Cap. 7 Primer adiós

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Jimin suspiraba mientras Jung-kook le besaba el cuello y acariciaba perezosamente su pierna. Yacían en la cama acostados de lado, el Omega dando la espalda al Alfa esperando a que el nudo de éste último desapareciera.

Afuera el clima se ponía cada vez peor, el viento había cesado pero empezaban a caer pequeños cristales congelados que se derretían al llegar al piso convirtiendo las carreteras en peligrosas pistas de hielo.

-Gracias bebé, ha sido maravilloso- dijo Jungkook mientras inhalaba del cuello de Jimin.

-J-Jung-kook, ¿En verdad puedes percibir mi aroma?- preguntó vacilante.

-Claro que sí, es deliciosa y embriagante, podría pasar horas prendado de tu cuello sin hacer nada más que respirar las notas de lavanda y el fino toque cítrico que emanan de tí, ¿Por qué lo preguntas?.

-Bueno, no te he contado pero hace un tiempo estuve enfermo y el tratamiento como que atrofió mi glándula y mi esencia casi desapareció por completo, no me explico cómo puedes percibirla- contestó tímidamente.

Jung-kook le apretó aún más hacia su cuerpo. -¿Por qué no me habías contado? ¿De qué enfermaste? ¿Ya estás bien?-

-Ya, al menos del cáncer sí, pero la radioterapia fue muy agresiva y por eso mi aroma casi desaparece, no te dije nada porque no es algo de lo que me guste hablar, fue muy duro todo el tratamiento y las consecuencias brutales. Preferiría no hablar más de ello-.

Lo único que obtuvo por respuesta fueron besos suaves y delicados sobre la base de su cuello.

Después de varios minutos pudieron sentir cómo el nudo del Alfa bajaba lo suficiente para que Jungkook pudiera salir de él. Jimin se sintió extraño al ya no sentir el miembro grande y grueso en su interior.

Se giró para verle el rostro al Alfa mientras subía una de sus piernas en las del chico del gato.

-¿Y bien? ¿Qué te gustaría hacer ahora?

-Esto precisamente-.

-¿El qué?-.

-Admirarte en todo tu esplendor tal cual estás ahora, podría estar así horas bebé-.

Jimin se ruborizó de las palabras de Jung-kook pero cuando iba a contestar su estómago decidió hacerlo por él quejándose por la falta de alimento.

El Omega se ruborizó y escondió su rostro en el pecho del Alfa.

-Pero creo que tu estómago tiene otros planes. Te prepararé algo de cenar y no reniegues, es lo menos que puedo hacer si voy a pasar la noche en tu casa-.

Jimin sonrió mientras se acurrucaba en su cama. Ese hombre era increíble.

...

El Omega se quedó boquiabierto ante los platillos que estaban frente a él. No daba crédito al hecho de que Jung-kook hubiera hecho un pequeño banquete con los ingredientes que había en su refrigerador. Sus ojos brillaron y su estómago gruñó aún más fuerte.

-Vamos bebé, come, espero que te guste-.

-Bromeas, huele riquísimo, gracias Jungi- dijo sin pensar.

-¿Cómo me has llamado?- dijo levantando una ceja mientras le lanzaba una mirada asesina.

-Y-yo... Jung-kook lo-lo siento no quise...-

Las palabras de Jimin fueron interrumpidas por una sonora carcajada.

-Estoy bromeando, tú puedes decirme cómo quieras bebé, ahora anda, come por favor-.

Mi vida sin miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora