10. Manos en el agua

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La mirada azul de la joven estaba puesta sobre el grifo de la bañera, abrió la perilla dejando que saliera el agua, pero solo cayo una gota en la bañera, la perilla comenzó a temblar y Leonora se alejó un poco, luego el agua salió sobresaltándola y comenzó a llenar la antigua bañera.

La chica miro como el agua transparente comenzaba a llenar la tina, dejo caer su ropa al piso y se adentró a ella cerrando los ojos mientras escuchaba el sonido del grifo llenando. El agua se encontraba helada, justo lo que ella necesitaba. Aun no podía creer que cinco años después se reencontraría con aquellas personas que consideraba sus mejores amigos por tantos años. Leonora muchas veces sollozo en las noches mientras era una adolescente después de los ocurrido, le pedía a gritos a Mia pidiendo el perdón y escribía cartas que a sus amigos en busca de ayuda pero jamás las envió.

Después de lo sucedido y de graduarse de la Universidad de Cambridge la joven abandono su hogar, su madre le había implorado que se quedara un tiempo más antes encontrar empleo mientras que padre la miraba siempre con coraje y reproche tratándola de asesina y mala amiga. Años más tarde logro independizarse al fin de sus progenitores viviendo una temporada en Inglaterra y dos años más tarde su trabajo fue transferido a Pensilvania donde al aceptarlo creyó que encontraría la paz que tanto anhelaba su corazón destrozado.

Desafortunadamente aquello lo único que provoco fue el regreso de su pasado y volver a convivir con aquellas personas que aun consideraba amigos. Sus muñecas estaban llenas de cicatrices que aún no terminaba de sanar y su corazón aun contenía heridas que jamás cerrarían.

Leonora se hundió debajo del agua y su cabello golpeo su rostro, abrió sus ojos y miro hacia el techo, luego, frente a ella y de una manera borrosa para su visión una sombra negra se asomó a la bañera y luego aquel ser coloco sus manos sobre la joven haciendo presión impidiendo que saliera del agua, la rubia grito bajo el agua y las burbujas comenzaron a salir de su boca, sentía muchas manos que la sostenían evitando que pudiera respirar, sus gritos ahogados resonaban en sus oídos y tomo el filo de la bañera para poder sostenerse de algo. De pronto la presión que sentía desapareció y frente a ella una joven castaña le sonrió, la chica tomo la mano de Leonora y la ayudo a salir.

El cabello rubio se pegaba en la cara de Leonora y la joven miro de un lado a otro buscando aquella figura que la salvo del agua, sintió el frio aire recorrer su cuerpo desnudo y se abrazó a si misma sin encontrar quien había sido su salvador.

O salvadora.

EL DIABLO ME OBLIGÓ A HACERLO¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora