Una parte de él le decía Cole Williams que no debía seguir aquella niña fantasmagórica que seguía mientras salía del sótano de la casa, observo al infante alejarse, se detuvo en la puerta y miro hacia la cocina donde Willard tomaba algo para comer acompañado de las hermanas y de Leonora, esta última tenía un aspecto cansado y su rostro está apagado y del otro lado a Helen y Arvin hablando en voz baja mientras sonreían.
-La hora de la cena será a la misma hora de siempre Cole- hablo la mujer Negro cuando lo vio abrir la puerta.
-Volveré antes señora Negro- contesto Cole tomando su chaqueta negra.
-¿A dónde vas? - pregunto Helen frunciendo el ceño.
Cole miro a su rubia amiga y luego miro de reojo a las hermanas que sin verlo escuchaban con atención la plática.
-Ah yo iré, a...- el joven busco la mentira correcta, ¿Por qué le era tan difícil mentir? - Escuche el maullido de un gato y quiero saber si está herido.
-Joven Williams, aquí no hay gatos...-comenzó a decir la señora Sombra.
-Lo hay- contesto Cole y luego sus ojos se posaron en la niña fantasmal que le hacía señas que lo siguiera- Si me disculpan, debo irme.
Cole observo una última vez la cara de sus amigos quienes los miraban interrogantes, quiso decirles algo, pero algo le dijo que no podía decirlo enfrente de las hermanas. Regreso su vista a la niña que lo esperaba, el vestido blanco de la menor volaba de un lado a otro gracias al frio aire del exterior.
-Regreso enseguida.
Cole cerro la puerta corriendo detrás del fantasma que solamente veía él.
La mirada de los presentes se posó en la puerta que se cerró y luego intercambiaron una mirada.
La tos de Leonora hizo que todos la miraran, de su boca salió mucha sangre alarmando a los presentes.
Las ramas crujían mientras los pasos apresurados del joven se rompían bajo su paso, a lo lejos observaba la silueta de la niña correr entres los arboles del bosque Nocturno. Cole detuvo su andar y respiro con dificultad, las piernas le dolían y miro de un lado a otro sintiéndose perdido. Luego, sus ojos se posaron en cada rincón del bosque y el sonido del arroyo hizo que Cole mirara hacia el lago, el joven llego hasta el pequeño bote de madera que estaba atado a la costa y a su lado había un pequeño muelle de madera, el joven camino hacia ahí y detuvo su andar cuando miro a la niña extraña mientras le daba la espalda.
-Para ser mortal, eres muy lento-hablo la niña sin mirarlo teniendo sus ojos fijos sobre el lago, Cole llego hasta su lado y con cierto temor la miro de reojo- Ellas han hecho cosas muy horribles aquí, han invocado un mal que no se ha desterrado-los ojos de la niña se posaron el Cole- Tu podrías ayudarnos.
-¿Ayudarnos?
Después de hacer esa pregunta, Cole observo como del lago varios fantasmas de niños comenzaron a salir del agua, cada infante camino hasta Cole y el joven doctor dio un paso hacia atrás mientras sus ojos se llenaban de terror. La ciencia jamás les había hablado de fantasmas y les habían inculcado que eso no existía.
Sin embargo, ahora, frente a sus ojos se hallaba lo inexplicable y su pregunta de toda la vida había sido respondida en ese instante.
Existía la vida después de la muerte.
-Te contaremos todo si tu prometes ayudarnos- hablo la niña que lo había llevado hasta el lago, el infante lo miraba fijamente y el aire hacia que su cabello castaño volara de un lado a otro.
Cole miro a la niña unos segundos y luego poso su atención en cada niño y adolescente fallecido.
-¿Cómo los ayudo? -pregunto el joven con una llena voz de miedo.
ESTÁS LEYENDO
EL DIABLO ME OBLIGÓ A HACERLO¹
TerrorEn la universidad de Wolfworld, un grupo de jóvenes se ven envueltos en un asesinato en el cual aseguran que una fuerza extraña obligó a su compañero a cometer el acto. Cinco años más tarde, el grupo de jóvenes especializados en el área de Psiquiatr...