Abrió los ojos a la luz de la mañana que le cegaba. Aún era temprano pero las persianas abiertas permitían entrar esos primeros rayos de sol de otoño que caían directamente sobre su rostro.
Se cubrió con las mantas pero era inútil, ya había despertado y no podría volver a conciliar el sueño.
Apretó con rabia los ojos y sus regordetas mejillas se hincharon aún más. No había dormido casi nada y eso le volvía más irritable. Como le había pasado casi todas las noches los últimos meses, había llorado hasta bien entrada la noche solo para despertar apenas el sol tocaba el cielo.
Tenía tan solo un par de meses viviendo en el pequeño departamento, los mismos que tenía su madre de fallecida, una pequeña Omega cariñosa pero temperamental que había partido de este mundo prematuramente debido a su débil corazón. Algo que Jimin había heredado, además de algunos otros problemas de salud.
De hecho, la salud del también Omega no era envidiable, además de su débil corazón, ya se había enfrentado a problemas respiratorios graves debido a su asma y un cáncer casi le cuesta la vida, pero en cambio ayudó a la prematura muerte de su madre.
Había estado viviendo con sus padres mientras estaba enfermo, pero al morir su madre, su padre se había marchado y le había dejado solo, con los recuerdos, la soledad y la tristeza cayéndole encima en la casa que había compartido con ellos. Por eso había decidido mudarse a un pequeño departamento que apenas si podía pagar.
Su último año había sido una mierda, primero el maldito cáncer que llegó de repente y cuando por fin lo pudo superar, su madre murió, así tan repente como había llegado el cáncer, sin que pudiera evitarlo. Él la había visto morir en sus brazos en una sala de urgencias de un hospital cualquiera.
Estaba destrozado y herido, además de completamente solo.
Sus amigos se habían quedado en su ciudad natal, Busan, pues cuando su madre les dijo a él y a su padre que se quería regresar a Bucheon su ciudad de nacimiento para estar más cerca de su familia, él no se pudo negar. Jimin no se podía negar a nada que le pidiera su madre, la amaba tanto.
Y ahora estaba solo, sin madre ni amigos ni familia, porque la familia de su madre poco a poco había ido muriendo o mudándose y solo quedaba él.
Se levantó con pereza y se dirigió al baño, quizá una ducha pudiera quitar ese sensación de entumecimiento que sentía toda las mañanas y apenas le dejaba moverse.
Era sábado por lo que no tenía que ir a trabajar, acaba de conseguir una plaza en una escuela privada para dar clases de literatura a adolescentes insoportables y mimados.
Aunque no les soportaba agradecía tener algo qué hacer para pasar el tiempo, además de que necesitaba el dinero para pagar el departamento y la comida.
Salió de la regadera y se quedó mirando su cuerpo desnudo frente al espejo. Lo odiaba, odiaba lo que el cáncer y la quimioterapia habían hecho con él. No es que nunca se hubiera sentido precisamente guapo, pero ahora simplemente no le agradaba su reflejo.
Debido al medicamento no había podido salir al sol en meses, por lo que su antes piel blanca, ahora parecía lechosa, casi traslúcida y enfermiza a pesar de haber dejado el tratamiento meses atrás. Su cuerpo antes curvilíneo como debía ser el de un buen Omega macho, ahora estaba escurrido, si bien sus caderas y piernas aún tenían cierto volumen, habían perdido firmeza.
Su dorso que alguna vez tuvo cierta reminiscencia de músculos, ahora estaba algo flácido y su rostro aún mostraba signos de la lucha contra la enfermedad y la tristeza, con los pómulos marcados y ojeras que le hacían ver lo ojos más pequeños y hundidos de lo normal, y su pelo ¡oh, como había cambiado su pelo!, ahora estaba seco, lacio y sin vida.
Se cubrió el cuerpo con una toalla y con asco en el rostro se dirigió a su recámara.
Su plan era sencillo, ordenar algo de comer y quedarse tirado en la cama todo el día mientras contemplaba el tiempo pasar.
Estaba perdido en sus pensamientos cuando su celular le distrajo con una notificación.
Era curioso, no recordaba haber instalado esa aplicación de citas, pero ahí estaba, alguien le "guiñaba", como se decía en la app, para conocerlo.
Después de minutos que le parecieron una eternidad, pudo recordar cuándo había instalado la app y se había creado un perfil, hacía apenas año y medio, justo antes de que su vida se fuera a la mierda. Ahora aquellos meses parecían a una vida de distancia.
Dispuesto a eliminar la aplicación de su teléfono, tomó el aparato y mientras veía la pantalla no pudo evitar la curiosidad ¿Quién le hablaba a su perfil que estaba inactivo desde hacía tanto tiempo?
La foto del perfil que le "guiñaba" le llamó la atención, pues era guapo a simple vista aunque no se veía mucho más allá de su rostro, un rostro de quijada cuadrada, ojos grandes y duros y una sonrisa peligrosa. Sin embargo lo que llamó la atención de Jimin fue el gato en el hombro del chico, a él le encantaban los gatos y moría de ganas por tener uno, pero su casera era estricta en cuanto a las mascotas y no se le permitían en ese lugar.
Mientras veía la foto, presionó el botón de regresar guiño sin darse cuenta a tiempo, no le quedó más que soltar una maldición por lo bajo y molesto arrojó el celular a la cama sin darse cuenta que aún no ordenaba nada para comer y ya empezaba a ser tarde para desayunar.
De nuevo se tiró sobre su espalda contemplando la nada, era uno de esos días en los que la melancolía era aún peor y no le permitía ni respirar.
Mientras cerraba los ojos y unas lágrimas escurrían por sus mejillas, su celular empezó a vibrar a su lado. Pensaba ignorarlo, pero la vibración era insistente y más molesto que curioso, tomo el teléfono dispuesto a apagarlo.
Cuando lo tomó pudo ver que el responsable de la vibración había sido el chico del gato, que le enviaba mensajes sin parar, ¿pero qué diablos quería ese hombre con él?, abrió el chat de la app de citas para mandarlo al diablo, pero el chico del gato tenía otros planes.
La vida de Jimin estaba a punto de cambiar y él no sabía cuánto.
..............................................................................................................................
Sé que comienza lenta la historia, es la primera historia que hago de éste tipo y en esta plataforma, les pido paciencia y apoyo.Espero que lo disfruten a pesar de los sinsabores que les pueda traer.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida sin mi
أدب الهواة¿Qué pasa cuando lo vida que llevaste resultó ser una mentira? Nada ni nadie puede sacarte del remolino que te arrastra cada vez más profundo sin dejarte respirar. Jimin, un dulce pero solitario Omega, cree que ha encontrado al amor de su vida en el...