29. Te ordeno que regreses al infierno

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Lucifer soltó un aullido y lentamente comenzó a transformarse en su forma normal, con sus cuernos y largas garras frente a la joven quien con lágrimas de terror veía aquella escena tan irreal para su mente, pero tan real para sus ojos, las cajas de madera comenzaron a volar destruyéndose en las paredes, Leonora soltó un sollozo cerrando sus ojos, luego los volvió a abrir y miro aquel crucifijo de madera que las hermanas habían llevado, lo tomo entre sus manos y comenzó a levantarse lentamente del piso tambaleante debido al aire que el diablo provocaba.

Alzo su mano izquierda dirigiéndola hacia el demonio sabiendo que hacer.

—Padre nuestro, que estas en el cielo...—los ojos del ser se llenaron de rabia— Santificado sea tu nombre, venga nosotros tu reino...

Una caja voló cerca de la joven haciendo que esta dejara de hablar, la bombilla de electricidad comenzó a moverse de un lado a otro...

—Hágase señor tu voluntad, en la tierra como el cielo, danos nuestro pan de cada, persona nuestras ofensas...

El demonio alzo sus manos y grito al escuchar las palabras.

—Como también nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal...—la joven dejo de hablar y miro al demonio que la miraba fijamente, la joven estaba suspendida en el aire— ¡Ayuda! — grito desesperada antes de ser lanzada hacia la pared.

El demonio en forma de lobo abrió sus manos negras y se aproximó a la joven colocan sus manos en el cuello de la joven, esta intento gritar, pero la falta de aire se lo impedía, el ser la alzo evitando que Leonora tocara el piso, el aire era insuficiente y la joven dejaba de pelear...

—¡Lucifer!

Aquello provoco que el demonio quitara su vista de Leonora y los posaba en los recién llegados, Helen alzaba un crucifijo mirando al ser demoniaco frente a ella.

—¡Te ordeno que regreses al infierno!

El demonio dejo caer a la joven al piso haciendo que esta soltara un gemido de dolor, Lucifer camino hacia los jóvenes mientras se tambaleaba, cayó al piso y comenzó a arrastrarse mientras desaparecía lentamente, luego el diablo alzo su mano negra y desapareció del lugar.

EL DIABLO ME OBLIGÓ A HACERLO¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora