír eso, Bakugo no podía estar más enfadado, él mismo quería asesinar al tipo.

"Espero que te pudras en el infierno, imbécil"

Fuego Blanco - °BAKUSHIMA°KIRIBAKU°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora