Cap. 20 La Mariposa

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Jimin no había podido dormir en toda la noche. No podía sacar de su cabeza al pequeño cachorro. Tampoco entendía porqué su lobo ya no hablaba con él, era como si se hubiera vuelto a dormir.

Temprano, una enfermera pasó a cambiarle el suero y checar sus signos. Aunque él ya estaba fastidiado se dejó hacer. Solo deseaba ver un rostro conocido, pero ni Hyuk ni In Na habían llegado aún.

Intentó cerrar los ojos, pero una voz le hizo abrirlos de nuevo.

-¡Buenos días! ¿cómo estás el día de hoy? tengo entendido que tienes algunas dudas y estoy aquí para ayudarte a aclararlas.- Dijo con candidez la recién llegada.

-B-buenos días...Disculpe ¿Quién es?.-

-Soy la consejera del hospital y me han enviado porque tienes dudas al respecto de tu embrazo. Solo estoy aquí para explicarte tus opciones y ayudarte a aceptar la decisión que decidas tomar.-

Jimin observó a la mujer, era bajita y regordeta, con cara amable y ojos sinceros. No despedía un gran olor por lo que debía ser Beta.

-Vamos hijo, siéntate y vamos a platicar, quizá dar una vuelta por los jardines del hospital te ayude a aclarar la mente.- le dijo al tiempo que acercaba una silla de ruedas que tenía un aditamento para poder llevar el suero y el oxigeno de Jimin.

Una vez que el omega se sentó en la silla, la mujer le puso una manta en las piernas y comenzó a empujarlo en la silla sin decir nada. Jimin no entendía como esa mujer le iba a ayudar si simplemente se quedaba callada.

-¿No vamos a hablar?.-

-Claro hijo, estoy esperando que digas algo.- dijo sonriendo.

Siguieron avanzando por los pasillos hasta que llegaron a una parte del hospital muy solitaria, los pasillos ahí tenían grandes ventanas. Al final, giraron en uno que daba a una puerta doble de cristal. Al salir, Jimin vio una gran jardín lleno de flores, árboles y una pequeña fuente en el centro. El lugar era hermoso, tanto que le dejó sin habla por unos momentos.

La mujer empujó la silla hasta una banca que estaba debajo de la sombra de un cerezo.

-Es bello ¿No crees?.- le dijo sin dejar de sonreír. -Sabes, a veces los problemas no son tales, solo basta verlos desde fuera. Muchas otras veces la respuesta está justo enfrente de uno, pero cerramos los ojos para no verla. Dime Jimin ¿qué te preocupa?.- dijo sin verlo.

-Yo... yo no sé si debo tener a mi bebé.- dijo apenado.

-¿Qué razones tienes para tenerlo y qué razones para no tenerlo?-

Él guardó silencio unos minutos, no sabía cómo explicarse.

-Lo quiero porque es parte mía, porque sé que ha sido casi un milagro que haya llegado a mi y porque es parte de... de una persona que sigo amando aunque me haya hecho mucho daño... Pero tengo miedo de muchas cosas, pero del futuro sobre todo. No sé cómo vaya a ser la vida de mi bebé y no quiero que sufra como yo en éste mundo.- dijo mientras comenzaba a sollozar.

-Mmmm, entiendo. Como yo lo veo, el futuro es incierto en todo sentido, tanto si es para bien como si es para mal. Así como hay posibilidades de que ese bebé sufra, también las hay de que conozca muchas cosas bellas, ¿O es que acaso tú solo has experimentado cosas malas?, por lo que me acabas de decir, has conocido el amor y estoy segura que en más de una manera.- Dijo pensativa.

-¿Eso quiere decir que debo tenerlo?.-

-¡Oh no mi bello muchacho! Yo no estoy diciendo eso, al contrario, creo que si no lo quieres tener porque no quieres ser padre, es válido que no lo tengas, pero si es el miedo lo que te detiene, sobre todo el miedo al futuro, quizá éste solo sea pasajero. Me parece que ya has tomado tu decisión, pero te cuesta aceptarla porque tienes miedo precisamente. Una vez que entiendes que el miedo no es malo si lo usas como motor para seguir, podrás aceptar la opción que ya has elegido sin sentirte mal por ello.- volvió a decir con una gran sonrisa en el rostro.

Jimin se quedó en silencio, sus lágrimas se habían controlado.

-¿Hay algo más que te molesta?.-

-La verdad sí... no sé cómo explicarlo sin sonar loco, pero... Cuando conocí a... "esa persona"- dijo mientras tocaba su vientre,- algo extraño pasó...Como que...mi lobo...d-despertó.- bajó la mirada y se apretó las manos.

-Ya veo... sabes que es algo documentado por médicos y especialistas. No es común, pero tampoco es tan raro. Hay algunas pruebas que pueden comprobarlo, pero me parece que tú no tienes dudas de ello.-

-No, él me hablo, de alguna manera yo podía saber lo que quería y saber también que habíamos encontrado a nuestro destinado, al lobo que la madre luna había escogido para nosotros, pero desde hace unos días, desde que nuestro Alfa nos traicionó, mi lobo ya no se comunica conmigo, lo siento, pero es como si estuviera durmiendo de nuevo y creo que él rechaza al cachorro, también de eso tengo miedo.-

-¡Pero corazón!, pues claro que tu lobo se encuentra en ese estado, cuando un lobo despierta y encuentra a su pareja destinada, siente que casi ha cumplido con su deber en la tierra, solo una cosa más puede completar ese deber y son los cachorros, porque ésto asegura la descendencia. Pero cuando un lobo es traicionado por su predestinado, una de sus razones de ser se pierde.- Le dijo mientras le tomaba de las manos.

-Antes las personas podían llegar a morir si su lobo se sentía traicionado, hoy en día, dado que los lobos de cada uno están desconectados del humano, el trauma no es tan grave, pero sí se llega a caer en grandes depresiones. Tú lobo no sabe cómo actuar y reacciona a lo que tú sientes, también por eso rechaza a tu cachorro, porque tú mismo lo has rechazado. En el momento en que aceptes tu decisión y comiences a sanar esa herida, tu lobo también comenzará  a sanar y lo que es más importante, aceptara a su cachorro.-

-Por lo que vi en tu archivo hoy es un día importante, así que tienes todavía tiempo para aceptar tu decisión. Vamos, es hora de regresar.- se puso de pie y comenzó a empujar a Jimin de regreso a su cuarto. 

Cuando iban entrando a la habitación, Hae Jin, Hyuk e In Na ya estaban ahí, igual que la maquina de ultrasonido. Como había dicho la mujer, era un un día importante porque de nuevo intentarían encontrar el latido del bebé.

Al entrar, a Jimin le dio la impresión de que interrumpía a Hae Jin que parecía muy serio explicando algo a sus amigos, pero cuando preguntó de qué hablaban dijeron sinsentidos.

-¡Vamos a revisar a ese cachorro!,- dijo con entusiasmo el médico al mismo tiempo que ayudaba a Jimin a regresar a la cama y dejar al descubierto su vientre una vez más.

Igual que el día anterior, vertió sobre el Omega un líquido frío y viscoso y con la que parecía palanca de videojuegos comenzó a recorrer su abdomen.

Una vez más se veía primero la interferencia y después la bolita que había visto ayer. Sin embargo, en el centro de esa bolita había algo que se movía tímidamente, como las alas de una mariposa que comienza a desperezarse en la mañana.

Hae Jin movió bien el aparato y pudo centrarlo en la pequeña "mariposa" y después de unos minutos de silencio ahí estaba.

Jimin se quedó mudo al escuchar un fuerte "bum-bum-bum-bum-bum" que salía del aparato, era un sonido tan bello y tan tranquilizador. Sus ojos de inmediato se humedecieron y unas grandes y cargadas lágrimas comenzaron a brotar de ellos.

La "mariposa" latía fuerte y claro y ahora entendía cuál era la decisión que ya había tomado y la aceptaba feliz.


Mi vida sin miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora